La monarquía británica es una institución tan tradicional en el Reino Unido como el té de las cinco de la tarde, el Big Ben o el imprevisible clima de las islas, pero a pesar de seguir contando con un gran apoyo del electorado, enfrenta un cada vez más creciente movimiento republicano.
A pocos días de la llegada del hijo del príncipe Guillermo y Kate Middleton, que se convertirá en el tercero en la línea de sucesión a la Corona británica, y cuando la reina Isabel II de Inglaterra conmemora sus 60 años en el trono, el principal grupo que conglomera a los anti-monárquicos, Republic, espera conseguir incluso más apoyo para lanzar una campaña nacional que ponga fin a lo que considera es un “símbolo del poder de clases” y de “falta de igualdad social”.
Republic es un grupo de presión que desde hace más de dos décadas viene pidiendo por el fin de la monarquía británica y el nacimiento de una República del Reino Unido.
La organización estima que en Gran Bretaña hay por lo menos 12 millones de republicanos que están hartos de Isabel II, de los escándalos de la Casa Windsor y los multimillonarios gastos de la realeza. “Nosotros pedimos que la monarquía sea reemplazada con un jefe de Estado y que se adopte una nueva constitución republicana en el Reino Unido”, destaca Graham Smith, director ejecutivo del grupo.
El objetivo no es nada fácil, ya que la gran mayoría de los británicos aún sigue considerándose “realistas” (royals) y considera que la realeza, una institución que se remonta al siglo XI en Inglaterra, trae demasiados beneficios por el turismo y el comercio al país.
“Representamos a los entre 10 y 12 millones de republicanos en Gran Bretaña, promoviendo la causa y también defendiendo los derechos de los republicanos. Con 20.000 simpatizantes y miembros activos en el mundo político y social, ponemos presión a los políticos y formadores de opinión, realizamos campañas mediáticas pro-activas, comentamos sobre noticias de la realeza, damos charlas y clases en escuelas y universidades y proveemos de información acerca del republicanismo”, agrega Smith.
La organización cuenta con el apoyo expreso de varios parlamentarios, entre ellos los laboristas Jeremy Corbyn e Ian Davidson, la actriz y ahora diputada Glenda Jackson y el liberal democrático Norman Baker.
Republic explica que los últimos sondeos de opinión revelan un creciente malestar de los británicos con el príncipe Carlos, quien desde 1952 es el “eterno” heredero a la Corona británica.
Británicos esperan que la reina Isabel II abdique
Una encuesta a 2.000 residentes del país realizada por el grupo Blu-ray y publicada el pasado 2 de junio, indicó que para la mayoría de los británicos Carlos no será un buen abuelo. El 21% de los consultados sostiene que Carlos y Camilla “serán demasiado distantes”, una característica que parece perseguir a los Windsor y que los enfrentó con la popular princesa Diana, incluso hasta después de la muerte de esta última.
Un 8% dijo que el Príncipe de Gales y la Duquesa de Cornualles “son demasiado estrictos” en sus costumbres.
Otro sondeo, publicado al comienzo de este mes, concluyó que un 16% de los británicos quiere la abolición de la monarquía y el emplazamiento de un jefe de Estado en lugar de Isabel II. Esa encuesta incluso indicó que Kate Middleton es más popular que la propia monarca, principalmente por haberse ganado “el corazón” de la gente.
Del total de 1.000 consultados, un 28% votó por la Duquesa de Cambridge como la más popular de la Familia Real, y delante de Isabel II, con el 27% de los votos. El príncipe Harry, segundo hijo de Carlos y la fallecida Diana, quedó en tercer lugar, con el 16%.
Sin embargo, la gran mayoría, un 83% de los británicos, considera que la Reina no debería abdicar a su puesto, incluso a pesar de su avanzada edad (87 años).
Esa proporción contrasta con las recientes abdicaciones de monarcas de Europa, incluida la reina Beatriz de Holanda y el rey Alberto de Bélgica.
