Por ejemplo en Estados Unidos y acorde a un reporte de Food and Water Watch, al menos un cuarto de la financiación para investigaciones universitarias es proporcionado por corporaciones, entre ellas Monsanto. Asimismo, la USDA controlada por un director que es “ex” empleado de Monsanto añade otro 15 % de inversión. Esto garantiza a las corporaciones un punto de respaldo importante desde las universidades.
Asimismo, las Universidades operan como brazos corporativos administrando las patentes sobre la vida.
Las autoridades aseguran que: “Monsanto Corporation ha sido durante muchos años un importante partidario de la investigación en las ciencias de la Universidad de Washington a través de medidas tales como el / Acuerdo de -Washington University Monsanto Investigación Biomédica-. Monsanto ha colaborado con más de $ 100 millones de dólares para la investigación en la Universidad“.
Las corporaciones también ejercen poder sobre las instituciones educativas, posicionando líderes universitarios en puestos de consejos de administración, y mediante la contratación de científicos como consultores pagos
Como resultado de la influencia corporativas, la libertad académica se perdió; Los conflictos de interés están a la orden del día representando un sesgo que ha eclipsado la objetividad independiente; la investigación científica pionera es escasa mientras que los productos financieramente éxitosos son más valorados.
Y por supuesto, la confianza en la investigación científica financiada por corporaciones no existe.
Está demostrado que el patrocinio corporativo de la investigación tiene un tremendo impacto en los resultados finales.
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Laura Hentschel / BWN Argentina
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