Un equipo internacional de investigadores ha
vinculado por vez primera un genotipo concreto con las aptitudes para el
liderazgo. Según un análisis realizado a unos 4.000 individuos, sería el
genotipo rs4950 el que, heredado de generación en generación, predispone a las
personas a ostentar puestos de supervisión en sus trabajos. A pesar de esta
constatación, los científicos señalan que el liderazgo está basado en gran
medida en la adquisición de habilidades mediante el aprendizaje, sea cual sea la
herencia genética recibida.
A partir del análisis de una extensa muestra de hermanos gemelos, el equipo internacional de investigación, que incluyó a académicos de Harvard, de la Universidad de Nueva York y de la Universidad de California, ha estimado que una cuarta parte de la variación observada entre individuos en el comportamiento de liderazgo puede ser explicada por los genes transmitidos de padres a hijos.
De Neve añade que “la idea tradicional de que el liderazgo es una habilidad
adquirida sigue siendo cierta en gran medida, pero hemos demostrado que el
liderazgo también tiene un componente genético.”
Para encontrar este genotipo, De Neve y sus colaboradores analizaron datos de dos extensas muestras estadounidenses, disponibles a través del llamado National Longitudinal Study of Adolescent Health (Add Health) y del Framingham Heart Study. Después, los investigadores compararon estas muestras genéticas -de aproximadamente 4.000 individuos- con información sobre los puestos de trabajo y las relaciones de estas personas.
De esta manera, constataron que había una asociación significativa entre el genotipo rs4950 y el liderazgo. El comportamiento de liderazgo se calculó a partir de la ocupación laboral de las personas analizadas (si estas desempeñaban o no cargos de supervisión en sus trabajos).
Según los investigadores, si bien la adquisición de una posición de liderazgo en el terreno laboral depende en gran medida del desarrollo de habilidades, el rasgo genéticamente hereditario de ‘líder’ también juega un papel importante.
El investigador añade que será preciso investigar más para comprender cómo el
genotipo rs4950 interacciona con otros factores, como el entorno en que los
niños se desarrollan, durante el proceso de surgimiento del liderazgo. Por otra
parte, “nuestro trabajo llama la atención sobre las cuestiones éticas
relacionadas con el desarrollo de pruebas genéticas para la selección y
evaluación del liderazgo, así como sobre la necesidad de considerar seriamente
en extender la protección actual contra la discriminación genética en el mercado
laboral. Nuestra sugerencia práctica principal es que esta investigación sirva
para ayudar a identificar factores ambientales específicos que a su vez ayuden
en el desarrollo de habilidades de liderazgo”, señala De Neve.
El científico concluye que “si realmente queremos comprender el liderazgo y su efecto en los resultados organizacionales, institucionales, económicos y políticos, debemos estudiar tanto la naturaleza como la educación”.
Las diferencias
genéticas están muy relacionadas con la probabilidad de que los individuos
asuman responsabilidades de dirección y de gestión, ha revelado un estudio
reciente realizado en la Escuela Universitaria de Londres (UCL). La investigación, publicada online porThe
Leadership Quarterly, es la primera que identifica un vínculo entre una
secuencia de ADN específica y la tendencia de algunas personas a ocupar una
posición de liderazgo.
A partir del análisis de una extensa muestra de hermanos gemelos, el equipo internacional de investigación, que incluyó a académicos de Harvard, de la Universidad de Nueva York y de la Universidad de California, ha estimado que una cuarta parte de la variación observada entre individuos en el comportamiento de liderazgo puede ser explicada por los genes transmitidos de padres a hijos.
“Hemos identificado
un genotipo, conocido como rs4950, que parece estar asociado con la herencia de
la capacidad de liderazgo de generación en generación”, afirma el autor
principal del estudio, el Dr. Jan-Emmanuel De Neve, de la Escuela
de Política Pública de la UCL, en un comunicado emitido
por la propia institución.
Naturaleza y
educación
Para encontrar este genotipo, De Neve y sus colaboradores analizaron datos de dos extensas muestras estadounidenses, disponibles a través del llamado National Longitudinal Study of Adolescent Health (Add Health) y del Framingham Heart Study. Después, los investigadores compararon estas muestras genéticas -de aproximadamente 4.000 individuos- con información sobre los puestos de trabajo y las relaciones de estas personas.
De esta manera, constataron que había una asociación significativa entre el genotipo rs4950 y el liderazgo. El comportamiento de liderazgo se calculó a partir de la ocupación laboral de las personas analizadas (si estas desempeñaban o no cargos de supervisión en sus trabajos).
Según los investigadores, si bien la adquisición de una posición de liderazgo en el terreno laboral depende en gran medida del desarrollo de habilidades, el rasgo genéticamente hereditario de ‘líder’ también juega un papel importante.
De Neve explica que:
“El pasado agosto, el profesor John Antonakis, conocido
por su trabajo sobre el liderazgo, planteó la siguiente pregunta: ‘¿existe un
gen específico liderazgo?’ Este estudio nos ha permitido responder que sí, hasta
cierto punto. Aunque todavía hay que pensar en el liderazgo como una habilidad a
desarrollar, la genética – en particular, el genotipo rs4950 – también puede
desempeñar un papel importante en la predicción de quién tiene más
probabilidades de ocupar puestos de liderazgo “.
El científico concluye que “si realmente queremos comprender el liderazgo y su efecto en los resultados organizacionales, institucionales, económicos y políticos, debemos estudiar tanto la naturaleza como la educación”.
Referencia
bibliográfica:
Jan-Emmanuel De Neve,
Slava Mikhaylov, Christopher T. Dawes, Nicholas A. Christakis, James H.
Fowler. Born
to lead? A twin design and genetic association study of leadership role
occupancy. The Leadership Quarterly (2013). DOI:
10.1016/j.leaqua.2012.08.001.
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