Desde que soy hombre, no recuerdo haber
visto semejantes surcos de fuego, ni oído truenos
semejantes entre el horrible choque de la lluvia y de
los rugientes vientos. La naturaleza del hombre es
demasiado débil para soportar la violencia de este
huracán y de tantos azotes a la vez.
de El Rey Lear, de William Shakespeare
Junio 24, 2011: Nevadas récord, tornados mortales, inundaciones devastadoras. No hay duda al respecto: desde diciembre de 2010, las condiciones climáticas en Estados Unidos han sido completamente salvajes. Pero, ¿por qué? Algunos informes de noticias recientes han atribuido el fenómeno a un comportamiento extremo de "La Niña": una banda de agua fría que se extiende a lo largo del Océano Pacífico y que tiene repercusiones globales sobre el clima y sobre las condiciones climáticas. Pero el climatólogo Bill Patzert, de la NASA, acusa a un sospechoso diferente: "La Nada".
"La Niña era fuerte en diciembre", dice. "Pero, en enero, realizó un acto de desaparición y se esfumó sin dejar en su lugar algo que contuviera a la corriente de chorro, fenómeno que hemos llamado 'La Nada'. Como una adolescente rebelde, la corriente de chorro aprovechó su reciente libertad, con resultados desastrosos". La Niña y El Niño son extremos opuestos de una gran oscilación del Pacífico. Cada 2 a 7 años, las aguas superficiales ecuatoriales del Pacífico se calientan (El Niño) y luego se enfrían nuevamente (La Niña). Cada uno de estos fenómenos conlleva efectos distintos sobre las condiciones climáticas.
La banda de color azul y morado que se muestra en esta imagen satelital del Océano Pacífico indica las aguas frías del fenómeno denominado La Niña, durante el mes de diciembre de 2010. Crédito de la imagen: satélite Misión de Topografía Superficial Océanica (OSTM, por su sigla en idioma inglés)/Jason–2, JPL (Laboratorio de Propulsión a Chorro) de la NASA. Durante el invierno (boreal) de 2010, aparecieron las condiciones características de La Niña. Una instancia "común" de La Niña hubiera empujado la corriente de chorro hacia el Norte, llevando el aire frío del ártico (uno de los ingredientes necesarios para que las condiciones del clima se tornen salvajes) lejos de la parte sur de Estados Unidos. Pero esta vez, La Niña perdió intensidad rápidamente, y no hubo un El Niño para reemplazarla. La corriente de chorro tuvo entonces libertad para portarse mal.
Los contrastes extremos en la velocidad y la dirección del viento, entre las capas superior e inferior de la atmósfera, transformaron a las tormentas eléctricas comunes en supercélulas rotatorias de larga duración capaces de producir violentos tornados.2 En palabras de Patzert: "La corriente de chorro, como si estuviese bajo el efecto de esteroides, se convirtió en el amo de la mezcla atmosférica, causando de este modo una erupción de tornados en Dixie y en el Corredor de los Tornados, e incluso en Masschusetts".
Esta imagen satelital, tomada en abril de 2011, revela la rápida desaparición de La Niña en el ecuador, cerca de la costa de Estados Unidos. El agua fría (mostrada en azul, en colores falsos) había desaparecido al inicio de la primavera (boreal). Crédito de la imagen: satélite Misión de Topografía Superficial Océanica (OSTM, por su sigla en idioma inglés)/Jason–2, JPL (Laboratorio de Propulsión a Chorro) de la NASA.
En concordancia con Patzert, Schneider menciona que la muy intensa y activa corriente de chorro que se desplazó a través del sur de Estados Unidos en abril "podría estar relacionada con el debilitamiento de las condiciones de La Niña observadas sobre el Pacífico tropical". Y, por supuesto, surge esta "pregunta del millón": "¿Existe alguna investigación que apunte al cambio climático como causa de estas salvajes condiciones del clima?" "Es indudable que el calentamiento global está ocurriendo", afirma Patzert, "pero no podemos descartarlo, ni culparlo por la temporada de tornados de 2011. Simplemente no lo sabemos... todavía".3 Qué ocurrirá en los próximos meses? Y por favor no digan: "La Nada".
Créditos y Contactos | |
Autor: Dr. Tony Phillips Funcionaria Responsable de NASA: Ruth Netting Editor de Producción: Dr. Tony Phillips | Traducción al Español: Juan C. Toledo Editora en Español: Angela Atadía de Borghetti Formato: Juan C. Toledo |
Más información
(1) Hubo otros factores atmosféricos que contribuyeron a la llegada de aire gélido polar, dice Patzert. Uno de los más importantes fue el debilitamiento del movimiento del aire, en forma de remolino, alrededor del Polo Norte. Como consecuencia de este debilitamiento, fluyó más aire frío desde el polo hacia el Sur, en dirección de Estados Unidos. Los climatólogos llaman a esto una "oscilación ártica".
(2) Imagínese una rueda de paletas orientada como si fuera una rueda de la fortuna y colocada en un lugar donde los vientos son mucho más intensos en la parte superior que en la inferior. La rueda girará en la dirección de los fuertes vientos en la parte superior. Esta primavera (boreal), estos fuertes vientos que giran impulsaron la rotación de las supercélulas mismas. En consecuencia, terminamos con una intensa rotación y corrientes ascendentes cerca de la superficie de la Tierra, las cuales constituyen las condiciones ideales para producir poderosos tornados.
(3) El 26 de mayo de 2011, Patzert dejó un comentario sobre este tema en el blog de The New York Times, a cargo de Andrew Revkin, denominado DOT EARTH (PUNTO TIERRA, en idioma español), bajo el título: "Demografía, Diseño, Bombas Atómicas y Muertes Ocasionadas por Tornados" ("Demography, Design, Atom Bombs and Tornado Deaths", en idioma inglés). Vea el comentario #6 aquí (en idioma inglés).
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