No hay que ser un juez de grandes dotes para legitimizar la habilidad en el aprendizaje de idiomas que muestra este jovencito, fruto de la necesidad urgente de procurar ganancias economicas de la venta de chucherias a turistas de la zona en donde desarrolla su actividad.
La necesidad ofrece la cara de hereje, para aprovechar a los visitantes que aportan el diario sosten de este ninho junto a su familia de necesidades perentorias, tanto de alimento como de pago de vivienda y cualquier otra alternativa que exija su produccion para sobrevivir.
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