Las leyes importantes son las leyes del pensamiento, las cuales siguen impulsándonos en nuestro propio crecimiento personal para convertirnos en personas completamente espirituales. Las acciones vienen de nuestros pensamientos más profundos, los cuales aprecian y reflejan la naturaleza Divina dentro de nosotros. Pero, también tienen un efecto opuesto. Esto se debe a aquellos pensamientos encerrados desde hace tiempo y enraizados en el miedo. Estos pensamientos nos mantienen en la misma rutina, repitiendo nuestras vidas de las formas menos positivas.
Aquí hay otro problema que hay que entender con respecto al poder de nuestros pensamientos. Este es un poco más abstracto. Conforme continuamos con nuestro despliegue espiritual, nuestros pensamientos empiezan a crear diferentes energías en nosotros y en nuestras vidas. Esta energía comienza a magnetizar nueva información para nosotros. En otras palabras, a través de nuestros pensamientos generamos energía, la cual se acumula en nuestros cuerpos y luego abre la puerta para el siguiente paso en nuestro camino de despliegue. Un cambio en nuestro pensamiento representa el siguiente paso en nuestro proceso. Eso no siempre significa que estemos listos para dar el paso. Este es un tiempo en el que solamente necesitamos reflexionar, antes de que empecemos a actuar o a incorporar la nueva forma de pensar a nuestras acciones de la vida diaria.
Lo más sabio en este momento de nuevo pensamiento, en algunos casos, es no hacer nada. Cuando sea el tiempo correcto y hayamos integrado totalmente la nueva forma de pensar en nosotros mismos, entonces podremos continuar. Dar un paso sin haber integrado completamente la nueva forma de pensar, puede terminar en frustración y pérdida de esperanza. Una buena forma de comenzar a cambiar pensamientos en nuestra vida es utilizando técnicas de visualización creativa.
Creando una imagen diferente en nuestra mente, obtenemos una nueva forma de pensar. De esta manera, algunos de nuestros patrones de pensamientos son desechados fácilmente y reemplazados por nuevas representaciones de la persona en la que deseamos convertirnos. Eventualmente, a través de un proceso continuo de re-pensar nuestras vidas, nos encontramos cara a cara con nuestro pensamiento central, el cual continúa creando los temas de pensamiento subrayado en nuestras vidas. Esta es la causa raíz en nuestras vidas. Este centro de nuestro pensamiento es elaborado con una combinación de influencias del pasado, cómo nos han educado, y el entorno en el cual vivimos. Lo que es importante saber es que algunas formas de pensar estarán con nosotros a través de nuestras vidas y son el sendero de nuestro viaje.
Eventualmente, nuestra meta es desarrollarnos hasta un punto en el cual estemos en contacto directo con la energía creativa del Universo. El pensamiento juega un rol primordial para hacer esto realidad. Existen muchas palabras para describir esto, algunas de ellas son Conciencia Cósmica, Conciencia Universal o Conciencia Crística. Esto sucede cuando armonizamos nuestra conciencia con la del universo, eliminando las barreras que haya creado nuestro pensamiento individual. Aquí podemos experimentar claramente en nuestro pensamiento la energía pura, creativa y amorosa de lo Divino.
Al tiempo, y con el despliegue de nuestra intuición, podemos experimentar eventualmente una conexión con el pensamiento creativo de la mente Divina. En estos breves destellos de contacto, experimentamos de primera mano el conocimiento de las leyes que operan en nuestro universo. Cuando esto sucede no existe duda o siquiera respuesta emocional en nosotros. Nuestro pensamiento se llena de claridad o lo que puede llamarse “pensamiento correcto”. Y ya que nos conocemos a nosotros mismos y al mundo a nuestro alrededor a través de nuestro pensamiento, el influjo de información cósmica marca nuestra forma regular de pensar. Este es el pensamiento que aspiramos experimentar como personas espirituales. Al convertirnos en hiper-concientes de nuestro pensamiento, más y más del universo en el que vivimos será una parte activa de nuestro pensamiento.
Aquí hay algunas preguntas sobre las que puedes pensar, escribir, o meditar: Crea una lista de tus pensamientos recurrentes.
¿Alguno de ellos representa una contradicción de tus valores centrales o formas de pensar?
Mientras revisas tu vida, ¿en qué piensas ahora que recuerdes haber estado pensando desde hace mucho tiempo?
¿Qué estás dispuesto a cambiar en tu forma de pensar?
“Todo lo que eres es el resultado de lo que has pensado; se crea en tus pensamientos, se ha hecho de tus pensamientos.” — Gautama Buddha
Hace varios años, tenía esta frase enmarcada y colgada en la pared de mi baño, junto al espejo. Mientras comenzaba cada día, leía y volvía a leer estas palabras. Sé que si voy a crecer y a convertirme en el hombre espiritual que aspiro ser, mis pensamientos son la llave que abre la puerta de la conciencia superior. También es evidente que para poder desarrollar una nueva conciencia, el camino está oculto y restringido por los contenidos de mi actual forma de pensar.
Después de todos los estudios y meditación, es claro para mí que esto tan simple es la clave más importante para progresar en mi viaje espiritual. En mis pensamientos está toda la información que necesito para entender la dirección en la que se está moviendo mi vida y lo que puedo esperar. Y por el contrario, lo que no puedo esperar. En el camino continuo de desenvolvimiento, que nos trae una expansión de la conciencia y una nueva sensibilidad hacia la vida, sé que no soy una marioneta simplemente reaccionando a una serie de eventos aleatorios.
Los pensamientos recurrentes en mi mente crean energía en el plano terrenal. En efecto, con cada pensamiento, yo soy. Sucesivamente, creo una energía magnetizadora con mis pensamientos, que dan como resultado una manifestación invisible. Este es el contenido de mi vida diaria.
Hace algunos años escuché a un hombre hablar sobre el camino espiritual. Comenzó diciendo, “Tienes todo lo que quieres en la vida.” Repetía la misma frase varias veces. Su mensaje se refería al impacto de nuestros pensamientos. Recuerdo que me dije a mí mismo que ese hombre estaba muy equivocado y rápidamente hice una lista en mi mente de todas las cosas en mi vida que sentía que “no quería.”
Después de calmar el desvarío y despotrico en mi mente, incluyendo varios pensamientos no gratos dirigidos al orador, me di cuenta de que lo que dijo era verdad. Yo soy lo que pienso. Y todo lo que tengo es lo que pienso. Observando mi vida, realmente puedo decir que no había nada que estuviera sucediendo por alguna otra razón que no fuera mi pensamiento repetitivo. Aún más, conforme pensaba aquél día sobre mi vida y las partes que quería cambiar en ella, por primera vez me di cuenta de la contradicción en mis pensamientos.
Por un lado estaba la creencia de que lo que estaba pasando era necesario. Pero la voz interior (en la que confío) me decía que todos los problemas en los que estaba pensando eran elecciones de “pensamiento”. Esas elecciones se basaban en pensar, por ejemplo, que mi vida debía conservar la frustración y caos que experimentaba, como una parte normal de vivir. “Cambiar nuestros pensamientos, cambia nuestras vidas,” terminó diciendo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario