Dando un nuevo significado al “embarazo
cerebral”. Un nuevo estudio demuestra que el ADN masculino en el embarazo puede
dejar su huella y persistir en el cerebro de una mujer durante toda su vida.
Aunque el impacto biológico de este extraño ADN no está claro, el estudio
también encontró que las mujeres con más ADN masculino en sus cerebros tenían
menos probabilidades de sufrir la enfermedad de Alzheimer, lo que da a entender
que el ADN masculino podría ayudar a proteger a las madres de la enfermedad,
afirman los investigadores.
Debido a que algunos estudios han sugerido que el riesgo de enfermedad de
Alzheimer (EA) aumenta con un número creciente de embarazos, el equipo también
examinó los cerebros para detectar signos de dicha enfermedad, lo que permitió
determinar si la EA estaba correlacionada con la microquimerismo observado. De
las 59 mujeres, 33 tenían EA; sin embargo, contrariamente a las expectativas del
equipo, las mujeres con EA tenían significativamente menos ADN masculino en sus
cerebros, lo que hizo que esas 26 mujeres no padecíeran Alzheimer.
El que esta correlación signifique que, el ADN del feto varón ayude a proteger a las mujeres contra la enfermedad no está muy claro aún. “Para mí, esto sugiere que la presencia de estas células fetales en el cerebro femenino previene de enfermedades”, señaló la cardióloga Hina Chaudhry de la Mount Sinai School of Medicine en New York.
En un estudio publicado en Circulation Research a finales del año pasado, Chaudhry y sus colegas, encontraron que las células fetales en los ratones migraron al corazón de la madre, diferenciadas en su funcionamiento de las células cardiacas, y la aceleraron la reparación del tejido cardíaco dañado. De esta forma, dice Chaudhry, algo similar podría suceder cuando las células fetales migran al cerebro. “Apostaría a que estas células están entrando en el cerebro materno y son capaces de diferenciarse de las neuronas”.
El estudio de 2010, en Stem Cells and Development demostró que las células fetales podían migrar al cerebro de la madre ratón y madurar en neuronas, dijo Nelson. Pero, añade, no está claro si algo similar ocurre en los humanos, y también es difícil llegar a conclusiones firmes acerca de la posible relación existente entre microquimerismo y la EA. Parte del problema es que su equipo tuvo poca información sobre los antecedentes de embarazo de las mujeres en su estudio. “Tenemos que decir que realmente no lo sabemos”, señaló. “Espero que se puedan hacer más trabajos de este tipo en el futuro, aunque es bastante difícil de hacer con muestras humanas.”
Durante el embarazo de los mamíferos, la madre y el feto
intercambian ADN y células. En trabajos anteriores han demostrado que las células fetales pueden sobrevivir en la sangre y los huesos de la
madre durante décadas, una condición que los investigadores llaman microquimerismo fetal. La supervivencia de este ADN fetal que
sugiere la investigación, puede ser un arma de doble filo para la madre: las
células pueden beneficiar la salud de la madre mediante la promoción de una
reparación de tejidos y mejorando el sistema inmunológico, pero, también puede
tener efectos adversos, como las reacciones autoinmunes.
La cuestión es cómo este resto
células fetales afectan al cerebro. Los investigadores han demostrado que el
microquimerismo fetal se presenta en el cerebro de los ratones, pero no se había
demostrado en humanos. Así pues, un equipo dirigido por la investigadora en
autoinmunidad y reumatóloga, J. Lee Nelson, del Fred Hutchinson Cancer Research
Center en Seattle, Washington, tomaron muestras de autopsias de los cerebros de
59 mujeres que murieron entre los 32 y 101 años. Hicieron pruebas de un gen
específico del cromosoma Y, donde encontraron
evidencias del ADN masculino en el cerebro de un 63% de las mujeres (los
investigadores no tenían la historia de los embarazos de esas mujeres). El ADN
masculino estaba dispersado a través de múltiples regiones del cerebro, según
informa el equipo en PLoS ONE.
El que esta correlación signifique que, el ADN del feto varón ayude a proteger a las mujeres contra la enfermedad no está muy claro aún. “Para mí, esto sugiere que la presencia de estas células fetales en el cerebro femenino previene de enfermedades”, señaló la cardióloga Hina Chaudhry de la Mount Sinai School of Medicine en New York.
En un estudio publicado en Circulation Research a finales del año pasado, Chaudhry y sus colegas, encontraron que las células fetales en los ratones migraron al corazón de la madre, diferenciadas en su funcionamiento de las células cardiacas, y la aceleraron la reparación del tejido cardíaco dañado. De esta forma, dice Chaudhry, algo similar podría suceder cuando las células fetales migran al cerebro. “Apostaría a que estas células están entrando en el cerebro materno y son capaces de diferenciarse de las neuronas”.
El estudio de 2010, en Stem Cells and Development demostró que las células fetales podían migrar al cerebro de la madre ratón y madurar en neuronas, dijo Nelson. Pero, añade, no está claro si algo similar ocurre en los humanos, y también es difícil llegar a conclusiones firmes acerca de la posible relación existente entre microquimerismo y la EA. Parte del problema es que su equipo tuvo poca información sobre los antecedentes de embarazo de las mujeres en su estudio. “Tenemos que decir que realmente no lo sabemos”, señaló. “Espero que se puedan hacer más trabajos de este tipo en el futuro, aunque es bastante difícil de hacer con muestras humanas.”
- Imagen: Las células intercambiadas entre la
madre y el feto durante el embarazo pueden sobrevivir después del embarazo.
Crédito: asdfghjk /Thinkstock
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Referencia: Science.org .
Autora: Melissa Lee Phillips el 26 de septiembre de 2012
Autora: Melissa Lee Phillips el 26 de septiembre de 2012
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