Escrito por Félix Román Negrín Rodríguez para Periodísmo Alternativo
El ébola, todos recordamos aquella horrible enfermedad que causó estragos a la población de numerosos países de Africa. Todos sabemos las consecuencias y los cuantiosos problemas que el ébola a nivel mundial se cobró miles de personas en la mayoría de ellas en países de Africa.
Tuve hace algún tiempo la oportunidad de hablar y comentar a través de este medio acerca de la enfermedad del ébola, de los fallecidos, de las negligencias y la falta de medios para paliar esta terrible lacra. Aquí todo bien, pero e aquí el planteamiento que quiero hacer acerca de este virus mortífero, de la complicidad del gobierno de los Estados Unidos.
En medio de una crisis sanitaria que tuvo en vilo a la población, surgen hechos que permiten vincular a la industria farmacológica con esta terrible enfermedad.
El actual brote del virus del ébola una enfermedad viral cuyo índice de mortalidad oscila entre el 52 y el 95% de los casos tuvo sus comienzos, o mejor dicho; su rebrote en marzo del pasado año 2014 en la Guinea Occidental. Desde ese momento hasta la fecha, ya se ha cobrado más de 10.000 víctimas en el continente africano.
En paralelo con el pánico surgido a partir de la dificultad de controlar la expansión del contagio, se ha despertado una carrera global entre las transnacionales empresas farmacéuticas por ser la primera en ofrecer una “vacuna eficiente” contra el virus. Uno de los aspectos que ha llamado fuertemente la atención de periodistas e investigadores a lo largo del mundo, es el hecho de que la enfermedad del ébola fue descubierta en el año 1976 en el Zaire por el Doctor David Finkes y hasta antes del brote reciente los intereses de desarrollo para una cura, nunca habían estado tan activos.
La mortífera enfermedad se manifestó primeramente en primates y otros animales para luego, mediante el contacto con los mismos se contagió a humanos. La propagación entre nuestra especie se da a través del contacto directo (de las membranas mucosas o de soluciones de continuidad de la piel) con órganos, sangre, secreciones, u otros líquidos corporales de personas infectadas o por contacto indirecto con materiales contaminados por dichos líquidos, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Existen sospechas de que tanto la creación de la enfermedad como el surgimiento del reciente brote que ha afectado a Guinea, Liberia, Sierra Leona, y Nigeria, tenga alguna vinculación con desarrollos del Departamento de Defensa de Estados Unidos.
Percy Alvarado médico e investigador señala que luego de que la CNN declarara en “exclusiva” que “ciudadanos norteamericanos ofrecían un tratamiento no probado en humanos para curar el ébola”, trascendió que la empresa farmacéutica responsable del mismo era Mapp Biopharmacéutica, “cuyo equipo científico trabaja con el ejército norteamericano en el Fort Detrich, y que hace algún tiempo inocularon el virus del ébola a un grupo de simios afirmó el estudioso”.
“El Fort Detrich, ubicado en Maryland (Estados Unidos), es un centro de investigación biológica, y de desarrollo de armas químicas que desde hace más de 50 años se dedica a detectar enfermedades mediante una “manipulada” ingeniería de infección.
Durante la Segunda Guerra Mundial, el doctor Fort Detrich emprendió una intensa investigación sobre guerras biológicas que estuvo supervisada por George Merck un gran amigo y aliado de Hitler y presidente de una de las mayores industrias farmacéuticas de Estados Unidos.
La cadena rusa de noticias RT realizó un interesante informe por medio de su corresponsal en Estados Unidos, Kám Méndez quien, basándose en lo dicho por este investigador profundiza en las relaciones entre empresas farmacéuticas, y penosas epidemias como la que actualmente se ha cobrado la vida de más de 10.000 personas en Africa.
La participación de importantes transnacionales farmacéuticas como la empresa Bayer en la creación y difusión de epidemias, así como también violaciones de los derechos humanos con pruebas no autorizadas de medicamentos en el continente africano, no sólo; ha sido analizados por medios rusos sino también por la cadena informativa venezolana TELESUR, que ha desarrollado informes al respecto.
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