sábado, 28 de enero de 2012

ALEX JONES AFIRMA QUE LA ELITE DOMINANTE USA DROGA PSICOTICA PARA COMUNICARSE CON ENTIDADES INTERDIMENSIONALES

Alex Jones dice que los elfos inter dimensionales del DMT dictan a la élite la agenda política. El famoso periodista Alex Jones alcanza el non plus ultra de la conspiración y dice que la élite en el poder (Bilderberg, Iluminati, etc.) fuma DMT y que los elfos que se les aparecen en sus visiones psicodélicas determinan el destino del planeta.  “..una habilidad entrancada en tu estructura psicológica que no estamos usando. Ellos [los elfos-máquina] quieren que hablemos en luces de colores”, Terence Mckenna.



Este es uno de los más hilarantes y conspiranoicos bits de media que hemos visto en toda la historia de la blogósfera, protagonizado por el despotricante guerrero fundamentalista anti nuevo orden mundial, Alex Jones.

Por alguna razón extraña, tal vez para escalar el nivel de paranoia en sus radioescuchas o simplemente para contribuir a la poesía cósmica que se entrelaza con la ciencia ficción y la moderna teoría de la conspiración, Alex Jones tocó hace unos días el tema del DMT en su programa de radio, escuchado por ciento de miles de personas.

El DMT es quizá el psicodélico más potente del mundo y el más abundante (se encuentra en miles de plantas, en animales y en el cerebro humano). Este psicodélico fue popularizado por Terence Mckenna, que en una descripción de un memorable viaje dijo que las entidades que vio en el hiperespacio eran como “self-transforming machine elves” (elfos mecánicos autotransformantes) o “self-dribbling jeweled basketballs” (pelotas de basquétbol enjoyadas que se driblan solas).

“Están tomando el DMT, tienen a los comandantes de las black ops empujando alucinógenos de alto poder”, dice Jones en el épico video. “Estamos en peligro, damas y caballeros, los elfos mecánicos[...]. El tema es que más allá de que esto sea real o no, los globalistas piensan que sí, los elfos les están diciendo vengan, conéctense, va a suceder [...]. Les llaman elfos mecánicos, todos lo que lo toman lo ven, Joe Rogan lo ha tomado, todos ven pequeños elfos con sombreros verdes”.

“Todos estas personas que ves en Bilderberg están tomando DMT. ¿Crees que son solo una bola de viejos? Están en el poder porque estaban en esto hace 70 años, tomaban DMT hace 70 años, estaban en tanques especiales”.

“La élite no cree en el satanismo, creen que están contactando extraterrestres interdimensionales a través del uso de las drogas y a través de la interfaz electrónica y creen, Ray Kurweil ha escrito sobre esto, que se fusionarán con las máquinas y se dispararán al espacio hiperdimenisonal [...] por eso se quieren deshacer de nosotros, no importa si es real o no, creen que están en contacto con estas entidades y están siendo dirigidas por ellas”.

Según Jones, las entidades del DMT les dicen a la élite que construyan el Nuevo Orden Mundial, que construyan el Gran Colisionador de Hadrones, que abran las dimensiones. Aunque aclara que él no sabe si esto es real, pero cree que en el Pentágono y al interior del gobierno los miembros más altos están metidos en estas dimensiones psicodélicas malignas y buscan que las demás personas también tomen psicodélicos (y PCP y Crystal Meth), acaso porque están escuchando la voz de las máquinas élficas.

Hay que puntualizar que esta diatriba del periodista conspiracionista más popular de Estados Unidos es una joya de desinformación (acaso voluntaria: algunas personas sostienen que Jones trabaja para la CIA) o simplemente porque este enardecido periodista ha perdido los cabales y alucina los más estrambóticos proyectos conspiracionistas (difícil elucubrar alguno más disparatado que las entidades extraterrestres del DMT siendo canalizadas por los Iluminati para que éstos establezcan un nuevo orden mundial transhumanista, abran el portal dimensional y permitan que estas entidades tomen control de la Tierra encarnando en la interfaz humano-máquina). Sea como fuere, Jones mezcla a la élite política con la élite intelectual como si los beatniks y los investigadores psicodélicos —John Lilly, Tim Leary, Terence Mckenna— trippearan con (o para) los Rockefeller, los Rothschild, los Bush, etc.

Aunque ciertamente es posible que las sociedades secretas de nuestro planeta crean estar en contacto con entidades interdimensionales —como le ocurrió a Aleister Crowley con Lam y con Aiwass—, es un poco difícil imaginar que todo esto, especialmente el esclavismo moderno de la sociedad, haya surgido a través del DMT, y ver a David Rockefeller o a George H.W. Bush decidir que debían crear un nuevo orden mundial de robots humanos después de escuchar al duende del DMT decírselos con un vocoder en su cerebro. Pero no hay duda de que esta extravagante combinación de circunstancias haría una genial película de ciencia-ficción (quizás podríamos traer a Robert Anton Wilson y a Phillip K. Dick de la muerte, descargar sus conciencias en una computadora y pedirles que escriban el guión).

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