miércoles, 2 de septiembre de 2015

La Insumisión: El Arma para Ejercer la Democracia

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Escrito por Félix Román Negrín Rodríguez para Periodísmo Alternativo
Nuestro mundo está tomando un camino hacia la conciencia, hacia los parámetros que nos llevan a desobedecer ciertas normas que nos implantan diariamente, sin que por ello obtengamos beneficiosos resultados, y que para ello hemos tomado algunas riendas que están indiscutiblemente teniendo resultados muy positivos. Pero, hay que hacer más, poner énfasis en la solución de nuestros problemas, porque nos va en ello.
Quisiera hacer la siguiente reflexión que puede parecer en principio algo descabellado. Esto sería correcto si los seres humanos que habitamos este descontrolado planeta estuviésemos viviendo en un sistema democrático, sistema que se ocupe y preocupe por todos los ciudadanos.
Sin embargo, vivimos en este planeta sometidos por unos poderes que se arraigan sobre la base, condenada en los tribunales tan sólo en algunos pocos casos del robo, la corrupción, las guerras, el envenenamiento de la población, el fraude, el engaño a la ciudadanía y el crimen organizado, sustentado y promovido desde el máximo poder.
Es por eso que es un hecho que tenemos que unirnos ciudadanos, jueces, policías, abogados, militares, etc; para acabar y exterminar a toda esta casta mundial de parásitos, criminales, formando así un nuevo paradigma formado por personas inteligentes y honradas, personas que nunca será el criminal Nuevo Orden Mundial, que ellos planearon y orquestaron en su día.
Esto nos plantea un posible paso más hacia la libertad humana. Es quizás que tenga más ideas…¿se le ocurre a usted algo?.
Los ciudadanos se preguntan qué pueden hacer ante los atropellos de los políticos, qué pueden hacer para detener las guerras, qué pueden hacer para que los supuestos derechos de huelga tengan efectos, los supuestos derechos de peticionar a las autoridades sean escuchados, los supuestos derechos al trabajo, el salario, y la vivienda digna sean realidades.
Nadie entiende porque los políticos mienten, y no dan explicaciones sobre el abuso de los bancos, que dejan a la a la gente en la calle. Nadie contesta sobre los rociados chentraills en los cielos llenos de bacterias infecciosas y productos químicos letales. Nadie entiende como campañas monstruosas de genocidio masivo y global son denunciadas por particulares y científicos, sin que los jueces tomen cartas en asuntos que nos afectan a todos.
La impotencia, el desánimo y finalmente la pusilanimidad, hacen mella en los ciudadanos que mueren de cáncer, de depresión, y toda clase de dolencias. Parece que nada tiene solución, que las cartas están sobre la mesa y nadie ni nada puede cambiar las cosas…
Si fuera preciso hacer movilizaciones, pues adelante, que ahí está nuestro mundo. Si… ¡nuestro mundo!, no de esos parásitos a los que sigue un pequeño porcentaje de fanáticos idiotizados llamados “afiliados partidarios”, tan hipócritas y lameculos como sus ovacionados candidatos, o en el mejor de los casos, pobres corderos ignorantes. Esa masa de hedionda humanidad fanática afortunadamente va disminuyendo a medida que los pueblos se van desilusionando de sus supuestos “representantes”, pero el proceso se alarga porque la gente cambia de bando, sin darse cuenta que la derecha y la izquierda, son las dos manos de la misma mierda.
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Pero… cuidado con las movilizaciones, que siempre son infiltradas por unos pocos violentos para causar daños, y destrozos, y así justificar la acción policial o incluso de los ejércitos que entra a reprimir a los manifestantes en general, y en la refriega se pierde la noticia de lo que se pensaba expresar. Aunque eso también se manipula desde los centros noticiosos, así que nos muestran sólo lo que le interesa a los herejes del poder. No se habla de las causas e intereses de cada parte, sino de los destrozos, del daño al mobiliario urbano, de escaparates saqueados, de detenidos.
Y nunca se sabe mucho o nada de esos detenidos, porque cuando no se consiguen idiotas violentos gratuitos, han sido pagados por el gobierno, mediante agencias de inteligencia política.
Hacer una rebelión impositiva no requiere salir a la calle, ni arriesgarse a ser apaleado por la policía. No requiere contratar abogados, ni llenar formularios. Sólo requiere que colabore cada uno difundiendo la decisión boca a boca, casa por casa, mediante internet o por los medios que se crea oportuno. No requiere quemar coches, ni romper nada de esas cosas que hemos pagado con nuestros impuestos, y son nuestras.
Si alguien organiza una rebelión con ganas de romper aunque sea la casa y el coche de los políticos, lo más probable es que sólo conseguirá palos. Pero no pagar los impuestos es algo sumamente efectivo que se puede hacer no haciendo. Se queda quitecito en su sofá, va a trabajar como todos los días, no rompe nada…
