¿Hay algún mecanismo en el mundo que sea más ridículo, absurdo y rebajante para la dignidad humana que “ir a la moda”?¿Alguien se ha planteado alguna vez qué significa realmente “ir a la moda en el vestir”, por poner un ejemplo?Ir a la moda significa literalmente que alguien desconocido y por motivos inexplicados e injustificados, decide unilateralmente qué y cómo debes vestir y calzar y qué colores, texturas y elementos estéticos deben gustarte, sin tan solo tener en cuenta tu criterio, tus gustos o tu opinión al respecto.Es un mecanismo tan increíblemente infundado y arbitrario que incluso resulta difícil de procesar mentalmente, por su carencia de lógica interna.Es como si año tras año, cada persona recibiera una carta anónima de origen desconocido en su casa en la que tan solo pusiera “mañana usted se pintará el pelo verde y vestirá ropa naranja” y al día siguiente todo el mundo saliera orgulloso a la calle vistiendo de la misma manera y con el pelo convertido en un matorral, pavoneándose ante los demás por haber seguido las instrucciones de la nota.Si esto sucediera y lo viéramos con nuestros propios ojos, pensaríamos que todo el mundo ha sido hipnotizado.Sin embargo, esto es lo que sucede continuamente a nuestro alrededor representado de múltiples maneras y a todos nos parece la cosa más normal del mundo.Temporada tras temporada recibimos nuestro “mensaje anónimo” que nos dice cómo debemos peinarnos, cómo debemos vestirnos, qué música debemos bailar y qué acto de supina estupidez tipo Harlem Shake o selfie-idiota-grupal-de-turno, debemos reproducir junto con nuestros amigos para poder subirlo a Youtube o Instagram, con el objetivo de compartirlo con esos millones de pseudo-individuos que han decidido obedecer la nota exactamente como hemos hecho nosotros.Lo vemos como algo lógico cuando en realidad es un elemento propio de una película de terror; parecen ser los primeros estertores de lo que acabará convirtiéndose en una gigantesca mente de colmena planetaria, en la que ya no habrá individuos diferenciados, sino clones numerados y programados.Nadie quiere percatarse de ello, pero ya hemos dado pasos tan decididos en esa dirección, que actualmente ni tan solo nos hace falta saber quién nos dicta las instrucciones para que las obedezcamos ciegamente sin tan solo preguntarnos el por qué.VESTIR A LA MODAPor más vueltas que le demos, “vestir a la moda” no nos reporta ningún beneficio tangible y si lo analizamos con un mínimo de espíritu crítico, veremos que no significa nada y no tiene la más mínima utilidad.La moda de temporada no está basada en el valor intrínseco de la ropa como instrumento útil, ni en su comodidad, ni en su funcionalidad, ni tampoco tiene nada que ver con la belleza estética, aunque muchas personas se empeñen en creer que sí.Es un concepto basado, exclusivamente, en la programación mental más arbitraria y su única función es la de disolver cualquier de individualidad en el ácido de la estupidez socializada.Resumiendo, podríamos decir que:a-La moda de temporada no tiene justificación (cada temporada se decide una nueva tendencia estética por motivos arbitrarios y desconocidos)
b-La moda de temporada no tiene una función concreta (seguir los cánones estéticos de temporada no te salva de los rayos ultravioletas, ni te protege ante un accidente de coche, ni te hace mejor persona, ni más fuerte, ni más guapo, ni más inteligente)
c-Seguir la moda no ofrece ninguna recompensa a quien la viste(quien viste a la moda debe gastar dinero a cambio únicamente de una etiqueta imaginaria que dice “esta persona sigue la moda”)Las únicas personas que pueden justificar la necesidad de la moda de temporada son los propios fabricantes de ropa y los creadores de tendencias, pues hacen negocio con ello.Pero para nosotros, las personas de la calle, seguir las modas que nos imponen no tiene ninguna justificación práctica ni racional y solo nos representa un gasto, pues sus impulsores no se dedican a compartir sus ganancias económicas con nosotros en pago por nuestra desinteresada y generosa colaboración en su “proyecto de negocio”.Es obvio pues, que seguir la moda es un ejemplo de programación mental pura y dura; y si no, fijémonos en las expresiones que se utilizan habitualmente en el campo de la moda de alta costura.Cuando escuchamos por la televisión que “esta temporada se llevarán los tonos pastel y las telas vaporosas”, podemos observar que se trata de una expresión impersonal que carece de sujeto.Por lo tanto, cuando escuchamos a alguien que afirma que viste una determinada ropa “porque es lo que se lleva”, podemos deducir que esa persona no ejerce ningún tipo de gobierno sobre su propia existencia y es poco mas que un mero reproductor irreflexivo de las instrucciones que la sociedad instala en su mente, como lo sería cualquier autómata programado.Ni tan solo llega a escuchar su propia voz: hace simplemente aquello que le ordenan, sin pensar por sí mismo.Su lógica de funcionamiento es:
