lunes, 12 de septiembre de 2011

LAS MICROONDAS EMITIDAS POR LOS CELULARES DESORIENTAN A LAS ABEJAS

Los teléfonos móviles matan a las abejas



Los resultados parecen no dejar lugar a dudas. El equipo de Favre halló que, en presencia de un móvil que realiza o recibe una llamada, las abejas producen con el zumbido de sus alas hasta diez veces más ruido del que hacen en condiciones normales, un comportamiento que habitualmente es utilizado por la colonia como una señal de alarma que urge a abandonar la colmena.

Sin embargo, cuando el zumbido de alarma es inducido por un móvil y no por una causa natural, la colonia se desorienta sin remedio y con trágicos resultados. El estudio de Favre corrobora otra investigación realizada en 2008 (cuyos resultados, entonces, no fueron concluyentes), según la cual las abejas no regresaban a sus colmenas si cerca de ellas se colocaba un teléfono móvil.

Esa clase de fuerte zumbido, explica Favre, “no es frecuente entre las abejas, y cuando se produce, normalmente no lo emiten más de dos miembros de la colonia a la vez. La inducción, por parte de los campos magnéticos de los teléfonos móviles a producir este zumbido de alarma puede tener consecuencias dramáticas para la colonia”.

Señal de alarma masiva

Según el investigador, “los terminales móviles activos tienen un impacto dramático en el comportamiento de las abejas, ya que inducen a las obreras a emitir masivamente la señal de alarma. En condiciones normales, ese zumbido anuncia que el enjambre se pone en marcha o es una señal inequívoca que indica algún problema en la colonia. Entre otros factores como los pesticidas, las señales emitidas por los móviles y las antenas de telefonía móvil podrían estar contribuyendo a la desaparición de las abejas en todo el mundo. Apelo a la comunidad científica internacional para que realice más estudios en este campo”.

Como sabemos muy bien, las abejas juegan un papel fundamental en la alimentación de los seres humanos. De hecho, son responsables de la polinización de por lo menos setenta de los cien cultivos básicos que son la base de la dieta de miles de millones de personas en todo el mundo.  El problema del colapso de las colonias (CCD por sus siglas en inglés), fue detectado por primera vez en 1972, pero no fue hasta 2006 que la desaparición masiva de cientos de millones de abejas en todo el mundo hizo que sonaran las alarmas. Las abejas, en efecto, parecían “evaporarse” en todas partes, abandonando las colmenas sin dejar el menor rastro.

Ese año, apicultores de todo el planeta denunciaron la pérdida de entre el 30% y el 90% de sus colonias. En años sucesivos, y ante el agravamiento del problema, se han realizado numerosas investigaciones para identificar el origen de una crisis que no se limita sólo a las abejas.
Y es que si ellas desaparecen, afirman los científicos, la Humanidad tampoco sobrevivirá.


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