Un estudio de los italianos que consumen una dieta rica en resveratrol - el compuesto que se encuentra en el vino tinto, chocolate oscuro y bayas - descubre que ya no viven y que tienen las mismas probabilidades de desarrollar una enfermedad cardiovascular o cáncer que los que comen o beben más pequeña cantidades del antioxidante.
"La historia de resveratrol resulta ser otro caso donde se obtiene una gran cantidad de publicidad sobre los beneficios de salud que no resisten la prueba del tiempo", dice Richard D. Semba, MD, MPH, profesor de oftalmología de la Universidad Johns Hopkins Escuela Universitaria de Medicina y director del estudio describe 12 de mayo en Archives of Internal Medicine. "La idea era que ciertos alimentos son buenos para usted, ya que contienen resveratrol. No hemos encontrado eso en absoluto."
A pesar de los resultados negativos, Semba dice, los estudios han demostrado que el consumo de vino tinto, chocolate negro y bayas reduce la inflamación en algunas personas y todavía aparece para proteger el corazón. "Es sólo que los beneficios, si están allí, deben proceder de otros polifenoles o sustancias que se encuentran en los productos alimenticios", dice. "Estos son los alimentos complejos, y todo lo que realmente sabemos de nuestro estudio es que los beneficios no son probablemente debido al resveratrol."
El nuevo estudio no incluyó a las personas que toman suplementos de resveratrol, aunque pocos estudios hasta la fecha han encontrado beneficios asociados con ellos.
Semba es parte de un equipo internacional de investigadores que durante 15 años ha estudiado los efectos del envejecimiento en un grupo de personas que viven en la región de Chianti de Italia. Para el estudio actual, los investigadores analizaron 24 horas de muestras de orina de 783 personas mayores de 65 años para los metabolitos del resveratrol. Después de tener en cuenta factores tales como la edad y el género, las personas con la mayor concentración de metabolitos del resveratrol no eran menos propensos a morir por cualquier causa que aquellos sin resveratrol encontrado en su orina. La concentración de resveratrol no se asoció con los marcadores inflamatorios, enfermedades cardiovasculares o las tasas de cáncer.
Semba y sus colegas usaron la espectrometría de masas avanzada para analizar las muestras de orina.
Los participantes en el estudio conforman un grupo aleatorio de personas que viven en la Toscana, donde el uso de suplementos es poco común y el consumo de vino tinto - una especialidad de la región - es la norma. Los participantes del estudio no estaban en ninguna dieta prescrita.
El resveratrol también se encuentra en cantidades relativamente grandes en las uvas, cacahuetes y determinados raíces de las plantas asiáticas. El entusiasmo por sus beneficios para la salud siguió estudios que documentan los efectos anti-inflamatorios en organismos inferiores y el aumento de esperanza de vida en ratones alimentados con una dieta alta en calorías rica en el compuesto.
La llamada "paradoja francesa", en el que una baja incidencia de enfermedad coronaria se produce en presencia de una alta ingesta dietética de colesterol y grasas saturadas en Francia, se ha atribuido al consumo regular de resveratrol y otros polifenoles encontrados en rojo vino.
Historia de Fuente:
La historia anterior se basa en los materiales proporcionados por Medicina Johns Hopkins. Nota: Los materiales pueden ser editados por el contenido y duración.
Grapes and red wine (stock image).
A pesar de los resultados negativos, Semba dice, los estudios han demostrado que el consumo de vino tinto, chocolate negro y bayas reduce la inflamación en algunas personas y todavía aparece para proteger el corazón. "Es sólo que los beneficios, si están allí, deben proceder de otros polifenoles o sustancias que se encuentran en los productos alimenticios", dice. "Estos son los alimentos complejos, y todo lo que realmente sabemos de nuestro estudio es que los beneficios no son probablemente debido al resveratrol."
El nuevo estudio no incluyó a las personas que toman suplementos de resveratrol, aunque pocos estudios hasta la fecha han encontrado beneficios asociados con ellos.
Semba es parte de un equipo internacional de investigadores que durante 15 años ha estudiado los efectos del envejecimiento en un grupo de personas que viven en la región de Chianti de Italia. Para el estudio actual, los investigadores analizaron 24 horas de muestras de orina de 783 personas mayores de 65 años para los metabolitos del resveratrol. Después de tener en cuenta factores tales como la edad y el género, las personas con la mayor concentración de metabolitos del resveratrol no eran menos propensos a morir por cualquier causa que aquellos sin resveratrol encontrado en su orina. La concentración de resveratrol no se asoció con los marcadores inflamatorios, enfermedades cardiovasculares o las tasas de cáncer.
Semba y sus colegas usaron la espectrometría de masas avanzada para analizar las muestras de orina.
Los participantes en el estudio conforman un grupo aleatorio de personas que viven en la Toscana, donde el uso de suplementos es poco común y el consumo de vino tinto - una especialidad de la región - es la norma. Los participantes del estudio no estaban en ninguna dieta prescrita.
El resveratrol también se encuentra en cantidades relativamente grandes en las uvas, cacahuetes y determinados raíces de las plantas asiáticas. El entusiasmo por sus beneficios para la salud siguió estudios que documentan los efectos anti-inflamatorios en organismos inferiores y el aumento de esperanza de vida en ratones alimentados con una dieta alta en calorías rica en el compuesto.
La llamada "paradoja francesa", en el que una baja incidencia de enfermedad coronaria se produce en presencia de una alta ingesta dietética de colesterol y grasas saturadas en Francia, se ha atribuido al consumo regular de resveratrol y otros polifenoles encontrados en rojo vino.
Historia de Fuente:
La historia anterior se basa en los materiales proporcionados por Medicina Johns Hopkins. Nota: Los materiales pueden ser editados por el contenido y duración.
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