No es una metáfora de la situación que estamos viviendo, con Oriente Medio convertido en una olla a presión que amenaza con estallar, sino un diagnóstico literal que se lleva manifestando en los últimos años. Pero conviene no perder de vista la constante vital del planeta que son las "ondas Schumann": desde el año 1987, sin motivo aparente, el pulso magnético del planeta está aumentando progresivamente.
El físico aleman W.O. Schumann, en el año 1952, descubrió que el planeta tenía una serie de ondas estacionarias en la ionósfera terrestre, que afectan directamente a las personas y a los animales, entre otras influencias. Sintetizando, estas ondas podemos definirlas como la resonancia electromagnética del planeta. Esto es, por definirlo de algún modo, el pulso vibratorio de la Tierra: un patrón electromagnético que nos afecta a todos los que vivimos en ella.
Este pulso vibratorio es extraordinariamente estable y comprende un rango de frecuencia de cerca de 8 ciclos por segundo (7,8 Hz), en su frecuencia más baja, y de casi 60 Hz en su frecuencia más alta. Es tan estable que las comunicaciones militares de todo el mundo se establecieron en base a este pulso. También, cuando los astronautas salen del planeta, se les crea dentro de la nave un pulso magnético artificial, igual al de la Tierra. En caso contrario se pondrían enfermos y con fuertes desequilibrios.
El pulso magnético, establecido en el hipotálamo de los seres humanos y los animales, es el mismo que la frecuencia más baja de la Tierra. Algunos científicos han afirmado que existen una relación entre nuestra manera de pensar y ver el mundo y la frecuencia Schumann. Tengamos en cuenta que cuando un ser humano alcanza el estado alfa (relajación profunda, meditación, concentración…) sus ciclos por segundo alcanzan los 10 Hz. El Universo tiene una vibración de 800 Giga Hz.
Hasta el año 1987 se mantenía en 7,8 Hz. En 1994 estaba en 8,6 Hz. En el año 2009 se calcula que este pulso aumentó hasta los 10,3 Hz, y se piensa que esta vibración se estabilizará cuando alcance los 13 Hz (el número siguiente en la serie de Fibonacci), algo que, según se calculó, ocurrió a finales de 2012…
Estamos siendo mutados:
Al parecer, las ondas Shumann actúan en resonancia con la radiación que proviene del cosmos, provocando cambios inauditos en nuestro mundo:
1). Un pulso de radiaciones y rayos gamma (su procedencia está en nuestro sol y el sol del centro de la galaxia) no sólo está entrando en nuestro planeta, sino que está modificando el patrón vibratorio de la Tierra y la vibración de todo lo que hay en él, incluido el genoma: animales, personas… Desde diciembre de 2012, estamos recibiendo ese chorro de energía directamente, sin interferencias de otros planetas en su trayectoria.
2). Los efectos de esta nueva vibración están en todo: El calentamiento global, el agujero de la capa de ozono (que aparece y desparece), las emociones de las personas, las mareas… y también el increíble fenómeno, que está siendo estudiado por psicólogos y científicos del mundo: los coeficientes intelectuales de los niños nacidos desde 1987 están creciendo por encima de la media, sin motivo aparente. Al parecer, el ADN reacciona a la radiación del centro de la galaxia, abriendo nuevas posibilidades en la especie humana.
(Fuente: http://carloscatzin.wordpress.com/)
El pulso magnético, establecido en el hipotálamo de los seres humanos y los animales, es el mismo que la frecuencia más baja de la Tierra. Algunos científicos han afirmado que existen una relación entre nuestra manera de pensar y ver el mundo y la frecuencia Schumann. Tengamos en cuenta que cuando un ser humano alcanza el estado alfa (relajación profunda, meditación, concentración…) sus ciclos por segundo alcanzan los 10 Hz. El Universo tiene una vibración de 800 Giga Hz.
Hasta el año 1987 se mantenía en 7,8 Hz. En 1994 estaba en 8,6 Hz. En el año 2009 se calcula que este pulso aumentó hasta los 10,3 Hz, y se piensa que esta vibración se estabilizará cuando alcance los 13 Hz (el número siguiente en la serie de Fibonacci), algo que, según se calculó, ocurrió a finales de 2012…
Estamos siendo mutados:
Al parecer, las ondas Shumann actúan en resonancia con la radiación que proviene del cosmos, provocando cambios inauditos en nuestro mundo:
1). Un pulso de radiaciones y rayos gamma (su procedencia está en nuestro sol y el sol del centro de la galaxia) no sólo está entrando en nuestro planeta, sino que está modificando el patrón vibratorio de la Tierra y la vibración de todo lo que hay en él, incluido el genoma: animales, personas… Desde diciembre de 2012, estamos recibiendo ese chorro de energía directamente, sin interferencias de otros planetas en su trayectoria.
2). Los efectos de esta nueva vibración están en todo: El calentamiento global, el agujero de la capa de ozono (que aparece y desparece), las emociones de las personas, las mareas… y también el increíble fenómeno, que está siendo estudiado por psicólogos y científicos del mundo: los coeficientes intelectuales de los niños nacidos desde 1987 están creciendo por encima de la media, sin motivo aparente. Al parecer, el ADN reacciona a la radiación del centro de la galaxia, abriendo nuevas posibilidades en la especie humana.
(Fuente: http://carloscatzin.wordpress.com/)
No hay comentarios:
Publicar un comentario