Muchas personas en todo el mundo dicen tener premoniciones, “avisos previos” que normalmente advierten de eventos desagradables, como problemas en la salud, catástrofes y peligros inminentes de todo tipo. Aunque la ciencia descarta completamente la existencia de esta capacidad en las personas, la realidad es que las premoniciones son consideradas un gran regalo divino. Y a lo largo de nuestra historia las premoniciones han estado presentes en casi todos los eventos catastróficos conocidos, lo que sugiere que es un fenómeno completamente real. Uno de los casos más recientes fue el de Teresita, la bebé que salvó milagrosamente a toda su familia del trágico accidente de tren en Santiago.
Pero por desgracia, no todas las premoniciones tienen un final feliz para la propia persona. Miguel Panduwinata, un joven que falleció en el trágico accidente del Boeing-777 de Malaysia Airlines en Ucrania, tuvo una premonición inquietante unos días antes de embarcar en el fatídico vuelo.
El vuelo maldito MH17 de Malaysia Airlines
Miguel Panduwinata, tenía 11 años de edad cuando se encontraba a bordo del vuelo MH17 de Malaysia Airlines para visitar a su abuela en Bali. Viajaba con Shaka, su hermano mayor de 19 años de edad. El final ya lo conocemos, los dos hermanos estaban entre los 298 pasajeros y tripulantes que perdieron la vida cuando el Boeing 777 fue derribado por supuesto misil tierra-aire en Ucrania.
Pero según ha revelado la madre de Miguel y Shaka, Samira Calehr de 68 años, su hijo tenía premoniciones inquietantes sobre su inminente muerte. Miguel le hizo muchas preguntas a su madre sobre la muerte y el más allá el día antes de embarcar en el avión maldito. Según dijo su madre, Miguel era un joven muy alegre y con mucha vitalidad, y debería haber mostrado signos de cierta excitación por viajar en avión y poder ver a su abuela. Pero no fue así, él estuvo muy tiste los días antes de viajar.
La premonición de Miguel
Todo comenzó un día antes del viaje. Miguel se encontraba juagando al fútbol cuando sin venir a cuento le preguntó a su madre:
“¿Yo puedo elegir como morir? ¿Qué pasará con mi cuerpo cuando me entierren? ¿No sentiré nada porque nuestras almas regresan al lado de Dios?”, le preguntó Miguel a su madre el día anterior.
Pero la noche antes de su viaje, Miguel se mostraba inquieto y no se despegaba ni un momento de su madre. Samira explicó que estaba en una habitación en su casa de un pueblo cerca de Ámsterdam, cuando su hijo Miguel extendió su mano y le dijo:
“Mamá, ¿puedo abrazarte?”, dijo Miguel.
Y Miguel se estiró junto a su madre y la abrazó toda la noche. Esto fue el miércoles 16 de julio a las 23:00h. A la mañana siguiente, Samira y su amiga Aan acompañaron a Miguel y Shaka al tren que conducía al aeropuerto. Y aunque los niños mostraban una aparente tranquilidad, a Miguel se le veía inusualmente preocupado. Shaka, acababa de terminar su primer año en la universidad, donde estudiaba ingeniería textil. Le dijo a su madre que cuidaría de Miguel durante todo el viaje. Su otro hermano, Mika, de 16 años, no había sido capaz de conseguir un asiento en el vuelo y viajaría a Bali al día siguiente.
Llegaron al mostrador de facturación, donde Samira colocó el equipaje de sus hijos. Pero se dio cuenta de que había olvidado ponerles los calcetines. Samira les dijo que los enviaría junto con Mika. Y por último, ya estaban en la aduana. Los chicos se abrazaron a su madre, se despidieron y se dirigieron hacia el control de pasaportes.
Pero de repente, Miguel se dio la vuelta y echó a correr hacia atrás, lanzándose a los brazos de su madre. Según explicó Samira, Miguel la miró con unos ojos que no había visto nunca, era la mirada del adiós definitivo.
“Mamá, te voy a echar de menos”, dijo Miguel a su madre. “¿Qué pasaría si hubiera un accidente aéreo? ¿Qué sería de todo esto?”
Samira no sabía cómo reaccionar ante las preguntas y el comportamiento de Miguel, por lo que le dijo:
“No digas eso”, dijo Samira mientras abrazaba fuertemente a Miguel. “Todo va a ir muy bien”.
Shaka trató de tranquilizar a su madre diciéndole que lo iba a cuidar como su fuera su hijo.
“Voy a cuidar de él”, dijo Shaka a su madre. “Él es mi bebé.”
Samira observó a sus hijos marchar sin saber lo que el destino había preparado para ellos. Pero Miguel no dejaba de mirar a su madre, sus grandes ojos marrones parecían tristes. Entonces Samira perdió de vista por última vez a sus hijos. El MH17 despegó sobre las 12:15h en lo que debería haber sido un vuelo de 11 horas y 45 minutos.
Samira estaba comprando calcetines cuando su teléfono sonó. Era su amiga Aan diciéndole que el avión de sus hijos se había estrellado. Por desgracia, Samira se repite una y otra vez que tendría que haber escuchado las premociones de su hijo, lo que podría haber salvado la vida de Miguel y Shaka.
Señales de nuestro futuro
Como publicamos en nuestro articulo “¿Existe un “Destino Final” en nuestra realidad?”, son muchas las personas que gracias a sus premoniciones han llegado a eludir a la muerte, pero también cabe decir que en otros casos la muerte les siguió hasta acabar con sus vidas. Aunque una cosa está clara, y es que como hemos podido comprobar, siempre se debe de hacer caso a las “señales” que nos ofrece la vida, ya sea en forma de premoniciones, sueños u otras formas ya que nos podrían salvar la vida.
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