Juguetones, simpáticos y, sobre todo, grandes amigos, es lo que son un par de terriers para Douglas, una cría de hipopótamo rescatada de una muerte segura que ha conseguido salir adelante gracias a los cuidados que le brindan en un parque de vida silvestre.
Aunque esta no es una historia común, hay que decir que sus protagonistas la viven de la forma más natural. Por ejemplo, cuando Douglas llegó al refugio tuvo que ser alimentado con biberón, y a él se acostumbró rápidamente a falta de leche natural, ya que fue abandonado por su madre con tan sólo dos semanas de vida.
La ausencia de mamá hipopótamo también encontró algo de consuelo gracias a la genial presencia de Molly y Coco, dos chuchitos maravillosos que no lo dejan ni a sol ni a sombra. Juntos, además de ser un auténtico filón para hacer fotos y vídeos, forman un trío inseparable, como muestran las imágenes, felices en un entorno amable como el proporcionado por el santuario Chipembele Wildlife Rescue, en Zambia.
Volver a su hábitat
En el futuro, el hipopótamo será reintegrado a su hábitat natural, pero mientras siga en este refugio tiene la oportunidad de seguir compartiendo buenos ratos con sus compinches caninos, aunque estos días anda un poco fastidiado por el dolor que le provocan los dientes de leche.
Así va pasando los días, cogiendo peso y fuerza a todo tren, pues recordemos que los hipopótamos nacen con poco más de 40 kilos y pueden superar los 3.500 kilos. Como consecuencia de su mismo crecimiento y su necesidad de pasar hasta 16 horas al día sumergido en agua a salvo del calor del sol, los cuidadores temen que deje de querer seguir haciendo migas con los perros.
Sea lo que sea lo que les depare el futuro, lo cierto es que hoy por hoy disfrutan de su compañía y comparten entretenidos baños en la piscina que sus cuidadores observan con sorpresa y satisfacción. ¿O no es una delicia verlos juntos?
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