Un grupo de científicos ha publicado un estudio que revela la existencia de moléculas básicas de ADN y ARN en meteoritos encontrados en la Antártida. Existen múltiples teorías que tratan de explicar cómo pudo la vida aparecer en la Tierra. La legión de paleontólogos y científicos que trabajan en recrear el puzle de las especies, antecesor por antecesor, pieza a pieza tratan de dibujar el árbol de las especies remontándose millones de años. Una parte de estos científicos sostienen la punta de la lanza que abre la información lejana en el tiempo. Son aquellos que tratan de despejar la duda sobre el origen de la vida.
El germen de la vida llegó desde el espacio exterior. Una de las teorías, probablemente la más revolucionaria por ofrecer una solución plausible, a la pregunta, ¿Cómo apareció la vida en la Tierra?, cada vez está tomando más fuerza, dada la cantidad de datos, pruebas y evidencias estudiadas. Ya hace más de 30 años, esta teoría fue apoyada por el conocido divulgador, Carl Sagan, que en su obra Cosmos decía: "Todos formamos parte de lo mismo, en definitiva, estamos compuestos de polvo de estrellas".
La vida llegó a la Tierra en forma de proteínas viajando por el espacio en meteoritos. Esta afirmación es lo que proponen un grupo de científicos entre los que se cuenta con Jim Cleaves del Laboratorio Geofísico de Carnegie y Michael Callahan del Centro Goddard de la NASA. Los meteoritos, vehículos de las moléculas de la vida La noticia ha saltado a los medios, al publicarse este pasado lunes un trabajo de equipo en la revista científica Proceedings de la National Academy of Sciences, una de las más prestigiosas del planeta en temas relacionados con las Ciencias, que apunta directamente a las evidencias encontradas en meteoritos que portaban material orgánico y que posiblemente, cayeron en la Tierra diseminando la vida.
Los científicos del equipo han utilizado instrumentos avanzados de espectrometría de masas para analizar 11 meteoritos ricos en materia orgánica llamados condritas carbonáceas con bases nucléicas, que contribuyen a fabricar las macromoléculas con las que se forma el ADN y ARN de los seres vivos. Las condritas son piezas rocosas, a diferencia de los asteroides metálicos, no han sufrido procesos de fusión. Este origen ha permitido preservar la materia orgánica sin destruirla. Dentro de las mismas existen los llamados cóndrulos, pequeñas esferas que portan agua o pequeños minerales que han podido ser alterados por el agua.
Las conclusiones del estudio
Según ha indicado Cleaves acerca del contenido del texto presentado, se han encontrado tres bases nucléicas, purina, 6,8 y 2,6 diaminopurina-diaminopurina, también denominadas análogos, que "están ampliamente distribuidas en las condritas carbonáceas y que son raras o ausentes en la biología terrestre", lo que ofrece una explicación a su origen extraterrestre. Además, los meteoritos portaban otros dos compuestos, adeina y guanina, presentes en el ADN de cualquier ser vivo.
El equipo, una vez determinadas las pruebas, realizó diversos experimentos que permitieran sostener sus conclusiones. En concreto, para reproducir las bases nucléicas, se emplearon reacciones químicas con amoniaco y compuestos de cianuro, muy comunes en el espacio. Las reacciones dieron lugar a bases nucléicas de síntesis que eran increíblemente similares a las encontradas en las condritas, aunque en cantidades significativamente mayores. La diferencia en la concentración de bases nucléicas se podría explicar por los procesos térmicos y químicos que las condritas han debido de sufrir a lo largo de su viaje a través del espacio.
Se descarta la contaminación terrestr. Una de las razones que podrían echar al traste todo el estudio es la posible contaminación de las muestras en contacto con la atmósfera terrestre. Para ello, el equipo ha tomado medidas y han estudiado el entorno en el que fueron encontrados los meteoritos. En particular, cuando se ha analizado el terrero circundante se han empleado para el análisis casi diez kilogramos de hielo de la Antártida del entorno. En el hielo se ha investigado la presencia de las nucleobases, siendo ínfimamente significativa su presencia.
El estudio, se añade a otras investigaciones que cada vez ofrecen más evidencias del origen extraterrestre de toda la vida terrestre. En España, este año se celebra el 50 aniversario de la obtención por medio de síntesis de laboratorio de las primeras purinas en el marco de las investigaciones del científico español, Juan Oró.
Fuente 1: Ingeniería y ciencia
Fuente 2: Diario El País (Uruguay)
No hay comentarios:
Publicar un comentario