Millones y millones de seres humanos en todo el mundo han terminado compartiendo su casa con los felinos. ¿Cómo se ha llegado a esta relación? Una evidencia arqueológica en China da la respuesta a esta pregunta.
Durante mucho tiempo, los arqueólogos han buscado pruebas de esta relación entre los humanos y los gatos. Encontraron un gato montés enterrado cerca de un ser humano en Chipre con una antigüedad de unos 9.500 años, una proximidad que sugiere algún tipo de relación entre las dos especies.
Y desde el antiguo Egipto hay pinturas, de unos 4.000 años de antigüedad, que representan a gatos, a menudo sentados debajo de sillas con mujeres. Sin embargo, estos fragmentos de la historia no han hecho mucho por revelar cómo llegaron a coexistir el primer hombre y el gato.
Una nueva evidencia arqueológica en China, publicada esta semana en las Actas de la Academia Nacional de Ciencias, entreabre el telón a una cadena de acontecimientos que forjó la relación entre los humanos y los felinos. La historia comienza con la agricultura. Hace unos 5.560-5.280 años en la región de Shaanxi, en China central, la agricultura estaba en auge.
“Es temprano, pero no es el primer cultivo en China”, dijo al diario ‘The Atlantic’ la coautora del artículo, Fiona B. Marshall, de la Universidad de Washington. “Es de la época en que la agricultura realmente despegó”, añadió. La gente vivía por pequeños pueblos. Tenían cerdos y perros, se dedicaban a los cultivos, principalmente mijo y arroz, que mantenían en recipientes de cerámica. No obstante los agricultores vivían molestados por los roedores.
“Es evidente que esos roedores se comían los granos de los agricultores”, dijo Marshall. Sin embargo, los agricultores tuvieron un poco de ayuda en su lucha contra los roedores por parte de los gatos salvajes. Los arqueólogos encontraron ocho huesos de gato en varios pozos cercanos.
“Podría no haber sido mucho antes de que los agricultores se dieran cuenta de la utilidad de mantener a los gatos alrededor, lo que les habría llevado a la idea de apoyar a la población de gatos a) no matándolos y b) incluso ayudándolos de diversas formas, como cobijarlos del frío o darles comida”, dijo Marshall.
Marshall dice que la evidencia es “muy emocionante” porque los científicos nunca han visto antes las evidencias de cómo los gatos monteses han pasado el umbral del hogar humano. “Es muy difícil encontrar, arqueológicamente, qué cosa exactamente llevó a la domesticación”, dijo. “Por lo general, podemos encontrar el tiempo o el lugar. Pero lo que vemos es que había comida para los antiguos gatos en las aldeas agrícolas, y eso es lo que ayudó a los agricultores a establecer una relación mutualista con ellos”.
Según Marshall, además, fue una sorpresa encontrarse con los huesos de gato en China, ya que la mayoría de la evidencia existente muestra que los primeros gatos habitaban en Egipto y todo el Mediterráneo oriental. Por otra parte, la genética moderna ha demostrado que los gatos domésticos de hoy están más estrechamente relacionados con los gatos monteses de Oriente Medio que con cualquier otra especie.
La investigación todavía está trabajando con el ADN de los huesos de gato Shaanxi para determinar si existe alguna relación entre estos antiguos perros y gatos.
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