Las cuentas y gastos reales alarman a la ciudadanía
Lo cierto es que uno de los factores principales por el crecimiento del republicanismo en el país es el descontento general por los gastos de la realeza británica.
El mes pasado, la Casa Real confirmó que a pesar de la peor crisis económica que afecta a Gran Bretaña desde la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), el salario de Isabel II aumentará un 5% luego de que el fondo Crown Estate, que genera sus ingresos, reportó un aumento de ganancias.
El Salario de la Soberana, que financia los gastos de la reina como jefa de Estado, aumentará en 2014 de 36,1 millones de libras esterlinas (55,3 millones de dólares) a 37,89 millones de libras (58 millones de dólares).
Ese fondo es calculado como porcentaje de los ingresos del Crown Estate, que incluye propiedades como Windsor Park y oficinas en el West End londinense, y que cubre la mayor parte de la costa del Reino Unido. También cuenta con centros comerciales en Liverpool, Swansea, Slough, Worcester, Oxford, Exeter y Nottingham, y oficinas en Birmingham, Manchester y Cambridge.
En total posee unas 144.000 hectáreas de tierras agrícolas y bosques, como también propiedades comerciales y residenciales fuera de zonas urbanas. La entidad confirmó que sus ingresos aumentaron un 5% a 252,6 millones de libras (387,31 millones de dólares).
Además de pagar el salario de la reina, los ingresos del Crown Estate también son destinados al Tesoro para ayudar a las finanzas de la nación. El valor del porfolio inmobiliario del Crown Estate es ahora de 12.420 millones de dólares, y excedió los 12.000 millones por primera vez en su historia.
El presidente de la entidad, sir Stuart Hampson, afirmó que el desempeño récord del grupo “ayudará nuevamente a una sólida contribución de las finanzas de la nación”.
Aunque el Crown Estate está a cargo de las propiedades de la Corona, no es dueño de las propiedades privadas de la Reina, como los palacios de Sandringham y Balmoral.
Otro dato que alarma a los británicos es el gasto del gobierno británico para la monarquía, que aumentó en el último año fiscal en 900.000 libras esterlinas (1,37 millones de dólares) a 50,8 millones de dólares.
Funcionarios del Palacio de Buckingham, en el centro de Londres, confirmaron que los gastos oficiales de Isabel II aumentaron en casi un millón de libras para el período 2012-2013, comparado con los doce meses previos.
Sir Alan Reid, a cargo de la oficina de Gastos personales de la Monarca (Privy Purse), sostuvo que la cifra “es una reducción en términos reales” del gasto de la Corona, una de las más costosas de Occidente y explicó que parte del dinero pagado a la realeza se utilizará para mantener algunos de los palacios reales, entre ellos el Castillo de Windsor y el Palacio de Buckingham.
Resta por verse si el nacimiento del bebé de Guillermo y Kate, que se espera ocurrirá a mediados de este mes en el Hospital St Mary’s de Paddington, en el centro de Londres, cambie la percepción de los británicos sobre la realeza.
Kate y Guillermo eligieron la sala Lind Wing del hospital para el nacimiento, como había hecho la madre del príncipe, Lady Di, quien dio a luz a sus dos hijos en ese lugar. El bebé, primer nieto del príncipe Carlos, podrá reinar sea cual sea su sexo, gracias a cambios en la legislación aprobados por el Parlamento.
Más allá de la novedad por la llegada del bebé real, la flamante familia vivirá en medio del lujo, ya que se trasladará a un renovado Palacio de Kensington, en el oeste de la capital. El exclusivo Apartamento 1A del Palacio estará listo para finales del año, luego de tareas de renovación que costaron más de 1,5 millones de dólares.
Esa residencia cuenta con 21 habitaciones y vistas a los jardines de Kensington, el lago Serpentine y la estatua de una joven reina Victoria, uno de los sitios más icónicos de Londres y símbolo de un poder real que parece aún vigente, incluso hoy en pleno siglo XXI.
f: Leonardo Boix / El Telégrafo
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