Red Bull, Monster, Burn, Dakota Energy Drink… Las bebidas energéticas copan los estantes y los supermercados de barrio porque se compran. Y mucho. Pero, ojo: estas bebidas pueden darte algo más que alas. Pueden darte un susto.
Se venden como el brebaje mágico para estudiar. Para hacer deporte. Para aguantar de fiesta por las noches. Incluso para hacer el amor. Y, sin embargo, las bebidas energéticas pueden tener efectos nefastos sobre nuestra salud. Especialmente en algunos casos, como los niñospequeños, las embarazadas o quienes padezcan alguna patología nerviosa o psicológica.
Estas bebidas, que se caracterizan porque en su composición llevan dosis elevadas de cafeína y taurina, llegaron al mercado hace una década y hoy son la bebida de cabecera de muchos consumidores. Especialmente entre los jóvenes: un informe de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria en 2013 apuntaba a que el 68% de los adolescentes entre 10 y 18 años con consumidores, y el 12% presentaba un consumo “crónico alto”, con unos 7 litros al mes.
Aún más llamativo es el dato relativo a los niños: aproximadamente el 18% de los niños entre 3 y 10 años consumían este tipo de bebidas habitualmente.
Veamos los problemas que puede acarrear.
El exceso de cafeína:
Uno de los peores defectos que tienen estas bebidas y responsable de muchos de sus perjuicios es la cafeína. Una bebida energética contiene la misma cantidad de cafeína que cuatro latas de Coca – Cola o cuatro tazas de café filtrado: unos 300 mg. Así que el efecto ‘mágico’ y energizante que prometen es sobre todo un chute de cafeína. Un estudio realizado por la OCU en 2013 aseguraba que éste era su único ‘ingrediente mágico’ para resultar vigorizante y recomendaba un consumo responsable.
Problemas cardiovasculares:
Uno de los principales efectos negativos que los estudios atribuyen a las bebidas energéticas tiene que ver con los problemas cardiovasculares. Un estudio de la Universidad alemana de Bonn señalaba que la combinación de taurina y cafeína tenía a la alarga efectos sobre la contractibilidad del corazón. No es el único estudio, ni la única institución que alerta frente a estas bebidas. La Sociedad Española de Hipertensión ha indicado que con las bebidas energéticas la subida de la tensión es más alta y durante más tiempo que con el café. En 2007 la Wayne State University de Michigan realizó un estudio sobre consumidores con una edad media de 20 años. Durante los días previos al estudio los participantes no consumieron cafeína. El experimento consistió en darle dos bebidas enrgéticas al día durante una semana. El ritmo cardíaco había aumentado un promedio del 11% en el séptimo día.
Nerviosismo e insomnio:
El nerviosismo, la ansiedad y los problemas de insomnio son otros problemas más leves, pero frecuentemente asociados a al ingesta de este tipo de bebidas. En este sentido, el estudio de al OCU a puntaba a que sientan bien a quienes están bien, y pueden servir para despertarse o concentrarse en un momento dado, pero antes de tomarlas y, sobre todo, de abusar de ellas, hemos de saber cómo estamos nosotros si no queremos que su efecto sea exactamente el contrario del que buscamos.
Complicaciones gástricas:
Tanto los altos contenidos de cafeína como los colorantes, los edulcorantes artificiales y otras sustancias pueden ocasionar problemas gastrointestinales, sobre todo a aquellas personas sensibilizadas. El dolor de estómago e incluso las náuseas pueden hacer aparición. Si este es ocasional, puede deberse a un exceso de ingesta de cafeína. Ahora bien, si aparece siempre que consumes éstas u otras bebidas pude ser indicativo de un problema gástrico más grave.
Puede interferir con medicación:
Además de la cafeína y la taurina todas las bebidas energéticas llevan vitaminas y compuestos naturales como el gingseng, el guaraná o el yohimbine cuyos efectos sobre el organismo no están demasiado claros. Además pueden interferir con las medicaciones que estemos tomando. En caso de duda, conviene preguntar al médico. En cuanto a las vitaminas, no tienen ningún efecto adverso, pero resulta más fácil y barato obtenerlas por otras fuentes, como los suplementos o la alimentación.
Con alcohol es peor:
La combinación de las bebidas energéticas con alcohol es tan dañina que incluso ha alertado sobre ella la Organización Mundial de la Salud (OMS). Convertido en cóctel estrella en las discotecas, son muchos quienes piensan que las bebidas energéticas contrarrestan el efecto narcotizante del acohol. Lo cierto es que el principal riesgo es que encubre los efectos del acohol: las personas pueden pensar que no están borrachas y seguir consumiendo cuando ya no deberían hacerlo más. Aumenta además el riesgo de infarto o colapso al mezclar una sustancia que relaja el corazón con otra que los estimula.
No es recomendable para hacer deporte:
Otros de los usos habituales de las bebidas energéticas es el deporte. De hecho muchas marcas tratan de asociar su iamginario cone l de este universo mediante campañas o patrocinios de eventos deportivos. No obstante, el exceso de cafeína junto con la práctica deportiva puede desencadenar más fácilmente problemas de deshidratación, por lo que no está recomendada su combinación.
Afecta al comportamiento de los niños:
Muchos padres piensan que tomarse una bebida energética es como tomarse un refresco. Y nada más lejos: las bebidas energéticas afectan al comportamiento, especialmente en niños y adolescentes. La última alerta en este sentido la daba el sindicato de enseñanza NASUWT que, tra suna encuesta a 3.500 profesores asocian el consumo frecuente de estas bebidas al insomnio, ansiedad, irritabilidad, prblemas de concentración y cambios en la energía y comportamiento de sus alumnos.
Generan dependencia:
El consumo habitual de estas bebidas genera también cierta dependencia. Nuestro cuerpo se habitúa a niveles elevados de cafeína, y si la cortamos de golpe son frecuentes los dolores de cabeza y el mal humor hasta que nuestro cuerpo se habitúe. Por otra parte, hay una dependencia social y psicológica: parece que es la solución ante problemas con los que hoy día nos enfrentamos en nuestra vida diaria, como el estrés o el cansancio físico.
Ojo con los problemas psicológicos:
Este tipo de bebidas, lo mismo que no están recomendadas para niños o embarazadas (aumenta el riesgo de aborto), tampoco deben tomarlas quienes padezcan cualquier tipo de dolencia psiquiátrica o psicológica. En casi todos los casos suelen empeorar los síntomas. Y muy especialmente si están en tratamiento: el cóctel puede resultar explosivo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario