En la antiguedad la Cábala era considerada una de las 4 Ciencias Sagradas junto con la Alquimia, la Astrología y la Magia Blanca y, aunque a lo largo del tiempo muchas de estas disciplinas han sufrido malinterpretaciones, intrusismo, prejuicios e incomprensión, los conocimientos auténticos se han conservado. La Cábala es, por tanto, uno de los distintos caminos de llegar al mismo lugar, que es la comprensión del papel del hombre dentro del Orden del Universo.
Los expertos* afirman que existen distintos niveles de enseñanzas dentro de las diferentes culturas o religiones en el mundo. La forma eXterna, más básica y popular y “adecuada” en momentos históricos determinados y la interna o eSotérica, más profunda y minoritaria hasta que los tiempos aumenten el nivel de conciencia general.
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En esta clasificación, en el taoismo encontraríamos a Confucio, la forma externa, y Lao-Tse, la forma interna, en el Islamismo el Corán y el Sufismo, en la India el Brahamanismo y el Budismo, en el Judaísmo, el Talmud y la Cábala, y en el Cristianismo la Iglesia de Pedro, la institución oficial, y la Iglesia de Juan, más fiel al mensaje de Jesús, que se ha mantenido silenciada pero viva en la historia a través de distintos grupos como los cátaros o diferentes Escuelas de Misterios.
“Hablar de Cábala hace que algunos de nosotros levantemos una ceja con escepticimo pero me gustaría haceros notar que más allá de un concepto esotérico, LA AUTÉNTICA CÁBALA NADA TIENE QUE VER CON CURACIONES, AMULETOS, hechizos, agua bendecida, hilos rojos o meditación. Tampoco tiene relación alguna con el misticismo o con la religión. La sabiduría de la Cábala, tal como la ha definido el cabalista más ilustre, es UN MÉTODO PARA CORREGIR AL HOMBRE Y AL MUNDO.
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