La
Historia de Robert Naeslund
Hace
mucho tiempo que los seres humanos
hacemos todo tipo de
experimentos con otros seres vivos
y a
la
mayoría nos
parece tan
normal, así que no es tan
difícil
entender que haya alguien más
interesado en
experimentar con
nosotros mismos, lean la siguiente
información y saquen sus
propias conclusiones. Hay
muchas personas que
seguramente
hayan sido víctimas de
hechos similares.
La
historia de Robert Naeslund puede
sonar a ciencia-ficción pero este es uno
de los
casos de los
cuales la realidad
supera
a
la
ficción. El tema tratado es el
de control de la mente,
un proyecto que comenzó en la
década de 1920 cuando los
cirujanos
del Hospital de Karolinska, de
Suecia, implantaron electrodos en
los cerebros de pacientes
anestesiados sin tan
siquiera
saberlo.
Este es el comienzo del
relato de Robert.
En los años
posteriores de la implantación del
electrodo, Robert no era consciente de
nada, lo único que sabía
que
algo no iba bien
“De todo lo que era consciente
era
de una débil señal de
radio de origen no
identificable dentro de mi
cabeza. Fue sólo después de unos
años que me hice consciente de que algo
había sido puesto dentro de mi
cabeza durante
la
operación. “
“Es difícil afirmar con certeza que este era un resultado de lo que me estaba sucediendo a mí, pero fue, en todo caso, después de la implantación del transmisor que vinculó mi cerebro a un ordenador para que los científicos pudieran usarme para sus propios malvados diseños, que mis concepciones y sentimientos fueron radicalmente alterados. “
Desde entonces, el hemisferio
cerebral izquierdo de Robert, fue
alterado: después de un tiempo, perdió
habilidades básicas como
la
secuencialidad,
convirtiendo el alfabeto, por ejemplo, en un
enjambre de letras
irremediablemente
desordenadas.
Durante muchos años,
Robert trató de conseguir
ayuda de los
médicos suecos e incluso de la Junta Nacional de
Salud y Bienestar
(Socialstyrelsen), pero
éstos le declararon enfermo
mental
y
encerrándolo en un hospital
psiquiátrico.
En 1983 entró en
contacto con el profesor PA
Lindstrom de la Universidad de
California, en
San Diego, Estados
Unidos quién examinó sus radiografías.
Muchos médicos suecos habían dado opiniones escritas
acerca de estos, y habían
declarado de que eran
completamente
normales dando diferentes
escusas.
El Profesor Lindstrom escribió en
una de sus muchas
declaraciones:
“Solo puedo confirmar que algunos objetos extraños, muy probablemente transmisores cerebrales han sido implantados en la base frontal del cerebro y en el cráneo. En mi opinión, no hay excusa para tales implantes, si el paciente no ha sido plenamente informado acerca de los procedimientos, los efectos, los riesgos, el método de anestesia… y luego dar un claro consentimiento por escrito.”
Por esa razón, en
1987
en el hospital de San Carolus en
Yukarta, Indonesia, dónde
estaba a la espera de
una
operación para, de
una
vez por todas, eliminar los
transmisores de su
cerebro.
Cuando iba a ser
llevado al quirófano,
esperando fuera
estaba el cirujano de
neurocirugía llamado Dr.Hendayo, él
le informó que era incapaz de
seguir
adelante con la
operación. Que había que
posponerla
y no podía revelar las razones.
Robert, trató de persuadirlo y,
después de una breve discusión lo llevó al
quirófano, pero, se vió sorprendido:
dentro habían dos
individuos vestidos de calle esperándole. Intentó
escapar pero le inyectaron
algo y perdió el conocimiento.
Después de un rato
se despertó
en medio de una operación y sentió un
dolor agudo en su
cabeza. Estaba amarrado
y un medico sostenía su
cabeza, mientras
uno de los
individuos de los que estaban
vestidos de calle sostenía un
objeto de hierro como el que se usa para marcar animales, apretó
el objeto caliente
hacia abajo, en su
cabeza abierta.
