Antes de que Colón descubriera América, la existencia de un nuevo mundo cruzando el Atlántico, en la forma de un continente occidental, se consideraba el sueño de un loco. Lo mismo ocurre, en nuestra época, con la existencia de un mundo nuevo, un mundo subterráneo, en el interior hueco de la tierra; una tierra tan desconocida para la humanidad actual como el continente americano para los europeos antes del descubrimiento de Colón. Por lo tanto, no hay ninguna razón para que no pueda también ser descubierto y que se establezca su existencia como un hecho.
Amoldo de Azevedo, en su libro Physical Ge-ography, escribió lo siguiente sobre el mundo misterioso debajo de nuestros pies, sobre el cual los científicos no conocen más que unos kilómetros de profundidad, y sólo consideran teorías, hipótesis y conjeturas para ocultar su ignorancia: “Tenemos, debajo de los pies, una inmensa región, cuyo radio es de 6.290 kilómetros, completamente desconocida, que desafía el egocentrismo y la competencia de los científicos”.
Esta aseveración es verdadera. Hasta la fecha, los científicos sólo han penetrado unos kilómetros hacia el interior de la Tierra, y no saben nada sobre qué hay más abajo. Se aferran a conjeturas, adivinanzas y suposiciones. Muchas de las teorías y creencias de aceptación común sobre el interior de la tierra no se apoyan en una base científica, parecen originarse en la antigua idea eclesiástica del fuego del infierno en el centro de la tierra. La creencia científica de que el centro de la tierra es una masa de fuego y metal fundido no cuenta con mayor evidencia que la religiosa. Las dos son meras suposiciones sin un gramo de prueba.
Es probable que surgiera del hecho de que cuanto más se penetra en la tierra, mayor es la temperatura, pero es absurdo suponer que este aumento de temperatura continúa hasta el centro de la tierra. No hay evidencia que apoye esta teoría. Es más probable que el aumento de temperatura siga hasta llegar al nivel donde se originan la lava volcánica y los terremotos, probablemente debido a la presencia de muchas sustancias radioactivas en el lugar. Después de pasar esta capa de calor máximo, no hay nada que impida que la temperatura descienda cada vez más hasta el centro de la tierra.
La superficie total de la Tierra es de 317 millones de kilómetros cuadrados y el peso estimado es de 6.000.000.000.000.000.000.000 de toneladas. Si la tierra fuera una esfera sólida, el peso sería mucho mayor. Esta es una de las evidencías científicas de que el interior de la tierra es hueco. Este autor cree que la concepción más veraz de la estructura de la tierra se basa en la idea de que, cuando estaba en estado fundido durante su formación, una fuerza centrífuga hizo que las sustancias más pesadas fueran arrojadas hacia afuera, a la periferia, en forma de rocas y metales, para formar la corteza externa. El interior quedó hueco, con aberturas en los polos, donde la fuerza centrífuga era menor y donde había menor tendencia a arrojar materiales hacia afuera. Sin embargo, esta tendencia era mayor en el ecuador, lo cual explica que la tierra sobresalga en esta región. Se estima que, como consecuencia de la rotación de la tierra sobre su eje durante el estado de formación, se formaron depresiones polares y aberturas, que miden alrededor de 2.260 kilómetros de diámetro.
También presentaremos evidencia que indica que parte del fuego y materiales incandescentes originales permanecieron en el centro de la tierra, para formar un sol central, por supuesto mucho más pequeño que el nuestro, pero capaz de emitir luz y permitir el crecimiento de plantas. Además, veremos que la aurora boreal, o rayos de luz, que iluminan el cielo ártico por la noche provienen de este sol central cuyos haces pasan a través de la abertura polar. Por lo tanto, si la tierra fue una bola de fuego y metal fundido en su origen, parte de este fuego permaneció en el centro, mientras la fuerza centrífuga hizo que la materia sólida fuera arrojada hacia la superficie, a causa de la rotación sobre el eje. Esta materia formó una corteza sólida y el interior quedó hueco con una bola de fuego en el centro, que formó un sol central que proporciona iluminación para las plantas, los animales y los humanos.
La primera persona que presentó esta teoría de que la tierra fuera hueca con aberturas en los polos fue un pensador de los Estados Unidos, Wi-lliam Reed, autor del libro Phantom ofthe Poles, publicado en 1906. Aquí encontramos la primera recopilación de evidencia científica, basada en informes de exploradores árticos, que apoyan la teoría de que la tierra es hueca con aberturas en los polos. Reed calcula que la corteza de la tierra tiene un grosor de 1,300 kilómetros y que el interior hueco tiene un diámetro de 10.300 kilómetros. Reed resume su teoría revolucionaria de la siguiente manera:
“La tierra es hueca. Los polos, tan buscados, son fantasmas. Existen aberturas en las extremidades norte y sur. En el interior hay vastos continentes, océanos, montañas y ríos. La vida vegetal y animal es evidente en este nuevo mundo, y es probable que esté poblado por razas desconocidas para los habitantes de la superficie terrestre.”
Reed señalaba que la tierra no es una verdadera esfera, sino que está achatada en los polos, o que comienza a achatarse cuando uno llega a los hipotéticos polos, que en realidad no existen porque allí están las aberturas que dan al interior hueco. Por lo tanto, los polos están en el aire, en el centro de las aberturas polares y no en la superficie como suponen aquellos que quieren llamarlo asi. Reed afirma que no es posible descubrirlos porque la tierra es hueca en esos polos, ya que en realidad están en el medio del aire, debido a la existencia de las aberturas polares que dan al interior. Cuando los exploradores creían llegar al polo, era porque los confundía el comportamiento extraño de la brújula a latitudes tan altas, al norte y al sur. También dice que esto ocurrió en el caso de Peary y Cook, ninguno de los cuales de veras llegó al Polo Norte, como veremos más adelante.
Entre las latitudes de 70 y 75 grados al norte y al sur, la tierra comienza a hacer una curva hacia adentro. El polo es sólo el borde externo de un círculo magnético alrededor de la abertura polar. En el pasado reciente, los exploradores árticos soviéticos demostraron que el polo norte magnético, una vez creído un punto en el Archipiélago Ártico, es una línea de aproximadamente 1.600 kilómetros de largo.
Amoldo de Azevedo, en su libro Physical Ge-ography, escribió lo siguiente sobre el mundo misterioso debajo de nuestros pies, sobre el cual los científicos no conocen más que unos kilómetros de profundidad, y sólo consideran teorías, hipótesis y conjeturas para ocultar su ignorancia: “Tenemos, debajo de los pies, una inmensa región, cuyo radio es de 6.290 kilómetros, completamente desconocida, que desafía el egocentrismo y la competencia de los científicos”.
Esta aseveración es verdadera. Hasta la fecha, los científicos sólo han penetrado unos kilómetros hacia el interior de la Tierra, y no saben nada sobre qué hay más abajo. Se aferran a conjeturas, adivinanzas y suposiciones. Muchas de las teorías y creencias de aceptación común sobre el interior de la tierra no se apoyan en una base científica, parecen originarse en la antigua idea eclesiástica del fuego del infierno en el centro de la tierra. La creencia científica de que el centro de la tierra es una masa de fuego y metal fundido no cuenta con mayor evidencia que la religiosa. Las dos son meras suposiciones sin un gramo de prueba.
Es probable que surgiera del hecho de que cuanto más se penetra en la tierra, mayor es la temperatura, pero es absurdo suponer que este aumento de temperatura continúa hasta el centro de la tierra. No hay evidencia que apoye esta teoría. Es más probable que el aumento de temperatura siga hasta llegar al nivel donde se originan la lava volcánica y los terremotos, probablemente debido a la presencia de muchas sustancias radioactivas en el lugar. Después de pasar esta capa de calor máximo, no hay nada que impida que la temperatura descienda cada vez más hasta el centro de la tierra.
La superficie total de la Tierra es de 317 millones de kilómetros cuadrados y el peso estimado es de 6.000.000.000.000.000.000.000 de toneladas. Si la tierra fuera una esfera sólida, el peso sería mucho mayor. Esta es una de las evidencías científicas de que el interior de la tierra es hueco. Este autor cree que la concepción más veraz de la estructura de la tierra se basa en la idea de que, cuando estaba en estado fundido durante su formación, una fuerza centrífuga hizo que las sustancias más pesadas fueran arrojadas hacia afuera, a la periferia, en forma de rocas y metales, para formar la corteza externa. El interior quedó hueco, con aberturas en los polos, donde la fuerza centrífuga era menor y donde había menor tendencia a arrojar materiales hacia afuera. Sin embargo, esta tendencia era mayor en el ecuador, lo cual explica que la tierra sobresalga en esta región. Se estima que, como consecuencia de la rotación de la tierra sobre su eje durante el estado de formación, se formaron depresiones polares y aberturas, que miden alrededor de 2.260 kilómetros de diámetro.
También presentaremos evidencia que indica que parte del fuego y materiales incandescentes originales permanecieron en el centro de la tierra, para formar un sol central, por supuesto mucho más pequeño que el nuestro, pero capaz de emitir luz y permitir el crecimiento de plantas. Además, veremos que la aurora boreal, o rayos de luz, que iluminan el cielo ártico por la noche provienen de este sol central cuyos haces pasan a través de la abertura polar. Por lo tanto, si la tierra fue una bola de fuego y metal fundido en su origen, parte de este fuego permaneció en el centro, mientras la fuerza centrífuga hizo que la materia sólida fuera arrojada hacia la superficie, a causa de la rotación sobre el eje. Esta materia formó una corteza sólida y el interior quedó hueco con una bola de fuego en el centro, que formó un sol central que proporciona iluminación para las plantas, los animales y los humanos.
La primera persona que presentó esta teoría de que la tierra fuera hueca con aberturas en los polos fue un pensador de los Estados Unidos, Wi-lliam Reed, autor del libro Phantom ofthe Poles, publicado en 1906. Aquí encontramos la primera recopilación de evidencia científica, basada en informes de exploradores árticos, que apoyan la teoría de que la tierra es hueca con aberturas en los polos. Reed calcula que la corteza de la tierra tiene un grosor de 1,300 kilómetros y que el interior hueco tiene un diámetro de 10.300 kilómetros. Reed resume su teoría revolucionaria de la siguiente manera:
“La tierra es hueca. Los polos, tan buscados, son fantasmas. Existen aberturas en las extremidades norte y sur. En el interior hay vastos continentes, océanos, montañas y ríos. La vida vegetal y animal es evidente en este nuevo mundo, y es probable que esté poblado por razas desconocidas para los habitantes de la superficie terrestre.”
Reed señalaba que la tierra no es una verdadera esfera, sino que está achatada en los polos, o que comienza a achatarse cuando uno llega a los hipotéticos polos, que en realidad no existen porque allí están las aberturas que dan al interior hueco. Por lo tanto, los polos están en el aire, en el centro de las aberturas polares y no en la superficie como suponen aquellos que quieren llamarlo asi. Reed afirma que no es posible descubrirlos porque la tierra es hueca en esos polos, ya que en realidad están en el medio del aire, debido a la existencia de las aberturas polares que dan al interior. Cuando los exploradores creían llegar al polo, era porque los confundía el comportamiento extraño de la brújula a latitudes tan altas, al norte y al sur. También dice que esto ocurrió en el caso de Peary y Cook, ninguno de los cuales de veras llegó al Polo Norte, como veremos más adelante.
Entre las latitudes de 70 y 75 grados al norte y al sur, la tierra comienza a hacer una curva hacia adentro. El polo es sólo el borde externo de un círculo magnético alrededor de la abertura polar. En el pasado reciente, los exploradores árticos soviéticos demostraron que el polo norte magnético, una vez creído un punto en el Archipiélago Ártico, es una línea de aproximadamente 1.600 kilómetros de largo.
Sin embargo, como ya señalamos, es una línea circular, no recta, que constituye el borde de la abertura polar. Cuando un explorador arriba al borde, ha llegado al polo norte magnético; y aunque la brújula siempre apunta hacia allí al pasarlo, en realidad no es el polo Norte (a pesar de que uno cree que sí y que descubrió el polo). Al llegar a este círculo magnético (el borde de las aberturas polares), la aguja magnética de la brújula apunta hacia abajo. Muchos exploradores árticos han observado lo mismo después de alcanzar latitudes altas, cerca de 90 grados, y se sintieron confundidos por la acción inexplicable de la brújula y su tendencia a apuntar hacia arriba. (Se encontraban en las aberturas polares, y el compás apuntaba hacia el polo norte magnético, que estaba en el borde de la abertura.)
A medida que la Tierra gira sobre su eje, el movimiento es giroscópico, como el de un trompo. El polo giroscópico externo es el círculo magnético del borde de la abertura polar. Más allá del borde, la tierra se achata y se inclina en forma gradual hacia el interior hueco. El verdadero polo está en el centro de la abertura de los polos, que, por consecuencia, no existen. Aquellos que afirmaron descubrirlos no dijeron la verdad, aunque así lo hayan creído. Los confundió la acción irregular de la brújula en latitudes elevadas. Por esta razón, ni Cook, ni Peary, ni ningún otro explorador llegaron a los Polos Norte y Sur, y nunca lo harán.
“» Apareció un artículo muy interesante sobre este tema en la edición de marzo de 1962 de Flying Saucers, escrito por su editor, Ray Palmer, quien cree que los platillos voladores provienen del interior de la Tierra y salen por las aberturas polares. El artículo se titula “The North Pole – Russian Style”. Describe los increíbles descubrimientos de los exploradores árticos rusos, que confirman la teoría de la tierra hueca con aberturas polares, así como lo hacen las observaciones de los exploradores árticos a los que nos referiremos más adelante. El artículo tiene el siguiente subtítulo: “Más evidencia de tierras mis-
riosas en los polos. Doscientos anos de explora-ión le han dado a los rusos un nuevo concepto del polo, que vuelve obsoleta toda geografía anterior. ¡Estos son los hechos irrefutables!”. Citaremos de este articulo:
“Muchos lectores se acordarán de los artículos en que damos cuenta de nuestras teorías de que hay algo misterioso en el área polar de la tierra. Hemos sugerido que hay mucha más ‘área’ en los polos de lo que es posible representar en el mapa del globo. Hemos señalado los extraños vuelos del Almirante Byrd más allá del polo; también el caso de las montañas perdidas y el hecho de que un arma (militar) desestimara la habilidad cartográfica de otras ramas del mismo ejército. Inclusive hemos sugerido que la tierra es hueca y que existen aberturas gigantes de 3.400 kilómetros en los polos y hemos afirmado que hay abundante evidencia de estas aberturas. También hemos señalado que existe mucha reserva y ambigüedad sobre las áreas ártica y antartica. Asimismo, hemos sugerido que los platillos voladores tal vez provengan de esta área misteriosa o de adentro de la tierra.
“Una de nuestras afirmaciones más insistentes es que, hasta el momento, nadie llegó al Polo Norte; todas las afirmaciones de que se llega, son falsas, porque el polo no es un punto al cual se pueda ‘llegar’ en el sentido aceptado de la palabra. Hemos puesto en tela de juicio a aquellos pilotos que afirman volar sobre el Polo Norte todos los días. En el caso del aviador de los Estados Unidos,
A medida que la Tierra gira sobre su eje, el movimiento es giroscópico, como el de un trompo. El polo giroscópico externo es el círculo magnético del borde de la abertura polar. Más allá del borde, la tierra se achata y se inclina en forma gradual hacia el interior hueco. El verdadero polo está en el centro de la abertura de los polos, que, por consecuencia, no existen. Aquellos que afirmaron descubrirlos no dijeron la verdad, aunque así lo hayan creído. Los confundió la acción irregular de la brújula en latitudes elevadas. Por esta razón, ni Cook, ni Peary, ni ningún otro explorador llegaron a los Polos Norte y Sur, y nunca lo harán.
“» Apareció un artículo muy interesante sobre este tema en la edición de marzo de 1962 de Flying Saucers, escrito por su editor, Ray Palmer, quien cree que los platillos voladores provienen del interior de la Tierra y salen por las aberturas polares. El artículo se titula “The North Pole – Russian Style”. Describe los increíbles descubrimientos de los exploradores árticos rusos, que confirman la teoría de la tierra hueca con aberturas polares, así como lo hacen las observaciones de los exploradores árticos a los que nos referiremos más adelante. El artículo tiene el siguiente subtítulo: “Más evidencia de tierras mis-
riosas en los polos. Doscientos anos de explora-ión le han dado a los rusos un nuevo concepto del polo, que vuelve obsoleta toda geografía anterior. ¡Estos son los hechos irrefutables!”. Citaremos de este articulo:
“Muchos lectores se acordarán de los artículos en que damos cuenta de nuestras teorías de que hay algo misterioso en el área polar de la tierra. Hemos sugerido que hay mucha más ‘área’ en los polos de lo que es posible representar en el mapa del globo. Hemos señalado los extraños vuelos del Almirante Byrd más allá del polo; también el caso de las montañas perdidas y el hecho de que un arma (militar) desestimara la habilidad cartográfica de otras ramas del mismo ejército. Inclusive hemos sugerido que la tierra es hueca y que existen aberturas gigantes de 3.400 kilómetros en los polos y hemos afirmado que hay abundante evidencia de estas aberturas. También hemos señalado que existe mucha reserva y ambigüedad sobre las áreas ártica y antartica. Asimismo, hemos sugerido que los platillos voladores tal vez provengan de esta área misteriosa o de adentro de la tierra.
“Una de nuestras afirmaciones más insistentes es que, hasta el momento, nadie llegó al Polo Norte; todas las afirmaciones de que se llega, son falsas, porque el polo no es un punto al cual se pueda ‘llegar’ en el sentido aceptado de la palabra. Hemos puesto en tela de juicio a aquellos pilotos que afirman volar sobre el Polo Norte todos los días. En el caso del aviador de los Estados Unidos,
AL POLO NORTE MAGNÉTICO, en algún momento, se lo “consideró un punto en el Archipiélago Ártico. Investigaciones recientes demuestran que se extiende ‘por la depresión polar hasta la Península Taimyr en !Siberia. Las líneas representan meridianos magnéticos. (Concepción más reciente del polo norte ,{ magnético; basado en la investigación de científicos rusos.)
explicamos la maniobra estándar, que imposibilita que vuele más allá del polo porque lo cruza. (Es decir, cruza la abertura polar en lugar de entrar en ella. El autor.) Debido a dificultades de navegación que se originan en las brújulas de toda clase, un aviador ‘perdido’ (cuyo compás no funciona como es debido) recobra su ubicación al doblar en cualquier dirección, hasta que la brújula retoma su funcionamiento normal. Las aerolis comerciales, cuya publicidad se jacta de vo-neados veces por día sobre el polo, exageran la rdad por 3.700 kilómetros. (Sólo cruzan el bor-de magnético de la abertura polar, donde la brújula registra el grado más alto del norte, pero no llegan al Polo Norte, que es el punto central de la abertura polar. El autor.)
‘Tenemos a nuestra disposición, en la forma de registros de varios cientos de años y en archivos rusos, la historia de la exploración ártica que prueba más allá de la duda, el punto más importante que queremos transmitir; que el polo norte magnético no es un punto, sino -según los rusos- una línea de aproximadamente 1.600 kilómetros. Antes de seguir adelante, queremos aclarar que nosotros creemos que esta deducción es errónea, y que la línea es en realidad un círculo. A raíz de la falta de espacio para situarla en el globo, los rusos se ven obligados a comprimir sus observaciones en un área de dos dimensiones: apretaron los dos costados del círculo y hacen una línea del círculo. Ahora, quisiéramos dar un resumen de ese punto de la exploración rusa, que en realidad cubre mucho más que sólo el geomagnetismo:
“‘Los navegantes en latitudes altas siempre tuvieron problemas con el extraño comportamiento de las brújulas magnéticas, causado por las aparentes irregularidades y asimetrías en el campo magnético de la tierra. Los primeros mapas magnéticos fueron creados con esta premisa, basados en suposiciones esperanzadas, de que el
polo norte magnético fuera un punto. Por ende, se esperaba que la aguja de la brújula, que baja cada vez más al acercarse al polo magnético, apuntara hacia abajo al llegar allí. Sin embargo, la información de muchas expediciones rusas y otras mostraban que la aguja apunta hacia abajo a lo largo de un gran trayecto que cruza el Océano Ártico, desde un punto en el noroeste de la Península Taimyr hasta otro en el Archipiélago Ártico.
Este descubrimiento, en un principio, inspiró la hipótesis de que hay un segundo polo norte magnético, ubicado a los 86 grados longitud este. Observaciones más refinadas descartaron esta idea. El mapa del campo magnético, ahora, muestra los meridianos magnéticos que corren juntos en un grupo de líneas desde el norte del Archipiélago Ártico hasta Sibería. Se ha demostrado que el polo norte magnético, alguna vez considerado un punto en el Archipiélago Ártico, se extiende por la depresión polar hasta la Península Taimyr en Siberia.’
