© REUTERS Doug Wilson
“Las mujeres embarazadas deben tener mucho cuidado de evitar el contacto con productos químicos agrícolas siempre que sea posible”, asegura un estudio que advierte del riesgo de autismo desde la gestación.
En el estudio, realizado por el Instituto Davis MIND de la Universidad de California, observó a las mujeres embarazadas y su proximidad residencial a las granjas y campos.
La mayoría de las participantes vivían en las zonas del Valle de Sacramento, Valle Central y San Francisco. El equipo tomó los datos y la comparó con los niveles de utilización de plaguicidas comerciales en la zona.
La mayoría de las participantes vivían en las zonas del Valle de Sacramento, Valle Central y San Francisco. El equipo tomó los datos y la comparó con los niveles de utilización de plaguicidas comerciales en la zona.
“Hemos indicado dónde vivieron durante el embarazo y en el momento del nacimiento. En California, las participantes tenían que reportar sobre los plaguicidas que se están aplicando, dónde están aplicándolos, anotar cuándo lo hicieron y cuánto se aplicó”, dijo Irva Hertz-Picciotto, investigadora principal y vicepresidenta del Departamento de Ciencias de Salud Pública de la Universidad de California en un comunicado.
Los investigadores encontraron que durante el período de estudio, aproximadamente un tercio de los participantes vivían aproximadamente en 1,5 kilómetros a la redonda de los lugares de aplicación de pesticidas comerciales.
“Lo que vimos eran varias clases de plaguicidas más comúnmente aplicados cerca de las residencias de las madres cuyos hijos nacieron con autismo o retraso de las habilidades cognitivas o de otro tipo”, explicó. Como resultado, los investigadores encontraron que las madres que vivían cerca de los sitios agrícolas fueron dos tercios más propensas a tener hijos con autismo que las madres que viven más lejos.
Los investigadores también analizaron los pesticidas específicos y se encontró un aumento del riesgo para las personas expuestas a organofosforados durante el embarazo, especialmente clorpirifós en el segundo trimestre y los piretroides durante el tercer trimestre.
“Lo que vimos eran varias clases de plaguicidas más comúnmente aplicados cerca de las residencias de las madres cuyos hijos nacieron con autismo o retraso de las habilidades cognitivas o de otro tipo”, explicó. Como resultado, los investigadores encontraron que las madres que vivían cerca de los sitios agrícolas fueron dos tercios más propensas a tener hijos con autismo que las madres que viven más lejos.
Los investigadores también analizaron los pesticidas específicos y se encontró un aumento del riesgo para las personas expuestas a organofosforados durante el embarazo, especialmente clorpirifós en el segundo trimestre y los piretroides durante el tercer trimestre.
Los trastornos del espectro autista se caracterizan por problemas de desarrollo cerebral que conducen a problemas con la comunicación verbal y no verbal.
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