Organizaciones agrícolas de Argentina anunciaron el lunes que denunciarán a la empresa estadounidense Monsanto ante la Comisión Nacional de Defensa de la Competencia por “abuso de posición dominante”.
Los cultivadores de transgénicos argentinos están en contra de las condiciones impuestas por el gigante norteamericano, al igual que la comunidad científica local rechaza los productos genéticamente modificados por dañar la salud.
De acuerdo con los agricultores argentinos, Monsanto restringe la venta de la producción sólo a los comerciantes autorizados por esa compaña: Asociados Don Mario S.A., Nidera S.A. y la Asociación de Cooperativas Argentinas.
Pues, estas condiciones afectan a todo aquel “que adquiera, multiplique, siembre, distribuya, comercialice o reserve semilla para ‘siembra propia’ o utilice variedades de semilla”, señala la Federación de Cooperativas Federadas (FECOFE), de pequeños y medianos propietarios.
Además, obliga al comprador a pagar la regalía por este tipo de tecnología por cada uso de la misma: “al momento de la compra, al momento de la declaración y siembra para uso propio o al momento de la entrega al elevador o exportador”, según cita FECOFE, que considera a estas prácticas discriminatorias dado que ponen trabas a los múltiples actores permanecer en el mercado.
La medida de Monsanto “constituye un claro abuso de su posición dominante en el mercado”, señaló dicha federación argentina, en nota conjunta con cámaras de semilleros e ingenieros agrónomos.
Monsanto que es un proveedor mundial de agroquímicos y organismos genéticamente modificados, a pesar de las criticas de ambientalistas, su utilización está autorizada en Argentina, país que es uno de los más grandes proveedores mundiales de soja, maíz y aceites derivados de cereales.
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