El neurocientífico canadiense Philip Low, se hizo conocido por un proyecto para ayudar a que Stephen Hawking se comunique, ya que al estar paralizado solo puede hacerlo con la mente. Los resultados fueron revelados recientemente en Cambridge y dieron luces para que se reconociera, no solo él sino que toda la comunidad neurocientifica, que todos los mamíferos, aves y otras criaturas, incluyendo pulpos, tienen conciencia.
En la cena en donde estuvo como invitado de honor Stephen Hawking se dio a conocer un manifiesto en donde Low y otros 25 investigadores afirman que las estructuras cerebrales que producen la conciencia en los seres humanos también existen en los animales. “Las áreas cerebrales que nos distinguen de otros animales no son los que producen la conciencia”.
Ya lo decía Nietzsche “Somos islas en un mar sin orillas”. Los seres humanos nos caracterizamos por el lenguaje como herramienta de comunicación lo que nos obliga a generar discursos que en la mayoría de los casos no son entendidos a cabalidad, pero para la mantención de la sociedad simulamos su comprensión y adscribimos a “consensos”. De alguna forma tenemos nuestra conciencia obstruida por las estructuras que nos impiden poder coincidir naturalmente y comportarnos de acuerdo a una conexión con los otros, como lo vemos en muchos otros seres vivos del reino animal.
Aún así, somos capaces de afirmar que los animales no tienen ni siquiera emociones y que al no tener lenguaje son inferiores a nosotros. Pero esta creencia podría terminar, y en buena hora, siendo expresión de la más pura soberbia dada por la más bruta ignorancia.
A continuación una entrevista realizada por Veja y traducida por la Org. Anima Naturalis, al neurocientífico canadiense. Léela con atención antes de afirmar verdaderas falacias. Puede ser que estés equivocándote medio a medio al ver en los animales seres autómatas, en resguardo de tu idea de superioridad:
Entrevistador: Los estudios sobre el comportamiento animal han afirmado que varios animales tienen cierto grado de conciencia. ¿Qué dice la neurociencia al respecto?
Low: Descubrimos que las estructuras que nos distinguen de otros animales, tales como el córtex cerebral, no son responsables de la manifestación de la conciencia. En pocas palabras, si el resto del cerebro es responsable de la conciencia y esas estructuras son semejantes entre seres humanos y otros animales, como mamíferos y aves, llegamos a la conclusión de que estos animales también son conscientes.
Entrevistador: ¿Qué animales tienen conciencia?
Low: Sabemos que todos los mamíferos, todas las aves y muchas otras criaturas, como el pulpo, cuentan con las estructuras nerviosas que producen la conciencia. Esto significa que estos animales sufren. Es una verdad incómoda: siempre era fácil decir que los animales no tienen conciencia. Ahora tenemos un grupo de neurocientíficos respetados que estudian el fenómeno de la conciencia, el comportamiento animal, la red neuronal, la anatomía y la genética del cerebro. Ya no se puede decir que no lo sabíamos.
Entrevistador: ¿Es posible medir la similitud entre la conciencia de los mamíferos y las aves y la de los seres humanos?
Low: Esta pregunta se ha dejado abierta en el manifiesto. No tenemos un indicador, dada la naturaleza de nuestro enfoque. Sabemos que hay diferentes tipos de conciencia. Podemos decir, sin embargo, que la capacidad de sentir dolor y placer en los mamíferos y los seres humanos es muy similar.
Entrevistador: ¿Qué tipo de comportamiento animal apoya la idea de que tienen conciencia?
Low: Cuando un perro tiene miedo o siente dolor o felicidad al ver a su dueño, son activadas en su cerebro estructuras similares a las que se activan en los seres humanos cuando mostramos miedo, dolor y placer. Un comportamiento muy importante es el auto-reconocimiento en el espejo. De entre los animales que pueden hacerlo, además de los humanos, se encuentran los delfines, chimpancés, bonobos, los perros y una especie de ave llamada pica-pica.
Entrevistador: ¿Qué beneficios podrían surgir a partir del entendimiento de la conciencia en los animales?
Low: Aquí hay una cierta ironía. Gastamos mucho dinero tratando de encontrar vida inteligente fuera del planeta mientras estamos aquí; rodeados de inteligencia consciente en el propio planeta. Si tenemos en cuenta que un pulpo – que cuenta con 500 millones de neuronas (los seres humanos tenemos 100 mil millones) – consigue producir conciencia, estamos mucho más cerca de producir una conciencia sintética de lo que pensábamos. Es mucho más fácil producir un modelo con 500 millones de neuronas que de 100 billones. Es decir que estos modelos sintéticos pueden ser más fáciles ahora.
Entrevistador: ¿Cuál es la ambición del manifiesto? ¿Los neurocientíficos se han convertido en militantes del movimiento por los derechos de los animales?
Low: Se trata de un asunto delicado. Nuestro papel como científicos no es decir lo que la sociedad debe hacer, pero hacemos público lo que descubrimos. La sociedad ahora tendrá una discusión sobre lo que está sucediendo y podrá decidir si formular nuevas leyes, realizar más investigaciones para entender la conciencia de los animales o protegerlos de alguna manera. Nuestro papel es dar a conocer los datos.
Entrevistador: ¿Las conclusiones del manifiesto tuvieron algún impacto en su comportamiento?
Low: Creo que voy a hacerme vegetariano. Es imposible no sentirse tocado por esta nueva percepción sobre los animales, en especial acerca de su experiencia del sufrimiento. Va a ser difícil, pues me encanta el queso.
Entrevistador: ¿Qué puede cambiar con el impacto de este descubrimiento?
Low: Los datos son perturbadores, pero muy importantes. A la larga, creo que la sociedad va a depender menos de los animales. Será mejor para todos. Déjeme darle un ejemplo. El mundo gasta 20 billones de dólares al año matando a 100 millones de animales vertebrados en investigaciones médicas. La probabilidad de que un fármaco provinente de esos estudios sea eficaz en seres humanos es del 6%. Es una pésima probabilidad. Un primer paso consiste en desarrollar procedimientos no invasivos. No creo que sea necesario quitar vidas para estudiar la vida. Creo que tenemos que apelar a nuestro propio ingenio y desarrollar mejores tecnologías que respeten la vida de los animales. Tenemos que poner la tecnología en una posición en la que sirva a nuestros ideales, en lugar de competir con ellos.
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