Castillos y palacios que parecen sacados de los cuentos de hadas siguen siendo las residencias reales de los últimos monarcas del siglo XXI. Cerrados al público o abiertos a los turistas, construidos en la Edad Media o modernos, asombran por sus dimensiones, lujo, arquitectura e historia.
Palacio de Buckingham. Residencia de la reina Isabel II de Inglaterra. Construido inicialmente en 1703 como hotel para el primer duque de Buckingham, se convirtió en la principal residencia real en el siglo XIX durante el reinado de la reina Victoria. El palacio se utiliza para ceremonias oficiales, visitas de Estado y visitas turísticas.
Palacio Imperial, residencia de la familia imperial japonesa. Ubicado en pleno corazón de Tokio. En el territorio del palacio, de 3,4 kilómetros cuadrados, se encuentra la residencia privada de la familia real, un museo, el palacio principal, un archivo y oficinas administrativas. Como el emperador vive en el palacio, el público sólo puede visitar los jardines.
El Palacio de Drottningholm es uno de los palacios reales de Suecia. El edificio, construido a finales del siglo XVI, forma parte de la lista de sitios Patrimonio de la Humanidad de la Unesco y sirve sólo para propósitos de representación del rey como jefe de Estado. Los turistas pueden visitar el jardín barroco, el jardín chino, la iglesia y el teatro.
El Palacio Huis ten Bosch de La Haya fue construido en la primera mitad del siglo XVII, pero no se convirtió en residencia oficial de los reyes holandeses hasta 1981. No está abierto al público.
El Palacio de la Zarzuela es la residencia oficial de los Reyes de España desde 1975. Enclavada en el monte de El Pardo, en las afueras de Madrid. Construido en 1627, el palacio es un edificio rectangular del típico barroco madrileño, inspirado en las villas de Andrea Palladio.
Palacio Chitralada, residencia en Bangkok del rey Bhumidol Adulyadej y su esposa. El rey se mudó al palacio, que es parte del complejo del Palacio Dusit, en 1946 y fue el primer rey de la dinastía en vivir en él.
Palacio del Príncipe de Mónaco. Residencia oficial de la familia real de Mónaco. Construido en 1191 como una fortaleza genovesa, el edificio se transformó en un palacio de estilo renacentista tras diversas reformas llevadas a cabo a lo largo de los siglos. Desde entonces, este edificio ha estado asociado a los Grimaldi.
Palacio de Amalienborg. Residencia real de invierno de la reina Margarita II de Dinamarca, donde vive y trabaja. El complejo se convirtió en residencia real en 1794. Consta de cuatro palacios, dos de ellos abiertos al público.
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