“El ‘polo’, en términos de magnetismo, es un área muy extendida, que cruza la depresión polar de un continente al otro. Tiene una longitud de por lo menos 1.600 kilómetros y es probable que existan 1.600 kilómetros más como una línea difusa. (No es un punto en el norte lejano, sino el borde de la abertura polar, ya que después de pasarlo y entrar en la abertura que lleva al interior de la tierra, el Almirante Byrd dejó atrás el hielo y la nieve árticos y entró en un territorio más cálido. El autor.) Por lo tanto, cuando el Almirante cualquier otro explorador ártico que Porte una brújula magnética- sostiene que llegue al polo, hace una afirmación muy vaga. Sólo puede decir que llegó a un punto, que puede estar en cualquier lado demostrable dentro de un área de 3.200 kilómetros (el borde magnéüco de la abertura polar), donde el compás señalaba hacia abajo. Es un logro destacable, pero no el descubrimiento del polo.
“Ya que otras clases de brújulas, como la guía giroscópica y de inercia, tienen limitaciones igualmente vagas, nos animamos a afirmar que nadie ha llegado al polo y que no existe un polo al cual llegar.
“Luego, al no encontrar explicación para el comportamiento extraño de la brújula en la depresión polar, los teóricos recurrieron al espacio y la atmósfera superior e, inclusive al sol, para explicar lo que les ocurre a los instrumentos. Entonces, decidieron que el polo es ‘la interacción entre el campo magnético y las partículas cargadas, provenientes del sol’. Más significativas aún son las referencias a los cartógrafos anteriores, cuyos mapas son ‘nubes petrificadas en la imaginación de los cartógrafos como masas de tierra’. La armada se sintió molesta cuando el ejército dijo que las montañas perdidas del Polo Sur nunca estuvieron allí, porque no podían encontrarlas con sus propias conjeturas confusas, basadas en el polo magnético, que no existe. En la actualidad, descubrimos que las áreas nuevas de tierra están ‘descubiertas’, y que se descartan los viejos mapas porque las tierras que muestran ya no existen. (Esta confusión se debe a la acción irregular de la brújula en el norte lejano, debido a que el polo norte magnético no es un punto como suponían los cartógrafos, sino un círculo alrededor del borde de la abertura. El autor.)
“Esto nos trae al tema de las ‘tierras misteriosas’ de gran extensión en las áreas polares, que no se pueden situar en el globo sin superposición con otras extensiones. ¿Será allí donde se originan los platillos voladores?”
Es sabido que los polos magnéticos del norte y sur no coinciden con los polos geográficos, como ocurriría si la tierra fuera una esfera sólida, convexa en los polos. La razón de que los polos magnético y geográfico no coincidan es que, mientras el polo magnético está sobre y a lo largo del borde de la abertura polar, el geográfico está en el centro, en el aire, no en tierra sólida. Como veremos más adelante, el verdadero polo magnético y centro de gravedad no es un borde externo de la abertura polar, sino un punto en el centro de la corteza terrestre, que estará a 650 kilómetros de profundidad, y corre a lo largo de la abertura. Por esta razón, la aguja de la brújula sigue apuntado en sentido vertical hacia abajo cuando se pasa el borde de la abertura y se entra en ella. Sólo después de pasar el centro, la aguja apuntaría hacia arriba en vez de abajo. En ambos casos, después de llegar al borde de la abertura polar, la brújula ya no funciona en sentido horizontal como antes, sino vertical.
Todos los exploradores árticos que llegaron a latitudes tan elevadas hicieron la misma observación, y siempre los sconcierta. La única explicación viene de la con-epción de la tierra hueca y las aberturas polares, con el polo magnético y el centro de gravedad en el medio de la corteza de la Tierra y no en el centro geométrico. Como resultado, el agua del océano en el interior de la corteza se adhiere a la superficie interna al igual que a la externa. Podemos calcular que el polo magnético del polo y el centro de gravedad son una línea circular alrededor de la abertura polar, pero en el medio, a aproximadamente 650 kilómetros ‘de la superficie de la Tierra. En apoyo de la concepción de que el polo magnético está situado en el borde de la abertura polar, Palmer cita los siguientes hechos.
Entre cada polo magnético en la Tierra pasan meridianos. Contrariamente a los meridianos geográficos que miden la longitud, los magnéticos se mueven de este a oeste y de vuelta. La diferencia entre los geográficos -el norte y sur verdaderos- y la dirección en que apunta una brújula magnética, es decir el meridiano magnético de un lugar, se llama declinación. La primera observación se hizo en Londres en 1580, mostró una declinación hacia el este de 11 grados. En 1815, alcanzaba los 24,3 grados hacia el oeste, como máximo. Esto significa un cambio de 35,5 grados en 235 años, equivalente a 3.416 kilómetros. Si dibujáramos un círculo alrededor del polo, con un radio de 1.708 kilómetros, para que el diámetro fuera de 3.416 kilómetros, representaría el borde de la
abertura polar. El Polo Norte Magnético pasó de un punto a otro diametralmente opuesto de este círculo, a 3.416 kilómetros de distancia, en 235 años. Por esta razón, el polo magnético y el geográfico no coinciden. El geográfico es una extensión del eje de la tierra -que está en el centro de la abertura polar- por lo tanto, existe en el espacio vacío. Por ello, ningún explorador podrá “descubrirlo”, ya que no está en tierra sólida.
Según Marshall Gardner, el borde de la abertura polar, que es el verdadero polo magnético, es un gran círculo de 2.260 kilómetros de diámetro. Es tan grande que cuando los exploradores lo pasan -como hicieron muchos- la inclinación es tan gradual que no se dan cuenta de que ingresan al interior de la Tierra; se imaginan que están en la superficie. Por lo tanto, el polo magnético puede ser cualquier punto en el círculo del borde magnético de la abertura polar. Palmer dice lo siguiente al respecto:
“El punto de precisión del polo magnético existe en una sola porción de la circunferencia por vez, y se mueve en forma progresiva alrededor del círculo en una órbita definida, que tarda 235 años en recorrer. Es decir, que el polo magnético viaja 29 kilómetros por año. Vuelos militares y civiles sobre el polo se pueden realizar a diario sin que se manifieste la menor evidencia del vasto agujero en la Tierra. Se circunscribe el perímetro, a pesar de lo que creen, debido al error original de suponer que pasan sobre un punto y no una gran circunferencia, la cual tocan en un solo punto,
para luego desviarse de la curva natural porque viajan en línea recta”.
^ Si la tierra fuera una esfera sólida, con dos los en las puntas del eje, al ser un imán, los los magnéticos coincidirían con los geográficos. Que no sea así resulta inexplicable dentro de la teoría de que la tierra es una esfera sólida. La explicación se aclara cuando aceptamos la existencia de aberturas polares, con polos magnéticos a lo largo del borde circular, en vez de solamente en un punto fijo.