Tengo que vestir esto / ¿Por qué razón? / Porque esto es lo que se tiene que vestirUn mecanismo propio de una mente en estado de hipnosis, que ni tan solo llega a preguntarse quién o quiénes están detrás de aquella corriente estética que decide seguir ni qué razones han tenido para crearla.No deja de ser paradójico pues, que precisamente esas personas sin criterio ni personalidad propia, capaces de pronunciar impávidamente frases sin sujeto para justificar su obediencia hipnótica, sean las que se burlen de todo aquel que no siga a rajatabla la programación mental a la que ellos están sometidos.Y lo peor del caso es que lo hacen bajo el pretexto de la “belleza”, hasta el punto de llegar a sentir auténtica repulsión por elementos estéticos “pasados de moda”, o simplemente no coincidentes con la corriente del momento; a pesar de que, precisamente, esos mismos elementos estéticos que tanto denostan ahora, son los mismos que ellos consideraban “bellos” o “atractivos” en su día y pueden volver a serlo si los diseñadores, de forma unilateral y sin contar con su opinión, lo deciden así y deciden ponerlo de nuevo “de moda”.Tan profundo es pues, el nivel de programación mental al que están sometidos estos pseudo-individuos que siguen la moda. Tan profundo que incluso llega a alterar sus sentimientos y su percepción sobre lo que se supone que es bello y lo que no lo es, como si alguien realizara un borrado de su disco duro e instalara un nuevo programa.Eso nos hace llegar a la triste conclusión de que los esclavos de cualquier la moda, y en el caso extremo, los “fashion victims”, aparte de ser patéticos seres sin criterio ni personalidad, ni tan solo albergan en sus vacuos cerebros ni una mínima sensibilidad propia sobre lo que es la belleza.Estamos pues, y con poco espacio para la duda, ante el escalafón más bajo y despreciable de la especie humana.Sí, quizás suene como una expresión muy fuerte, pero ¿es que hay algo más despreciable que un ser humano que renuncia a su propio criterio y personalidad con el fin de obedecer ciegamente mecanismos de los cuales desconoce su procedencia, su justificación y su sentido práctico y de los cuales ni tan solo obtiene ningún beneficio tangible?¿Se puede caer más bajo y ser más soberanamente estúpido?El Universo se ha desarrollado durante miles de millones de años; tras una serie de procesos inconcebibles, se han creado el tiempo y el espacio, la energía y la materia; se han formado las estrellas y los planetas y sobre ellos, como si fuera un milagro, se han producido reacciones químicas que han conducido a la creación de biomoléculas cada vez más complejas, que a su vez se han combinado hasta convertirse en entes biológicos cada vez más asombrosos: virus, bacterias y organismos pluricelulares, que se han desarrollado durante millones de años hasta formar inmensas estructuras biológicas fascinantes, vivas y pensantes que han tratado de proliferar adaptándose a todo tipo de condiciones adversas, provocadas por las fuerzas desatadas de la naturaleza.Y tras tal número inimaginable de prodigios maravillosos acaecidos durante eones, en la culminación de este soberbio proceso que tanta gente considera divino, la naturaleza nos ha brindado el más prodigioso de los seres vivos, aquél que con mirada vacía se mira al espejo y dice:“!Uy, esta temporada se llevarán los cuadros tartán! ¡Tengo que salir a comprarme un abrigo a cuadros y zapatos y complementos a juego!”¿Para eso hacía falta tanto esfuerzo y energía?¡Menudo insulto para el Universo!GAZZETTA DEL APOCALIPSIS
Blog especialmente dedicado a informar acerca de la vida humana en la Tierra, destacando las ideas correspondientes a la moral, la ética y las buenas costumbres que deben acompanar el comportamiento de los seres privilegiados con el don de la existencia.
jueves, 8 de enero de 2015
EL CICLO HUMANO DE LA OBEDIENCIA SIN SENTIDO
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