La Justicia mexicana abrió la puerta a la producción de maíz transgénico, pero los cocineros más importantes del país rechazaron la idea y advirtieron sobre los riesgos para la salud.
Los cocineros más reconocidos de México enviaron una carta al Gobierno a través de la que fijaron su posición contra los granos modificados genéticamente, por lo que se opusieron a que se analice el "otorgamiento de permisos".
Entre sus argumentos, explicaron que su cultivo "atenta contra la diversidad de los maíces nativos y pone en peligro su existencia", reprodujo el periódico 'El País'. "Se trata de un proceso con el que se intervienen y cruzan artificialmente las cadenas de ADN de diversas especies. La tecnología utilizada plantea enormes incertidumbres y efectos colaterales impredecibles.
Sus alcances no se han determinado todavía", continúa el texto de la asociación civil Colectivo Mexicano de Cocina, a la que también refirió el periódico 'La Jornada'. Además, sus argumentos refieren a que las plantaciones transgénicas "fomentan la concentración de la propiedad de la tierra" y a que algunos países, como Francia u el Reino Unido, "se niegan" a cultivarlos. Uno de los impulsores de la protesta es Enrique Olivera, 'chef' de unos de los mejores restaurantes del mundo, quien aseguró que existe una "incertidumbre total de cuáles serían las consecuencias de sembrar maíz transgénico".
La queja respondió a la decisión judicial tomada en junio último que ordena evaluar si es correcta la prohibición para el cultivo modificado genéticamente. Este fallo obedeció a un amparo presentado por la compañía Monsanto, que argumentó que la negativa a esta práctica no tiene el debido sustento científico.
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