jueves, 11 de julio de 2013

Agua potable: derecho de la humanidad

Atendiendo a las reglas establecidas por el Buró Internacional de Exposiciones, cada ciudad que aspira a ser sede de una Exposición Universal −en este caso Ekaterimburgo, ciudad aspirante a recibir la Expo 2020− debe convocar a un simposio directamente relacionado con el tema de su propuesta. Es por ello que este jueves, importantes personalidades de diversas partes del mundo acudieron al Simposio “Intelecto Global”, el primero en celebrarse.

                                                                   Foto: SX

Entre los participantes, Ekaterimburgo tuvo el placer de recibir a Asit K. Biswas, fundador del Centro del Tercer Mundo para Manejo de Agua, importante institución radicada en México que se dedica a la investigación de los recursos hídricos, y la generación de proyectos de conocimiento y soluciones en aras de lograr un abastecimiento sustentable de esta primordial fuente de vida. Con el objetivo de comprender y dar a conocer cuáles son los puntos de contacto entre esta asociación no gubernamental y la venidera Expo Universal, nos dirigimos con varias preguntas a Asit K. Biswas: quien también es editor de la Revista Internacional de Desarrollo de Recursos Hídricos.


–El objetivo principal del Centro creado por usted es “generar nuevo conocimiento, sintetizar y aplicar el conocimiento existente y difundir esta información”, lo cual está en consonancia total y directa con el leitmotiv propuesto por los organizadores de la propuesta de Ekaterimburgo “Intelecto Global” ¿Cómo cree que pudiera sumarse su proyecto a dicho evento, de realizarse?

–Si la Expo 2020 se organiza en Ekaterimburgo tendrá un gran impacto en el mundo, especialmente en términos de la globalización. La globalización se está tornando cada vez más patente en todo el mundo y en todos los ámbitos. En el ámbito de los recursos que me ocupan (los recursos hidráulicos) el mundo será muy diferente dentro de veinte años, en gran medida debido a los procesos de globalización. Algunos cambios serán buenos, otros no tanto. Uno de los mayores desafíos que enfrentaremos en los próximos veinte o veinticinco años estriba en que la población mundial va a aumentar y si no cambiamos nuestra manera de gestionar recursos como la energía, el agua, los alimentos, el medio ambiente, el mundo se enfrentará a un grave problema. No podemos seguir haciendo las cosas como hasta el momento. Por lo tanto, tenemos que cambiar nuestra forma de pensar y la Expo 2020 sería una maravillosa oportunidad para explorar cómo podemos resolver los futuros problemas del mundo en términos de recursos mediante una mejor planificación, mejores prácticas de gestión, partiendo de la tecnología disponible pero en el marco de los recursos financieros de los que disponen en la actualidad los países. En este sentido, repito, la Expo 2020 en Ekaterimburgo puede aportar una importante contribución a la humanidad.

–¿Cuáles son los principales retos que enfrenta el Centro del Tercer Mundo para Manejo de Agua en las condiciones actuales de globalización?

–El Centro del Tercer Mundo para el manejo del Agua intenta mostrar cómo algunas de las ciudades o los países del tercer mundo o algunos países de economías emergentes grandes, tales como Brasil, Rusia, la India y China, han resuelto algunos de los problemas del manejo de los recursos hídricos utilizando la tecnología actual, las prácticas actuales de gestión, y compartir estas experiencias exitosas con el resto del mundo a través de la propuesta de Expo 2020, para que estas soluciones pueden ser aplicadas por terceros. Nuestro trabajo consiste también en estudiar cuál serán las condiciones futuras de recursos como el agua, la energía, los alimentos, el medio ambiente en 2020 y más allá. En el Centro estamos estudiando no sólo cómo se pueden resolver estos problemas que surgirán para esa fecha, sino también más allá de 2020, vamos a decir que para 2050, cuando tengamos una población mundial de alrededor de nueve billones de personas, para comprender cómo podemos proporcionarles suficiente comida, suficiente energía, agua suficiente, suficiente tierra y un medio ambiente de calidad. Sobre la base del trabajo que hemos realizado hasta el presente, somos cautelosamente optimistas al plantear que si logramos seguir determinadas pautas adecuadas, podríamos aspirar a tener un mejor nivel de vida, incluso con una población de nueve billones de seres humanos. Estamos firmemente convencidos de ello.