“Me sentía como si mi cabeza fuera a explotar, y yo gritaba en agonía antes de perder la conciencia. Dieciocho horas después me desperté. Tan pronto como pude, me fui directamente al departamento de rayos X para informar de lo sucedido”
De las radiografías que le
tomaron, el radiólogo dijo que en
la quemadura había sido
colocado una especie
de objeto extraño. Después fue a hablar con el
director del hospital para contarle lo
que había pasado y éste le contestó que el Dr.
Handayo había
desaparecido. Mas tarde se pudo poner en
contacto con el doctor y éste le dijo
que lo que había pasado no era
obra suya. Le
explicó que debía haber entendido
cuando trató de
echarse atrás, y que él no podía
negarse ya
que los que le habían
presionado fueron la
policía de su gobierno.
Dr. Hendayo
se dio cuenta de que
no podía
operarle porque la
policía de Suecia se lo
habían prohibido y éstos
aprovecharon para
implantarle otro transmisor en
forma de hongo que se encuentra
pegado al lóbulo frontal
derecho, paralizándolo.
El transmisor
ahora afecta a la parte
izquierda
de su cuerpo. Es particularmente
notable en
la cara donde la
ceja izquierda se
inclina, como un signo de deterioro
cerebral.
La radiación producida por
este implante tiene un
efecto diferente que el producido por otros
transmisores, ya que
opera
con
alta frecuencia de
ondas de radio que se encuentran
justo
antes de la parte de microondas
del espectro de frecuencias.
Desde el principio pudo sentir cómo subía la
temperatura de su cerebro, cuyas
consecuencias cambiaron su
vida
notablemente e
influyeron
en sus habilidades,
energía y estado
de
alerta.
Esta radiación es muy peligrosa ya que se
sabe que induce al
cáncer y a
la
leucemia. Como un síntoma
completamente
normal de un hemisferio derecho paralizado,
ha
perdido todas las emociones, incluyendo
las sensaciones
sexuales.
Certificados médicos confirman que
continuas infecciones intratables
causadas por los
dolorosos efectos de deshidratación por las
ondas de radio
producidas por el objeto implantado, así como
la
visión enormemente
deteriorada y el
astigmatismo.
Un Esclavo
Moderno
Al igual
que todos
los dispositivos de radio, este electrodo transmite
datos de la
persona, sus funciones mentales, sus procesos
biológicos y neurológicos, los cuales pueden ser
combinados para
producir más información
acerca de la
vida de una
persona incluso saber más
que ella
misma.
Los implantes se pueden
utilizar para “lavado de cerebro”, para manipular
procesos internos, modificar o destruir las
emociones y pensamientos y,
controlar el comportamiento al
detalle.
“Después de haber sido utilizado como un sujeto experimental, para varios proyectos estatales durante los útimos treinta años, lo que ha significado vivir mi vida sin las libertades normales y la seguridad personal necesaria para planificar y elegir mi propio destino.”
Se puede decir que he tenido que
vivir como un esclavo moderno. Nunca he sido
capaz de escapar de
la
experimentación
contínua
en mi cerebro y he tenido que
soportar la observación
completa
por parte de la
investigación médico/policial
y su intrusión en mi vida como un
fantasma invisible que ve todo lo que
hago. La radación de
ultra
frecuencia
está destruyendo mi salud y estoy viviendo con
la
amenaza
constante de una lesión
letal.”
“He sido privado de mis derechos humanos y de mi integridad, y he sido despojado, estudiado, explotado, violado y amenazado con mi vida. Necesito encontrar un médico que sea capaz de operarme para eliminar los transmisores de mi cerebro.”
Desde stop-nwo.com, le deseamos lo mejor y le
enviamos un fuerte abrazo a Robert
Naeslund, dando a
conocer su historia ya que lo que le han hecho
viola
claramente el
sagrado juramento
médico. Como hemos deducido de su blog, http://robnaeslund.blogspot.com.es/2011/06/forord-d-en-har-texten-tillhor-en-av-de.html, los
transmisores han podido
ser extraídos,
aquí pueden encontrar más
información sobre su caso y su
lucha
personal.
Fuente: stop-nwo
http://teatrevesadespertar.wordpress.com/2012/06/08/implantes-cerebrales-secretos-la-historia-de-robert-naeslund/
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