Palmer cita una afirmación significativa de exploradores rusos: “La exploración y la investigación muestran que tal vez en unos años la comprensión humana abarque una enorme área nueva de la superficie terrestre y los correspondientes dominios dentro de lo desconocido”. Este comentario suena muy parecido a los del Almirante Byrd que dicen que la región ártica es “el centro del gran desconocido”. Tal vez los rusos conozcan su descubrimiento de “un nuevo y vasto territorio” más allá del polo. Palmer comenta lo siguiente al respecto:
“Esta es una frase realmente estupenda. Contemplemos lo que de veras dice: que no sólo la exploración, sino también la investigación demuestran que tal vez en unos años la comprensión humana abarque una nueva área de enormes regiones de la superficie terrestre y los correspondientes -esta palabra es significativa- dominios dentro de lo desconocido. En otras palabras, además de las áreas que podemos com-
prender e investigar con exploración, hay grandes áreas que la comprensión humana todavía tiene que comprender por medio de la investigación. Sí existen grandes áreas desconocidas que están más allá de la comprensión humana, y ‘tal vez’ las descubramos y comprendamos en unos años. Es decir que, además de áreas que podemos entender e investigar con la exploración, existen grandes dominios que debemos abarcar con nuestra comprensión por medio de la investigación.
“En las siguientes frases de los exploradores rusos encontramos que hay mucha ‘perspectiva para el desarrollo’ en la depresión polar, que, de acuerdo a las creencias actuales, es sólo agua congelada. ¿Cuál es la gran perspectiva: cubos de hielo para el té? No, debe haber posibilidades más interesantes, la clase vinculada con grandes masas de tierra en un área desconocida aún sin explorar y desarrollar.”
Palmer cita así a los rusos: “Hace sólo 30 años, más de la mitad del área total de la depresión polar no había sido explorada, y 16 por ciento era todavía ‘térra incógnita’ hace sólo 15 años. En la actualidad, aunque sea una desilusión para los jóvenes geógrafos, el área de los puntos en blanco en el mapa de la depresión polar se ha reducido a casi nada. A la vez, para gran pena de los exploradores de mayor experiencia y para grande y comprensible placer de los más jóvenes, todavía quedan puntos en blanco en otras partes del Ártico. El océano, el aire y la ionosfera todavía pueden encerrar misterios”.
luego comenta sobre esta afirmación rusa:
Nos enteramos de que los puntos en blanco en el
mapa de la depresión polar han disminuido a ca-
si nada Luego, nos dicen que aún hay puntos en
blanco en otras partes del Ártico. ¿Dónde? Dicen
que e1 océano, el aire y la ionosfera aún encierran
muchos misterios. En especial el océano, en cuya
extensión desconocida existen vastas masas de
tierra que están más allá de nuestra capacidad
de ubicación en los mapas y también de nuestra
comprensión.
“Podemos decir que ésta es una afirmación ambigua o que se oculta algo, pero no lo haremos porque no es cierto. Esto es sincero, la única forma de expresar con sinceridad algo que aún no se comprende. Decir, en forma más definida, que hay masas de tierra dentro de un área que se suele llamar ‘un punto’, es enfrentarse al desafío de demostrarlo y probarlo. Ya que esto no es posible, sólo pueden darse indicios vagos de misterios.
“Es tarea de aquellos que se oponen a la teoría de la ‘tierra de misterio en el polo’, probar que no es verdad o probar la suya, que ya fue demolida por científicos y exploradores de las dos naciones más grandes de la tierra. Lo que aquí presentamos no es una teoría, sino el resultado acumulativo de cientos de años de exploración, que culminan en el año geográfico que estableció la información que dimos como el ‘nuevo concepto de geomagnetismo en la depresión polar’.
“El misterio por fin llega a ser conocido, y los
que se burlaban se callan. Trabajemos todos jun, tos para encontrar la verdad sobre este misterio tan fascinante e importante para la humanidad ¿Qué es lo que existe en ambos polos de la tierra que nos abre nuevas fronteras tan vastas en extensión y naturaleza que están más allá de nuestra comprensión actual? Tal vez la exploración del espacio sea menos importante que la de nuestro misterioso planeta, que de repente se ha convertido en un Vasto dominio’ mucho más grande de lo que alguna vez soñamos”.
La teoría de la Tierra hueca, con aberturas en los polos se originó en William Reed en 1906, cuando presentó, por primera vez, su libro Phan-tom of the Poles. Catorce años más tarde, en 1920, otro escritor estadounidense, Marshall B. Gardner, publicó un libro titulado A Jowney to the Earth’s Interior or Have the Poles Really Been Discovered? No parecía saber riada del libro de Reed, ya que no lo mencionó en su bibliografía, que era muy extensa e incluía la mayoría de los libros importantes sobre la exploración ártica. Gardner, en su libro, presenta la misma concepción de la estructura terrestre que Reed: que es hueca, con aberturas en los polos. Difiere con él en la creencia de la existencia de un sol central, fuente de la aurora boreal. En los diagramas de este libro, Gardner describe la tierra con aberturas circulares en los polos; y dice que el océano, que fluye por estas aberturas, se adhiere a la corteza sólida, tanto encima como debajo, ya que el centro de gravedad de la tierra reside en el medio
de esta porción sólida y no en el interior hueco, de acuerdo a su teoría. Por esta razón, si un barco via-jara por las aberturas polares y llegara al interior de la tierra, continuaría su curso en una posición inversa del lado de adentro de la corteza, así como a la noche, nosotros estamos debajo de la superficie de la tierra, adheridos por la gravedad.
El libro de Gardner, ya fuera de edición y poco frecuente, al igual que el destino de muchos otros trabajos escritos sobre el mismo tema -que fueron perdidos u olvidados- contiene muchos diagramas interesantes. Nosotros reproduciremos algunos. Citamos la siguiente descripción de estos diagramas:
1. “La tierra dividida en dos por el centro de
las aberturas polares y en ángulos rectos con res
pecto al ecuador. Ofrece una visión clara del sol
central y continentes y océanos en el interior. (Re
producción de un modelo de trabajo hecho por los
autores en 1912.)”
2. “La tierra vista desde el espacio. Muestra la
abertura polar del norte hacia el interior del pla
neta, que es hueco y contiene un sol central en
lugar de un océano de lava líquida.”
3. “Diagrama que muestra la tierra como una
esfera hueca con aberturas polares y un sol cen
tral. Las letras arriba y abajo del diagrama indi
can los diferentes pasos de un viaje imaginario
Por el interior del planeta. En el punto marcado
D, vemos la corona del sol central por primera
vez. En el punto marcado ‘E’, vemos el sol central
en su totalidad.”
La fuerza de la atracción gravitacional es más fuerte en la curva desde el exterior hacia el interior de la tierra. Un hombre de 80 kilogramos pesaría alrededor del doble mientras navegara por la abertura, por la curva desde afuera hacia adentro de la tierra. Al llegar adentro, pesaría sólo 40 kilos, porque hace falta menos fuerza para sostener un cuerpo dentro de una esfera riueca en rotación que afuera, debido a la fuerza, centrífuga.