Pero la policía -que también debería sumarse- no cobrará sus sueldos, así que alguien puede pensar que estará con más ganas de dar palos… ¡Oh!… ¿los policías no tienen hipotecas?. Los militares, lo espías y sus familias…¿no estarían mejor sin los abusos político-económicos?
Ni siquiera hace falta que el cien por cien de la población deje de pagar impuestos, multas e hipotecas, con que lo haga un diez por ciento, el resto lo copiará en muy pocos días, consiguiendo tal escalada de problemas para el “gobierno”, que los legisladores (la subasta más podrida, que se dedica a fabricar leyes para fastidiarnos, robarnos y someternos), tendrá que dedicarse a pensar en serio, alternativas de soporte no represivo.
¿Cómo van a impedir una rebelión, donde cada uno simplemente se ha quedado en su casa?. ¿Van a enviar a toda la policía y ejércitos a quitarnos las casas y revisar debajo del colchón?. ¿Empezaran por las casas de los propios policías y militares?.
Es de bien entender que gracias a los impuestos tenemos caminos, servicios, hospitales, seguridad, y un sinfín de cosas que el Estado nos provee. Pues no es tan así, una buena parte de la infraestructura de caminos está hecha por empresas privadas y las denominamos “autopistas”.
Entre todos pagamos fortuna por andar en ellas y gran parte del sistema sanitario es privado, y aunque la mayor parte de la “seguridad” es pública, en realidad no está para asegurarnos nada, sino para reprimirnos, controlarnos, y mantenernos “calladitos”.
Los médicos y enfermeros de la sanidad pública están por lo general muy mal pagados, así que les vendrá bien sumarse a la rebelión impositiva, aunque les tengamos pagar con gallinas, huevos, y verduras.
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Los bancos no dejaran de mendrar y especular, pero tendrán que rever sus “normativas”. Los políticos tendrán que empezar a buscar otro trabajo, porque se hace imposible reprimir y gobernar a un pueblo que se niega en rotundo a pagar más impuestos.
Cualquier empresario desde el país más pequeño al más grande, como cualquier autónomo, tiene de socio parásito a un Estado que le roba un tercio de sus ingresos y esto ocurre en casi todo el mundo llamado “democrático”, así que el NO pago de impuestos de una buena masa de ciudadanos, tendrá como efecto inmediato un flujo mayor de dinero hacia los bienes, servicio y productos que producimos y consumimos.
Un “no pago de impuestos” generalizado dirá a los tiranos del FMI y otras “mafias entidades financieras” que la gente no es tonta y no aceptará más “rescates financieros” de esos con que llevan casi dos siglos sometiendo a la esclavitud más miseria a Africa y América Latina, y que ahora están aplicando a Europa.
Pero… se han preguntado ustedes ¿por qué será que Estados Unidos no ha recibido nunca un “rescate financiero” a pesar de tener una deuda pública que supera el capital mundial activo de hoy?.
No se trata sólo de presionar a los políticos, sino que la rebelión es el único medio de frenar la esclavitud y el control global, el único medio de hacer que verdaderos
políticos empiecen a actuar porque los “verdaderos” son los que actúan por ideales sociales, no por intereses personales. Y estos verdaderos políticos sólo podrán actuar cuando la masa política corrupta comience a dejar sus escaños, cuando no resulten útiles.
Los policías que reprimen nuestras manifestaciones, también se obligados a ajustar clavijas a los políticos, en vez de cargas armas contra nosotros, porque nosotros somos quienes les pagamos.
Si nosotros no pagamos ellos se quedan sin trabajo, si cargan armas contra nosotros, pues no les paguemos más.
Ahora le toca a usted decidir si sigue pagando con su dinero a los canallas que mandan a asesinar a pueblos enteros en todas partes del mundo, y nos devuelven a nuestros hijos muertos. Sabrá usted si prefiere seguir pagando a los sucios de corazón a los que ve insultarse y pelearse en su propia casa, ante todos los medios de difusión.
Verá usted si sigue pagando a los que envían a la policía a reprimir las manifestaciones, a los que usan su/nuestro dinero para instalar más y más cámaras (y personal anónimo) que nos vigilan y nos roban hasta la intimidad.
Si es comerciante o empresario, sabrá usted si sigue pagando a la casta política para que sigan escupiendo
absurdos en nuestras caras. Si usted cree que le dicen la verdad, pues pague, si está convencido de que los políticos mienten, que no cumplen sus promesas y sus obligaciones pues no les pague.
El derecho a no pagar impuestos a los ladrones, a los mentirosos y corruptos, es la única manera de ejercer nuestro derecho a decidir, es un derecho de hecho y de justicia.
Considero que es más fácil hacer insumisión bancaria y llevarse parte del dinero a casa (un 10% de todo lo que uno tiene). Que cuaje una idea como la insumisión, o el boicot a todas las empresas contaminantes y tóxicas.
Así que toda ayuda para que este sistema demoníaco y contra natura modifique sus conductas, es bien recibida.

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