Los que comercializaron y publicitaron el consumo de leche y sus derivados a nivel mundial, fueron sin lugar a dudas las naciones que tenían colocado sus portavoces propagandísticos mediáticos en las otras naciones que influenciaban en sus decisiones políticas, y con el paradigma mentiroso de la cadena alimenticia anunciando nutricion, establecieron un buen negocio con un subproducto de cuestionable calidad alimentaria. Todo fue establecido con el propósito indiscutible de generar dinero para sus arcas.
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