William Reed sostiene que la atracción gravitacional es más fuerte en la mitad de la curva que va al interior de la tierra, donde está el centro de gravedad. Dice que es tan fuerte en este punto que el agua dulce y la salada de los icebergs no se mezclan. Esto permite obtener agua dulce en el Océano Ártico. ¿Cómo puede encontrarse agua dulce en el norte extremo, donde sólo hay agua salada de océano, y cómo pueden formarse icebergs de agua dulce y no salada? La única explicación, como señalan tanto Reed como Gardner, es que es agua que proviene de los ríos que desembocan desde el interior cálido de la tierra, y que al llegar a la superficie fría, se congelan y se convierten en icebergs, que se rompen y caen al mar. Entonces producen marejadas extrañas que los exploradores árticos han observado con extra-ñeza en el norte lejano.
Tanto Reed como Gardner afirman que la temperatura en el interior de la tierra es mucho más uniforme que afuera y que es más cálida en invierno y más fresca en verano que la nuestra.
Hay lluvia suficiente, más que en la superficie, pero nunca hace suficiente frío para que nieve. Es un clima subtropical ideal, libre del calor opresor de los trópicos y del frío de la zona templada. También sostienen que la abertura polar norte es más grande que la del sur. Dicen que existe una tierra de paraíso del otro lado de la Barrera de Hielo del Mamut, que hay que pasar antes de llegar al clima cálido más allá del polo, que el Almirante Byrd sobrevoló.
En la curva de la abertura polar, hay otro aro de hielo, llamado el Gran Banco de Témpanos Masivos de Agua Dulce o Barrera de Hielo. Allí, se originan los icebergs. Todos los inviernos este aro se forma con el agua dulce, que fluye hacia afuera desde dentro de la tierra. En los meses de invierno, miles de millones de toneladas de agua dulce corriente, proveniente de ríos dentro de la tierra, que fluyen hacia afuera por medio de las aberturas polares, se congela al salir y forma montañas de hielo de agua dulce, cuya presencia resultaría inexplicable si la tierra fuera una esfera sólida. En el verano, gigantescos icebergs de kilómetros de largo, se desprenden de las montañas y flotan hacía el exterior de la tierra. Están compuestos de agua dulce, donde sólo puede existir agua salada. Dado que el agua del exterior de la Tierra en estas regiones es salada en su totalidad, el agua dulce que compone estos icebergs tiene que provenir del interior.
La Tierra vista desde el espacio. Muestra la abertura polar del norte al interior del planeta, que es hueco y contiene un sol central en vez de im océano de lava liquida. (Reproducido de A Journey To The Earth’s Interior or Have The Pales ReaJly Been Discovered?, GARDNER, Mars-hall B., Eugene Smith Company, Aurora, Illinois, 1920.)
En el interior de los icebergs, el mamut y otros animales tropicales inmensos, supuestamente de origen prehistórico porque nunca fueron vistos en la faz de la tierra, fueron hallados en perfecto estado de conservación. Algunos tenían vegetación verde en las bocas y los estómagos en el momento de ser congelados en forma repentina. La explicación acostumbrada es que estos animales prehistóricos vivían en la región ártica cuando ésta tenía clima tropical. La llegada del período glaciar convirtió el Ártico de una zona tropical a una helada y congeló estos animales antes de que tuvieran tiempo de huir al sur. La existencia de los grandes depósitos de marfil encontrados en Siberia y en islas del norte, se explican de la misma manera. Sin embargo, Gardner sostiene
una teoría totalmente diferente, que encuentra apoyo en las observaciones del Almirante Byrd, quien descubrió una criatura gigante similar a un mamut en la tierra más allá del polo, proveniente del interior de la tierra, en la actualidad. Dice que pueden ser llevados por los ríos a la superficie y congelarse dentro del hielo formado cuando al llegar a la superficie esos mismos ríos forman glaciares y icebergs.
En Siberia, a lo largo del río Lena, se encuentran, expuestos en la tierra y enterrados, los huesos y colmillos de millones de mamutes y mastodontes. El consenso de la opinión científica es que estos son remanentes prehistóricos y que el mamut existió hace más o menos 20.000 años y desapareció en la catástrofe desconocida que llamamos el último período glaciar.
Schumachoff, un pescador que vivía en Ton-goose, Siberia, fue el primero que descubrió un mamut entero congelado en un bloque de hielo transparente en 1799. Cortó el hielo para liberarlo, le quitó los colmillos inmensos y dejó el cadáver de carne fresca para que lo devoraran los lobos. Más adelante, se envió una expedición para examinarlo y, en la actualidad, se puede ver el esqueleto en el Museo de historia natural de Lenin-grado.
Los exploradores polares no sólo mencionan la fauna (animales), sino también la flora (vegetación) en el extremo norte. Además, muchos animales, como el toro almizcleño, emigran hacia el norte en el invierno. Esto resulta lógico sólo si hay un clima más cálido allí. En reiteradas oportunidades, los exploradores árticos observaron osos que van hacia el norte a un área donde no habría alimentos para ellos si no estuviera la abertura polar que conduce a una región más cálida. También se hallaron zorros del paralelo 80 hacia el norte; era evidente que estaban bien alimentados. Sin excepción, estos exploradores con-cuerdan en que, aunque resulte extraño, cuanto más al norte se vaya, pasada determinada latitud, más cálido es el clima. Invariablemente, un viento norte trae mayor temperatura. Se hallaron árboles coniferos flotando en la orilla, provenientes del norte lejano. También aparecen mariposas, abejas e, inclusive, mosquitos, que no se encuentran hasta llegar a cientos de kilómetros al sur, en áreas climáticas de Canadá y Alaska, propicias para la vida de los insectos.
También se hallaron variedades desconocidas de flores en el norte extremo. Se han visto aves parecidas a la agachadiza, pero diferentes a cualquier ave conocida, que vienen del norte y luego vuelven allí. Los conejos son abundantes; no crece vegetación, pero se encuentra materia vegetal flotando en los restos de las aguas abiertas del norte. -
Las tribus esquimales dejaron rastros inequívocos de su migración siempre hacia el norte, al lado de sus campamentos temporarios. Los es-quirnales del sur hablan de tribus que viven en el n°rte lejano. Tienen la creencia de que sus ances-°s vinieron de una tierra paradisíaca en el extremo norte.
En Nueva Zelanda y el sur de América del Sur, se encuentra fauna y flora similares, que no pueden haber emigrado de uno de estos lugares al otro. La única explicación es que provienen de una tierra madre común: el continente antartico. Sin embargo, ¿cómo pudieron venir de un desierto congelado, donde sólo sobreviven los pingüinos? Palmer concluye: “Sólo la ‘tierra misteriosa’ del Almirante Byrd puede explicar estos hechos y migraciones”.
Muchos exploradores árticos, después de pasar por el aro de hielo y la curva que lleva al interior de la tierra, continuaron hacia el norte hasta cruzar esta barrera de hielo. Muchos entraron por la abertura, pero no lo supieron; creían estar en la superficie externa. Esto se debe a que la abertura es tan grande que es imposible distinguir la diferencia, excepto que el sol sale más tarde y se pone más temprano, porque los rayos se cortan por el borde de la abertura polar después de que uno ingresa. Todos los exploradores árticos que fueron suficientemente al norte observaron lo mismo. Gardner cree que la abertura polar tiene un diámetro de 2.260 kilómetros.
