Si las vacunas no juegan absolutamente ningún papel en el desarrollo del autismo infantil, un reclamo hecho por muchas autoridades médicas de hoy, entonces ¿por qué algunas de las vacunas más populares son comúnmente administradas a niños causando autismo demostrable en animales primates?.
Esta es la pregunta que muchos se están haciendo ahora después de que un estudio reciente llevado a cabo por científicos de la Universidad de Pittsburgh (UP) en Pensilvania revelara que muchas de las crías de monos que recibieron la dosis estándar de vacunas infantiles como parte de una nueva investigación desarrollaron los síntomas del autismo.
Para su análisis, Laura Hewitson y sus colegas de la UP llevaron a cabo el tipo de investigación de seguridad adecuado a los calendarios habituales de vacunación infantil que los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) debería haber llevado a cabo –pero nunca lo hizo– para dichos regímenes. Y lo que este valiente equipo descubrió fue innovador, ya que deconstruye por completo el mito dominante de que las vacunas son seguras y no representan un riesgo de autismo.
Presentado en la Reunión Internacional para la Investigación del Autismo (IMFAR) en Londres, Inglaterra, los resultados revelaron que los monos macacos jóvenes que recibieron el típico calendario de vacunación recomendado por el CDC desde la década de 1990, y en dosis apropiadas para los tamaños y edades de los monos, tendían a desarrollar los síntomas del autismo. Su contraparte, por el contrario, los no vacunados, no desarrollaron ningún síntoma, lo que apunta a una fuerte conexión entre las vacunas y los trastornos del espectro autista.
En la mezcla se incluyeron varias vacunas que contienen el aditivo tóxico timerosal, un compuesto a base de mercurio que se ha eliminado de algunas vacunas, pero todavía está presente en grandes lotes de vacunas de la gripe y algunas otras.
También se administró la controversial vacuna del sarampión, paperas y rubéola (MMR), que ha sido vinculada una y otra vez con el autismo y otros graves y a menudo irreversibles problemas de salud en niños (http://www.greenhealthwatch.com):
“Esta investigación pone de manifiesto la urgente necesidad de más investigaciones sobre las vacunas, el mercurio y las alteraciones observadas en los niños autistas”, dijo Lyn Redwood, director deSafeMinds, un grupo de seguridad pública que trabaja para exponer la verdad acerca de las vacunas y el autismo. “SafeMinds hace un llamamiento a gran escala, a estudios imparciales que observen las condiciones médicas del autismo y los efectos de las vacunas que se administran como un régimen”.
La supervisión de la Vacuna necesita ser tomada del CDC y ser dada a una agencia independiente, dice defensor de seguridad de la vacuna
Añadiendo sentimiento, Theresa Wrangham, presidente de SafeMinds llamó al CDC a no exigir estudios de seguridad propios de sus esquemas de vacunación recomendados. A diferencia de todos los demás medicamentos, que deben al menos someterse a una ronda base de pruebas de seguridad antes de la aprobación y recomendación, las vacunas y calendarios de vacunación en particular, no tienen que ser comprobadas como seguras o efectivas antes de salir al mercado.
“Las implicaciones de este estudio en primates espera la publicación de la investigación en una revista científica,” dijo Wrangham. “Pero podemos decir que se demuestra como el CDC evadió su responsabilidad de investigar los asuntos de seguridad de la vacuna. La supervisión de seguridad de la vacuna debe ser eliminada del CDC y ser dada a una agencia independiente.”
Asegúrese de leer este exhaustivo análisis del estudio por Catherine J. Frompovich de VacTruth.com:
http://vactruth.com/2012/04/29/monkeys-get-autism/
http://vactruth.com/2012/04/29/monkeys-get-autism/
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