Mientras el mundo se agita por las amenazas yihadistas, la brutalidad policial y la tensión en la arena política, los habitantes de una pequeña aldea kazaja buscan la solución para una epidemia misteriosa que les hace dormir durante varios días seguidos.
De acuerdo con los datos de los médicos locales, uno de cada diez habitantes de la aldea de Kalachi, en el norte de Kazajistán, alguna vez se ha quedado repentinamente dormido a plena luz del día, algunos incluso incapaces de despertarse durante varios días o hasta una semana. A pesar de los numerosos intentos de encontrar la causa de esta inexplicable enfermedad, el enigma sigue sin resolverse.
El equipo del canal de documentales de RT (RTD) ha viajado a este misterioso lugar para llevar a cabo su propia investigación.
Según han descubierto los periodistas, los habitantes de Kalachi han estado sufriendo esta epidemia de sueño los últimos dos años. Todo el mundo en el pueblo tiene un familiar o un amigo que al menos una vez ha quedado dormido sin razón aparente.
De acuerdo con el enfermero de la ambulancia local, uno de estos casos de sueño prolongado inexplicable se produjo este septiembre, cuando ocho niños se quedaron dormidos el primer día de clase. Anteriormente, 20 personas se desmayaron y durmieron durante varios días y al menos 60 aldeanos se durmieron a la vez en el invierno de 2013.
Cabe mencionar que en repetidas ocasiones diferentes grupos de científicos y médicos incluyendo virólogos, radiólogos y toxicólogos, han visitado el pueblo para tratar de averiguar el motivo de este extraño caso. Sin embargo, las causas y consecuencias de la misteriosa enfermedad siguen siendo desconocidas, y las personas afectadas viven con el temor de que algún día no van a despertar.
Los afectados también han descrito más síntomas de la enfermedad, como alucinaciones, pérdida de memoria, mareos y náuseas.
Muchos expertos creen que el sueño extremo es causado por el viento que sopla desde una mina de uranio cerrada hace más de dos décadas cercana a Kalachi. Sin embargo, ni los habitantes ni los médicos culpan la radiación de esta anomalía del sueño. “La gente trabajó en las minas durante muchos años y nadie se quedaba dormido”, afirman antiguos mineros.
Mientras que los niveles de radiación en la aldea y en la mina más cercana corresponden a la norma de 16 ‘microroentgen’ por hora, la tasa de radiación medida por el equipo de RTD en una zona abandonada alejada del antiguo lugar de extracción mostró el alarmante índice de 268 ‘microroentgen’. Sin embargo, todavía no está claro si este resultado está relacionado con la misteriosa enfermedad del sueño. Mientras tanto, un análisis independiente del agua, el suelo y muestras de vegetación de Kalachi no detectó ninguna anormalidad.
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