Una vez que estaban dentro de la tierra, los exploradores entraban a un mundo nuevo donde hallaban lo opuesto a lo esperado. La aguja de la brújula apuntaba en sentido vertical en vez de horizontal como antes, debido a que el verdadero polo magnético está ubicado en el medio de la curva que va desde afuera hasta adentro de la tierra. Cuanto más al norte iban, más cálida era la atmósfera. El hielo de las regiones árticas que estaban más al sur desaparecía y lo reemplazaba el mar abierto. (El Almirante Byrd encontró una ausencia total de hielo y nieve en la “tierra más allá del polo” que sobrevoló a lo largo de 2.740 kilómetros.) A medida que los exploradores navegaban más al norte, los vientos se volvían más cálidos. El clima era más moderado y agradable. Con frecuencia, el polvo que llevaba el viento era intolerable. ¿De dónde puede venir tal polvo en el norte extremo, una tierra de hielo y océano? Reed y Gardner atribuyen el origen de este polvo a los volcanes dentro de la abertura polar que dan al interior de la tierra. Sería imposible que hubiera volcanes en el Ártico si no estuvieran dentro de la abertura polar.
* El 3 de agosto de 1894, el doctor Fridtj of Nan-sen, un explorador ártico que se hallaba en el norte lejano, se sorprendió del clima cálido y las huellas de zorro que encontró allí. Es probable que estuviera dentro de la abertura polar. La brújula no funcionaba, y no sabía dónde estaba. Cuanto más entraba a la abertura, más cálida era la atmósfera; si hubiera seguido, habría visto aves tropicales, como vieron otros exploradores, además de otros animales no encontrados en la superficie terrestre, como el mamut que el Almirante Byrd vio desde su avión cuando sobrevolaba esta área misteriosa sin hielo.
Ray Palmer escribe: “El toro almizcleño, en contra de lo esperado, emigra al norte en invierno. En repetidas ocasiones los exploradores árti-
cos observaron osos en camino al norte, a un área donde no podía haber alimento para ellos. También se pueden encontrar zorros bien alimentados al norte del paralelo 80. Todos los exploradores sin excepción concuerdan en que cuanto más al norte se va, más cálido es el clima. El viento norte trae temperatura más tibia. Hay árboles coniferos que flotan desde el norte siguiendo las costas desde el norte. Hallamos mariposas y abejas en el norte lejano, pero nunca cientos de miles de kilómetros más al sur; no encontramos el clima propicio para la vida de insectos semejantes hasta Alaska o Canadá.
También hallamos variedades desconocidas de flores. Aves parecidos a la agachadiza, pero diferentes a cualquier especie conocida salen del norte y vuelven allí. Hay abundancia de liebres en áreas donde nunca crece vegetación y sin embargo aparece en forma de restos flotantes provenientes del agua abierta del norte. Las tribus esquimales que emigran al norte dejan rastros inconfundibles de ese traslado en los campamentos temporarios. Los esquimales del sur hablan de tribus que viven en el norte lejano. La gaviota Ross, común en Point Ba-rrow, emigra hacia el norte en octubre. Sólo la ‘tierra misteriosa’ del Almirante Byrd puede explicar estos hechos y estas migraciones.
La leyenda de una tierra de paraíso en el norte lejano, conocida como “Ultima Thule”, que se suele confundir con Groenlandia, resulta significativa porque siglos antes del vuelo del Almirante Byrd, se anticipó la existencia de una tierra semejante, libre de hielo, en los límites del norte de la tierra. Palmer escribe lo siguiente:
»”La leyenda escandinava de una tierra maravillosa muy al norte, llamada ‘Ultima Thule’ (que se suele confundir con Groenlandia), es significativa cuando se estudia en detalle, a raíz de su llamativa semejanza con la tierra que Byrd vio y su ubicación en el norte tan lejano. Asumir que Ultima Thule es Groenlandia implica enfrentarse con la contradicción del Casquete Polar de Groenlandia, que llena toda la depresión de Groenlandia hasta una profundidad de 3.047 metros. ¿La tierra misteriosa del Almirante Byrd, el centro del Gran Desconocido, es lo mismo que la Ultima Thule de las leyendas escandinavas?
“Existen misterios sobre la Antártida también. Tal vez el mayor sea aquel altamente técnico de la biología misma, pues la flora y la fauna son idénticas en las masas de tierra de Nueva Zelanda y América del Sur. No pudieron emigrar de una a otra; se cree que provienen de una tierra madre común. Esa madre tierra pudo ser el continente Antartico. En un nivel más popular, encontramos el caso del barco ‘Gladys’ en 1893, cuyo capitán fue H. B. Hatfield. La nave estaba completamente rodeada de icebergs a 43 grados al sur y 33 grados oeste. En esa latitud, se observó un iceberg con una gran cantidad de arena y tierra, que revelaba un camino, un refugio y los cuerpos de cinco hombres muertos acostados en diferentes partes del témpano. El mal tiempo impidió una investigación más profunda.
“Hay un consenso unánime en las opiniones de científicos sobre la peculiaridad del área antartica, de que no hay tribus humanas que vivan allí. Además, las investigaciones muestran que ninguna nave se perdió allí en ese momento, por lo tanto estos hombres no podían ser marineros náufragos. ¿Los hombres que murieron en el témpano habrán venido de la tierra misteriosa más allá del polo sur descubierta por la expedición de Byrd? ¿Habrían salido de su tierra cálida y habitable hasta perderse por la banquina de hielo, y encontrar la muerte en una porción de hielo en el mar, desprendido de un iceberg mientras ellos estaban encima?”
Theodore Fitch, otro escritor estadounidense que escribe sobre el tema de la tierra hueca, cuando se refiere a una de las barreras de hielo que hay que cruzar antes de poder entrar en las aberturas polares, pregunta:
“¿Por qué no podemos volar sobre estas gigantescas barreras o hacer caminos y pasarlas por encima hasta llegar al interior de la tierra?”. El no encuentra razón que lo impida, aunque, al igual que tantos otros estadounidenses, ig;-noraba que el Almirante Byrd había sobrevolado estas barreras y entrado a la tierra hueca unos años antes. Fitch cree que una vez que estos hechos sean de conocimiento público, todas las grandes naciones intentarán establecer soberanía sobre este nuevo mundo, cuya área es mayor que la superficie terrestre y que no estará sujeta a la precipitación radioactiva, que envenene los alimentos y las tierras. Mundo de alcance más fácil que la luna y de mayor importancia para nosotros, ya que ofrece las condiciones ideales para la vida humana, con mejor clima que el de la superficie. Fitch lo llama una Tierra de Paraíso y cree que es la verdadera ubicación geográfica del paraíso, una tierra maravillosa mencionada en todas las escrituras religiosas de todos los pueblos.
