60 años después, familias norcoreanas y surcoreanas se reencuentran de forma emocionada en la frontera. 82 solicitantes surcoreanos viajaron hasta el monte norcoreano de Kumgang para ver de nuevo a hijos, hermanos o sobrinos separados desde la infancia. Y, en algunos casos, a parientes a quienes no conocían.
Casi todos los ciudadanos procedentes de Corea del Sur son ya ancianos y no pudieron retener sus lágrimas… La Guerra de Corea, entre 1950 y 1953, los separó para siempre en función del lado donde eran reclutados.
“Tenía tantas ganas de verte. No conocí a mi propia madre y mi hermana mayor fue como una madre para mí”, decía entre sollozos Lee Chang-joo, una mujer de 84 años.
Desde 2010, este tipo de reencuentros se habían suspendido por la escalada de tensión entre las dos Coreas. Después de una primera jornada colectiva, las familias podrán disfrutar de dos días más íntimos en salas a parte. La semana que viene, serán otro centenar de norcoreanos quienes se reunirán en Corea del Sur con sus parientes tras sesenta años de ólvido forzado por esta fractura bélica en la Península.
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