jueves, 14 de marzo de 2013

El camino del corazón

El coraje

“Sólo se ve bien con el corazón; lo esencial es invisible para los ojos” 
(Antoine de Saint Exupéry “El Principito”)

Enfrentar lo desconocido, genera reacciones emocionales, que algunos llaman temor ó valor, pero, al equilibrio entre las diferentes tensiones, llamamos armonía. Hay quién se deja llevar, mientras que la persona valiente los aparta, y continúa su camino; se adentra en lo desconocido, superando los temores.

La vida no es un proceso mecánico, no puede ser segura. Es un misterio impredecible. La palabra «coraje» proviene de la raíz latina “cor”, que quiere decir corazón. Por tanto, ser valiente significa vivir con corazón.
El camino del corazón es el camino del coraje. Es vivir en la inseguridad, es vivir con amor, con confianza; es adentrarse en lo desconocido. Es renunciar al pasado y permitir el futuro. Siempre podemos ser originales, si tenemos el valor de la sinceridad.

La inteligencia es vivacidad, es espontaneidad. Es apertura, es vulnerabilidad. Es imparcialidad, es valor para actuar sin buscar resultados. Puedes perderte, pero es la forma de llegar. Al perderte muchas veces, aprendes a no perderte.

Sabiendo lo que es un error, te vas acercando más a la verdad. Es una exploración individual; no puedes depender de las conclusiones de los demás. El pensamiento sólo puede pensar acerca de lo conocido… mascar lo que ya está mascado. El pensamiento tiene que aprender cómo translucir lo original.

La verdad es una experiencia, no una creencia. La verdad nunca se conoce estudiándola; hay que encontrar la verdad, hay que hacerle frente. Quien estudia el amor es como quien estudia el Himalaya viendo un mapa de las montañas. ¡El mapa no es la montaña! … Si te obsesionas demasiado con el mapa, no verás la montaña.


La montaña está delante de ti, pero tus ojos están llenos de mapas hechos por diversos exploradores. Estás tan agobiado por su peso que no puedes moverte ni un centímetro. El ojo que tiene prejuicios está ciego, el corazón lleno de conclusiones, está muerto.

Observando una flor, conviértete en ella; baila a su alrededor, canta una canción. Abandona la indiferencia, la objetividad, el distanciamiento. Deja que la flor le hable a tu corazón, deja que la flor se introduzca dentro de tu persona. Invítala, ¡es un huésped!… Entonces, podrás percibir el misterio.

Cuando empieza a haber una unidad tan profunda, en muchos aspectos de tu vida, cuando la flor está ahí pero tú no estás, cuando el arco iris está ahí pero tú no estás, cuando hay un silencio absoluto en lo que a ti respecta; cuando dentro de ti no hay nadie, sólo puro silencio, silencio inmaculado, imperturbable, sin alterarse por el razonamiento, el pensamiento, la emoción, el sentimiento…, éste es el momento de meditación.

La mente condicionada ha desaparecido, y cuando desaparece ésta mente, aparece el misterio, y el vidente.


Apuntes del libro “Coraje, la alegría de vivir peligrosamente.” de Osho.

No hay comentarios:

Publicar un comentario