jueves, 25 de agosto de 2011

TRATAMIENTO DEL CÁNCER CON AGUA DE CRISTAL LÍQUIDO



DECIMOCUARTA MISIÓN DE LA REVOLUCION PACIFICA: EL PODER DEL AGUA

Los seres humanos somos agua en un 70-75%, sí, pero de un agua muy especial compuesta de cristales líquidos en forma de clatratos que permiten que la luz viaje a velocidades increíbles por el organismo transmitiendo información. Así lo afirma al menos la doctora mexicana Esther del Río quien asegura que su pérdida es por ello una de las principales causas de enfermedad y de ahí que su restitución permita recuperar la salud.

Es decir, asevera que parte del agua de nuestro cuerpo es en realidad un estado intermedio de la materia que posee las propiedades de los líquidos y a la vez las propiedades de los cristales ópticos. Y lo que es más importante: que es capaz de guardar información. Se podría pues afirmar que el agua –al menos la orgánica humana- tiene “memoria”.

Explica asimismo que por eso nuestro organismo es en realidad como un gran ordenador capaz de relacionarse en millonésimas de segundo tanto con el interior como con el exterior así como con el disco duro -el cerebro- haciéndonos virtualmente seres cibernéticos. Incluso llega a asegurar que todos estamos integrados en una gran red de ámbito electromagnético y conectados a la gran mente universal. ¿La consecuencia de todo esto? Realmente enorme.

Pero, respecto a lo que en esta ocasión nos ocupa, que para estar sanos los cuerpos físico y energético –a nivel bioquímico y electromagnético- deben estar en perfecto equilibrio. Y para ello es imprescindible que el organismo esté limpio y tenga suficiente agua de cristal líquido de calidad.

Pues bien, Esther del Río asegura haber patentando un singular proceso que permite, partiendo de agua purificada, obtener agua-cristal líquido. Y de su eficacia en numerosas patologías -cáncer incluido- habló durante la ponencia que dio en el II Congreso Internacional sobre Tratamientos Complementarios y Alternativos en Cáncer que se celebró en su día en Madrid (España) bajo el patrocinio de la WORLD ASSOCIATION FOR CANCER RESEARCH (WACR) y la revista española Discovery DSALUD.






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