Jaguares salvajes consumen ingredientes de ayahuasca, ¿las tribus aprendieron a prepararla observándolos?
La fascinante relación entre las visiones arquetítpicas producidas por las plantas sagradas y los animales totémicos que habitan los lugares donde crecen.
Como puede verse en el video anterior, el jaguar de la selva peruana ingiere hojas de la Banisteriopsis caapi, una poderosa planta de poder que los chamanes de la región han utilizado durante siglos como ingrediente de la mezcla sagrada ayahuasca. Las hojas de esta planta contienen harmina, un poderoso inhibidor de la oxidasa de monoamina que permite al DMT (Psychotria viridis) de la mezcla de ayahuasca generar sus famosos efectos.
Es difícil decir en qué medida o con qué fin el jaguar utiliza las hojas de caapi, ya que en ellas no hay DMT, aunque se sabe que los alcaloides de la planta contienen “telepatina”, según el nombre que le fue dado al compuesto en los primeros estudios sobre el tema, porque los miembros de las tribus de la selva creen que les permite comunicarse telepáticamente unos con otros.
Sin embargo, el video es interesante porque permite construir la hipótesis de que las tribus de la selva mezclaron los alcaloides de la harmina –imitando el...
comportamiento de los jaguares– con otras sustancias de entre las millones de combinaciones posibles en este lugar. El estudio de este fenómeno se conoce comoZoopharmacognosy en inglés.
Podríamos añadir que el jaguar es uno de los tres animales sagrados para muchas culturas de América: el animal del presente, de la atención consciente, que se asemeja a la narrativa de caza que los pueblos indígenas asocian con el jaguar (siendo los otros dos animales la serpiente, moradora del inframundo, y el cóndor, el que acaricia el sol y las alturas del espíritu con su vuelo triunfante.)
Estudios como el del psiquiatra chileno Claudio Naranjo con harmalina (otro alcaloide de la ayahuasca) permiten incluso suponer cierta relación entre el consumo de la sustancia y las visiones de grandes gatos. En su experimento, Naranjo administró harmalina a 35 voluntarios –hombres blancos de procedencia urbana– sin mencionarles de qué sustancia se trataba ni los efectos esperados. Naranjo se sorprendió al ver que siete de los sujetos afirmaron haber tenido visiones de tigres, leopardos y jaguares a pesar de que estos no constituyen parte de la fauna autóctona de Chile, dejando lugar para mayores suposiciones.
"Si un día decides conocerte a tí mismo,
tendrás que elegir el camino del guerrero.
LLegarás a tu lado oscuro.
Luego, si superas tus miedos, sabrás quien eres."
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