miércoles, 8 de mayo de 2013

Demostrada la existencia de la inteligencia colectiva

La cooperación eficiente depende del tipo de interacción grupal y del número de mujeres en cada equipo. La inteligencia colectiva existe, señala un estudio realizado por científicos del MIT. La capacidad de trabajar en grupo de manera eficiente depende, según los investigadores, de la dinámica de funcionamiento del grupo. 

Esta dinámica, a su vez, estaría en función de la “sensibilidad social” de los miembros de cada equipo, entendida como tal la capacidad de ser flexibles en la asignación de ocupaciones y de hacer partícipes a todos los miembros en la resolución de los desafíos. 

En la investigación se reveló, asimismo, que la presencia de mujeres en los grupos resulta fundamental para que se dé un rendimiento colectivo óptimo. Por Yaiza Martínez. El todo puede ser mayor que la suma de sus partes en lo que a inteligencia se refiere, revela un estudio realizado por investigadores del Instituto Tecnológico de Massachussets (MIT), en Estados Unidos.


Fuente: Christine Daniloff. MIT.
                                                     Fuente: Christine Daniloff. MIT.

En la investigación, los científicos lograron demostrar que existe una inteligencia colectiva en grupos de personas que cooperan bien juntas, y que dicha inteligencia supera las capacidades cognitivas individuales de cada miembro de esos grupos.
Por otro lado, el estudio también constató que la tendencia a cooperar eficientemente está relacionada con el número de mujeres presentes en cada grupo de trabajo.
Medición de la inteligencia grupal
Hasta ahora, numerosos especialistas habían sostenido que la capacidad de los individuos de rendir en diversas tareas cognitivas demostraba la existencia de un nivel de inteligencia individual mensurable.
Según publica el MIT en un comunicado, los investigadores de dicho Instituto aplicaron este mismo principio de medición de las capacidades intelectuales a pequeños equipos de personas.
Así, descubrieron que si los equipos presentaban el tipo adecuado de dinámica o funcionamiento interno, podían desempeñar bien una amplia gama de asignaciones. Este descubrimiento tendría potenciales aplicaciones en empresas y otras organizaciones, señalan los investigadores.
Thomas W. Malone, co-autor de la investigación y profesor de gestión en la Sloan School of Management del MIT, afirma que lo que se ha descubierto es que existe una eficiencia general, una inteligencia colectiva grupal, a partir de la que se puede predecir el rendimiento del grupo en situaciones diversas.
Dicha efectividad depende de la capacidad de trabajar en grupo que presente cada equipo.
Importancia de la sensibilidad social
Concretamente, serían aquellos grupos de personas que presentan altos niveles de “sensibilidad social” los más inteligentes como colectivo. Como sensibilidad social entienden los investigadores la buena disposición para ser flexibles en la asignación de ocupaciones y para que los todos los miembros del equipo puedan aplicar sus habilidades a cualquier desafío presentado.

Según Malone, “la sensibilidad social estaría relacionada con la capacidad de los miembros del grupo para percibir las emociones del resto de los miembros. En los grupos donde una persona es más dominante que las demás, la inteligencia colectiva es menor que en aquellos equipos donde los turnos de conversación están mejor distribuidos”.
Por otro lado, los grupos sometidos al estudio que contaron con un mayor número de mujeres demostraron tener una mayor sensibilidad social y, en consecuencia, una mayor inteligencia colectiva, en comparación con los grupos que contuvieron menos mujeres.
Resultados obtenidos
Para llegar a todas estas conclusiones, los investigadores realizaron dos estudios que consistieron en organizar a 699 personas en grupos de entre dos y cinco individuos para que realizaran tareas diversas: desde resolver puzzles hasta llevar a cabo negociaciones, tormentas de ideas o juegos.
Para registrar las interacciones de los participantes, los científicos equiparon a éstos con distintivos electrónicos portátiles diseñados por especialistas del Media Lab http://www.media.mit.edu/ del MIT. Estos dispositivos proporcionaron registros completos de los patrones de conversación de los grupos, revelando la tendencia de éstos a seguir turnos.
El análisis de todos los datos obtenidos reveló, en primer lugar, que el grado de inteligencia colectiva de los equipos supuso entre un 30 y un 40% de diferencia en la capacidad de rendimiento de éstos.
Por otra parte, los investigadores descubrieron que la eficiencia de los grupos no dependió de las habilidades individuales de sus miembros. Para determinar este punto, muchos de los participantes también realizaron tareas similares a las asignadas a los grupos, pero por separado. Su media de inteligencia individual no predijo de manera significativa la eficacia de los equipos a los que pertenecían.
Por último, los datos revelaron que el nivel de inteligencia colectiva era equivalente a la proporción de mujeres en cada equipo. Según los investigadores, esto no significa que no haya hombres con habilidades sociales superiores a algunas mujeres sino que, simplemente, las personas con mejores habilidades sociales son las que ayudan a aumentar el rendimiento grupal.
Aplicación en organizaciones
Los investigadores creen que los resultados obtenidos podrían aplicarse a muchos tipos de organizaciones y que sería muy interesante realizar pruebas para predecir cómo funcionarán ciertos equipos frente a los problemas que se puedan presentar en dichas organizaciones.
Además, según Malone, la investigación demuestra también que sería posible aumentar la inteligencia de los grupos de trabajo, bien cambiando a algunos miembros bien enseñando a los equipos la mejor manera de interactuar.

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