La baja tasa de desempleo, el crecimiento económico y el aumento de exportaciones es la carta de presentación de la “fórmula mágica” que ha aplicado Alemania para no estancarse en la crisis que afecta al resto de la Eurozona.
Sin embargo, este “milagro” no aleja a este país del riesgo de pobreza que actualmente afecta a más de un 16 por ciento de la población, en comparación con el 15,2 por ciento de 2007.
Unos 7,4 millones de trabajadores sobreviven con miniempleos que ofrecen un máximo de 15 horas semanales y remuneraciones que no pasan de los 450 euros mensuales (607 dólares).
Esta precariedad laboral se ha visto acompañada por un aumento del “riesgo de pobreza”.
Según indicadores oficiales “se considera precaria la situación de una unidad familiar cuando sus ingresos no superan el 60 por ciento de los ingresos medios de todo el país”.
Para los expertos económicos no basta tener empleo para escapar de la pobreza. “La doble reforma del sistema de seguridad social y el mercado laboral ha aumentado enormemente la pobreza y la desigualdad. Nos estamos convirtiendo en un país de bajos salarios”, señaló el investigador alemán Sebastián Dullien, autor de “Capitalismo decente”.
A estos índices de pobreza también hay que añadir una crisis que está golpeando muy fuerte a los jubilados. El cálculo oficial es que un 30 por ciento recibe una pensión de 688 euros por mes (928 dólares).
La intervención de la seguridad social ayuda a complementar este ingreso, pero la actual flexibilización del mercado laboral pasará a la sociedad una cuenta sombría.
Según un reciente informe del Ministerio de Trabajo, las cotizaciones de las personas con miniempleos a los fondos de pensiones públicas les dará un derecho de unos 3,11 euros al mes (4,19 dólares) por año trabajado.
Con la edad jubilatoria a los 67 años, se puede calcular que alguien que haya tenido miniempleos en hotelería o restaurantes, tendrá una pensión mensual de unos 140 euros (189 dólares) al jubilarse.
Esta situación no sólo afecta a los miniempleados, debido a que hay trabajos de tiempo completo que pagan unos cinco euros la hora (6,75 dólares). “La pensión de este tipo de salarios también se situará por debajo de la línea de la pobreza”, advirtió Dullien.
Pese a este panorama, Alemania ha sido calificada como un “milagro” porque atravesó por dos crisis internacionales: el estallido financiero de 2008 y la deuda soberana de 2010, con un nivel de crecimiento que, sin ser excepcional, fue notable si se lo compara con el resto de la Eurozona.
Este milagro, sin embargo, se ha ido disipando con el tiempo. En 2012 el crecimiento fue apenas del 0,7 por ciento, mientras que en 2013 tan sólo llegó 0,5 por ciento.
Telesur / LibreRed
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