–¿Cuáles son las principales estrategias a seguir a nivel global para garantizar un adecuado y sostenible manejo de los recursos hídricos, sugeridas por su Centro?

–Muy pocas personas conocen que una ciudad como Phnom Penh en Camboya tiene en la actualidad una mejor gestión de la calidad del agua que, por ejemplo, Londres o Los Ángeles. Estamos tratando de entender cómo aplicar esta experiencia en otros entornos propicios, averiguar qué permitió a Phnom Penh realizar este milagro. En veinte años lograron superar a la mayor parte de las ciudades de los países occidentales en el ámbito de la gestión del agua urbana. Estamos estudiando las experiencias de Singapur, Tokio, lugares como Turquía, para mostrar que los problemas de suministro y gestión del agua se pueden resolver. Todo lo que se necesita es una mejor planificación, una gestión más eficiente y ya sabemos cómo gestionar los recursos hidráulicos de manera eficiente. La pregunta es: ¿cómo nos aseguramos de que estas prácticas de gestión eficaces se implementen realmente en las diferentes partes del mundo? Si logramos asegurarnos del cumplimiento de tales prácticas, estamos absolutamente convencidos de que el mundo no tendrá ningún problema con el agua no sólo en 2020, sino durante un período mayor.

–¿Podría valorar la situación actual de los recursos hídricos en Rusia?

–Mi conocimiento de Rusia no es profundo, pero en general tengo la impresión de que el suministro de agua en Moscú, San Petersburgo, Ekaterimburgo garantiza las cantidades necesarias, pero podría aspirar a garantizar la calidad. Entonces, la pregunta radica en cómo pudiéramos garantizar que todos los residentes de Rusia tuviesen veinticuatro horas de suministro de agua limpia, que pudiera ser bebida directamente del grifo. En el área de riego y la producción de alimentos la pregunta consistiría en cómo la agricultura rusa pudiera lograr una mayor eficiencia del uso de los recursos hídricos, para que los alimentos se pudiesen producir gastando mucha menos agua. Lo mismo sería aplicable a la energía hidroeléctrica: ¿cómo generar energía hidroeléctrica eficiente, que garantice el suministro de electricidad a la población? El tema de la calidad del agua es un gran problema en todo el mundo, no sólo en Rusia, sino también para EEUU. Y además, es preciso poner atención en cómo gestionamos el agua de manera que nuestros ríos y lagos no se contaminen. Rusia, al igual que muchos otros países, se enfrenta a este desafío. Pero la buena noticia es que disponemos de la tecnología para enfrentarnos a estos problemas, sabemos qué podemos hacer de forma rentable. El problema principal es encontrar la variante más apropiada para Rusia y luego aplicarla en los años venideros, para lograr cambios radicales en las prácticas de gestión del agua en el país.

–¿Cómo valora las oportunidades de Ekaterimburgo de obtener la sede de la Expo 2020?

–Creo que las posibilidades son muy altas. Yo sinceramente espero que Ekaterimburgo obtenga la sede de la Expo 2020. Esto resultará provechoso no sólo para la ciudad, sino que será bueno para Rusia y también para el resto del mundo, ya que podríamos mostrar lo que podemos hacer en esta área. Por ejemplo, para septiembre de 2020 podría realizarse un esfuerzo especial para mejorar las prácticas de gestión del agua y demostrar que Ekaterimburgo puede llegar a convertirse en una de las mejores ciudades del mundo en ese sentido. De tal manera, cuando la gente venga a la Expo 2020 en Ekaterimburgo, también podrán ver cómo otras ciudades como Ekaterimburgo han sido capaces de convertirse en unas de las mejores en materia de gestión de agua urbana en breves períodos de seis a siete años. Entonces, este evento será una especie de vitrina para el mundo que cuenta con el apoyo de los políticos, el apoyo de la gente. Estoy convencido de esta la ciudad podría convertirse en un buen ejemplo en el ámbito de la gestión del agua para todo el mundo.

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