El cardenal Tarcisio Bertone ha asegurado que ha recibido acusaciones en su gestión por parte de una “red de cuervos y víboras”, tras salir del Santuario de la Virgen de las Lágrimas, en Siracusa (Sicilia) y un día después de conocerse que dejará el cargo como secretario de Estado Vaticano el próximo 15 de octubre para ser sustituido por el actual nuncio en Venezuela, el arzobispo Pietro Parolin, según indica la prensa italiana.
En todo caso, el todavía secretario de Estado ha hecho un balance “positivo” de sus siete años al frente de la Secretaría de Estado del Vaticano, aunque también ha reconocido que han existido “problemas”, especialmente “en los últimos dos años”. Por ello, ha recalcado que las acusaciones vertidas contra él por “una red de cuervos y víboras” pero que “no debería ofuscar” este balance positivo.
Por otro lado, el cardenal Bertone ha recordado que “el secretario de Estado es el primer colaborador del Papa, un ejecutor leal y fiel de las tareas que le son confiadas” y ha insistido que en la Secretaría de Estado “se trabaja en equipo” y que se trata de un grupo “muy unido”.
Asimismo, Bertone ha admitido que ha cometido “errores” y que si tuviera que repensar ahora algunos momentos “actuaría diferente” pero que eso “no quiere decir que no haya buscado servir a la Iglesia”
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