¿Qué es lo que pasa realmente a nuestro alrededor? Todo lo que vemos en cada momento podría ser en realidad el ‘promedio aritmético’ de este propio momento con los momentos pasados, según un nuevo estudio.
“A menudo la información percibida visualmente tiene el carácter de un torrente discontinuo y ‘ruidoso’”, aunque, en realidad, el mundo físico que nos rodea es más o menos estable y raras veces cambia de forma espontánea, concluye el estudio de los investigadores del Instituto Tecnológico de Massachusetts, Jason Fischer y David Whitney. Esta percepción se debe a los movimientos rápidos de cabeza y de ojos, a la oclusión, a los cambios de la luz, y a otros factores, explican los investigadores.
Entonces, si eso es así, ¿cómo es posible que no tengamos permanentemente la sensación de que el mundo físico también es tan caótico como este torrente de información visual? Pues resulta que para nuestro cerebro cada momento presente es en realidad la suma de este momento con los momentos pasados durante los 15 segundos anteriores. De esta manera, el cerebro aprovecha la relativa ‘inmovilidad’ del mundo físico que nos rodea y mitiga la información visual que recibe en cada momento.
En el marco de la investigación, los científicos mostraron a un grupo de voluntarios unas imágenes consistentes en rayas paralelas pero inclinadas de alguna forma llamadas parches de Gabor. Tras mostrárselas durante medio segundo les pedían después que describieran el ángulo de su inclinación. Segundos después, volvían a mostrarles estas rayas pero inclinadas ya de manera diferente, pidiéndoles que especificaran el ángulo de inclinación una vez más. El proceso se repitió varias veces.
Si los voluntarios hubieran logrado describir los ángulos de inclinación cada vez de manera correcta, ello habría significado que la información anterior no influye mucho en la percepción. En cambio, el experimento puso al descubierto que la información sobre las imágenes anteriores repercute notablemente en la información presente, de tal forma que los voluntarios se equivocaban al describir los ángulos de inclinación. Por ejemplo, al ver primero unas rayas horizontales y luego ver rayas verticales, solían describir la segunda imagen como inclinada hacia la izquierda antes que vertical.
¿Cómo se manifiesta este efecto en la vida cotidiana? Por ejemplo, cuando uno viaja en su vehículo mientras está lloviendo, las gotas sobre el cristal obstaculizan la vista, pero el conductor puede entender sin problemas, por ejemplo, las señales de tráfico, escribe el periódico ‘The Guardian’. De esta manera el cerebro filtra la información necesaria del ruido informativo. Este filtro fue denominado por los autores como “campo de continuidad”.
No obstante, no toda la información anterior afecta a la percepción del momento actual, sino solamente la información a la que hemos prestado la atención suficiente. En cambio, la información periférica se olvida sin dejar huellas.
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