La comida rápida. Según un estudio reciente a cargo de la Universidad de Montreal, la comida basura puede modificar las sustancias químicas en el cerebro dando lugar a síntomas asociados con la depresión y la ansiedad.
Cereales. Toda clase de granos tiene un impacto en el funcionamiento del cerebro y en la salud en general, a excepción del 100% grano entero, que es muy rico en fibra y cuyo consumo previene el envejecimiento arterial.
Productos azucarados. El azúcar y los dulces no solo ‘torpedean’ la línea, sino que son contraproducentes para las funciones cerebrales. El consumo a largo plazo de azúcar puede generar una gran cantidad de problemas neurológicos y también empeorar la memoria.
Nicotina. Pese a que la nicotina no es un producto alimenticio, causa estragos mediante la restricción del flujo de sangre al cerebro.
Edulcorantes artificiales. Pese a que contienen menos calorías, pueden resultar dañinos para el cerebro e interferir con la capacidad cognitiva si se utilizan durante un período prolongado de tiempo.
Las grasas trans. Además de causar problemas relacionados con el corazón, con el colesterol y la obesidad, son malas para el cerebro. No solo ralentizan sus funciones, sino que afectan a los reflejos y a la calidad de la respuesta cerebral y aumentan el riesgo de derrame cerebral.
Las proteínas procesadas. La carne es el producto más rico en proteínas de alta calidad, muy necesarias para el organismo. Sin embargo, los especialistas aconsejan que se evite el consumo de proteínas excesivamente procesada como las salchichas, etc.
Los alimentos muy salados. Afectan a la presión arterial y al funcionamiento del corazón. Además, pueden afectar negativamente al proceso cognitivo y a la capacidad de pensar
Alcohol. Su consumo daña el hígado y también provoca lo que se conoce como ‘niebla cerebral’, una sensación de confusión mental que afecta la capacidad para pensar con claridad, así como a la memoria.
Los alimentos procesados o precocinados. Al igual que los alimentos fritos, los productos procesados o precocinados también afectan al sistema nervioso central y aumentan el riesgo de padecer trastornos degenerativos del cerebro como la enfermedad de Alzheimer.
Los alimentos fritos. Casi todos los alimentos procesados contienen productos químicos, colorantes, aditivos, saborizantes artificiales y conservantes que pueden afectar al funcionamiento cognitivo debido a sustancias químicas que causan hiperactividad, tanto en niños como en adultos.
Hay alimentos tan dañinos para el funcionamiento del cerebro que los nutricionistas aconsejan que se consuman con moderación para limitar su impacto negativo.
El sitio Fitnea ha compilado una lista de alimentos que ‘matan’ la inteligencia poco a poco.
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