Pareciera que los rusos están haciendo lo mismo que sugiere Fitch al enviar flotas de rompehielos, algunos con poder atómico, a explorar el norte lejano. El próximo paso consistirá en repetir el vuelo del Almirante Byrd a través de la abertura polar hasta “la tierra más allá del polo”.
El libro de Fitch, titulado Ow Paradise Inside the Earth (Nuestro paraíso en la tierra), está basado en los trabajos de Reed y Gardner. Menciona que durante el último siglo, un capitán de mar que viajaba con rumbo norte siguió la curva hacia adentro, a pesar de que creía estar en camino al Polo. Fitch escribe lo siguiente:
‘Tanto William Reed como Marshall Gardner declaran que debe haber una tierra del paraíso del otro lado de la barrera de hielo del mamut. Ambos concuerdan en opinar que una raza de pequeñas personas de color marrón vive en el interior de la tierra. Es posible que los esquimales descendieran de este pueblo.
“La mayoría de los exploradores viajaron directamente al norte hasta pasar por la curva de 1.290 kilómetros en la abertura polar. Ninguno se dio cuenta que se encontraba en el interior de la tierra. Estos exploradores encontraron lo opuesto a lo que esperaban. A medida que avanzaban hacia el norte, los vientos se volvían cada vez más cálidos. Con la excepción de los fuertes vientos cálidos que arrastraban polvo de vez en cuando, . el clima era tibio y agradable. Fuera de los icebergs del interior, el mar era abierto y la navegación buena. (Como ya señalamos, Reed y Gardner explican este extraño polvo del norte lejano, que oscurece la nieve en la que se deposita, como proveniente de los volcanes activos en el interior de la abertura polar. Esta parece la única explicación posible. El autor.)
“Veían incontables kilómetros cuadrados de tierra buena. Cuanto más al norte iban, más hierba, flores, arbustos, árboles y otra vegetación encontraban. Un explorador escribió que sus hombres llegaron a recoger ocho clases diferentes de flores y que veían colinas cubiertas de verdor. (El Almirante Byrd confirmó estas observaciones, pues en su vuelo de 2.740 kilómetros sobre territorio sin hielo, vio árboles, vegetación, montañas, lagos y vida animal. El autor.)
“Otro autor contó que había visto toda clase de anímales de clima cálido y millones de aves tropicales. Había tal densidad, que un hombre ciego podría acertar a una o más aves con un solo tiro. El hermoso paisaje del cielo y la tierra eran más magníficos que todo lo conocido en el exterior de la tierra. Todos los exploradores escribieron sobre la majestuosidad de la aurora boreal, que algunos sostienen proviene del sol central dentro de la tierra, que Vbrilla a través de la abertura en el Polo Norte.”
Fitch señala que el interior hueco de la tierra tiene un área terrestre mayor que la superficie porque, ya que 75 por ciento de la superficie está cubierta de agua, quedan menos de 88 millones de kilómetros cuadrados de superficie de tierra. Por lo tanto, la superficie terrestre total es de menos de 318 millones de kilómetros cuadrados. Fitch sostiene que, en el interior, no hay océanos de tamaño comparable con los de la superficie, y que hay tres veces la cantidad de tierra dentro de la tierra. Es decir, que a pesar de la circunferencia y el área total menores del interior, el área de tierra es mayor. Fitch dice que tiene un clima mejor y más saludable del que tenemos en la superficie, sin los inviernos fríos, los huracanes, los terremotos, las tormentas eléctricas, los ciclones, las precipitaciones radioactivas, la erosión de la tierra por lluvia excesiva y otras desventajas. Tiene un clima subtropical ideal.
William L. Blessing es otro escritor estadounidense al que influyeron mucho las teorías de Reed y Gardner. Publicó un folleto sobre el tema, donde reproduce los diagramas de la estructura terrestre. Dice:
“La tierra no es una verdadera esfera. Es chata en los polos, o tal vez deba decir, comienza a achatarse en los polos. El polo es sólo el borde externo de un círculo magnético, donde la aguja magnética de la brújula apunta hacia abajo. A medida que la tierra gira sobre su eje, el movimiento es giroscópico. El polo giroscópico externo es el borde magnético de un círculo. Más allá del
borde, la tierra se achata e inclina en forma gradual como un cañón hacia el interior. El verdadero polo en el centro exacto del cono es perpendicular, pues este punto es el centro exacto de la abertura que va al interior. Hay que descartar la antigua idea de que la tierra alguna vez fue una masa sólida o fundida, y que el centro está compuesto de hierro fundido. Puesto que el caparazón de la tierra tiene un espesor de 1.290 kilómetros, el núcleo de hierro debería tener un diámetro de más de 11.290 kilómetros y 33 870 kilómetros de circunferencia. Es imposible. Asimismo, hay que descartar la antigua idea de que cuanto mas profundamente se penetra en la tierra mas calor hace. El radium y la radioactividad producen este calor. Todas las rocas de la superficie contienen partículas diminutas de radium.” Uno de los hechos más enigmáticos de la exploración del Ártico es que, aunque es un área de océano, cubierta de agua, que se congela por encima o está abierta en partes -según la época del ano- muchos exploradores señalan que hay grandes extensiones de océano abierto en los puntos mas cercanos al polo, mientras que más al sur hay más hielo. Algunos exploradores dijeron que hacia mucho calor a veces y que debieron quitarse sus abrigos. Inclusive, hay un registro . de un encuentro con esquimales desnudos. Se cree que el origen de esta raza es el norte extremo, de donde emigraron al sur hasta su habitat actual. Es probable que su hogar original más al norte fuera más cálido que el actual.
Resulta extraño que los libros de Reed y Gardner, que presentaban una teoría geográfica tan histórica, apoyada por la evidencia de exploraciones árticas durante el último siglo, fuera tan ignorada para que, en la actualidad, sean imposibles o difíciles de obtener. Es una teoría de importancia comparable con la teoría de que la tierra es redonda, cuando fue rechazada en los principios; ¿habrá sido ocultada? (Este autor tuvo la suerte de obtener una copia del libro de Gardner de un librero de libros raros.) ¿Será posible que estos libros compartieran el destino de las noticias sobre los descubrimientos del Almirante Byrd, el libro de Giannini y la revista de Palmer que anunciaba la confirmación de Byrd de la teoría de Reed y Palmer sobre la tierra hueca con aberturas en los polos? (Un corresponsal de este autor, residente en Washington D.C., escribió que por casualidad, mientras revisaba libros en la biblioteca de un alto oficial de la Fuerza Aérea, con quien tenía negocios, para su gran sorpresa, encontró una copia del libro de Gardner.) Es evidente que la teoría de Gardner sobre la tierra hueca es conocida por los líderes gubernamentales y militares, ya que el Almirante Byrd la confirmó, pero que la callan, y no puede discutirse en forma abierta.
•• Fitch pide a quienes no creen que la tierra es hueca, con aberturas en los polos, que contesten las siguientes preguntas:
“Puede usted producir pruebas de que algún explorador llegó al supuesto Polo Norte o Polo Sur?
“Si no existe una latitud de 83 a 90 grados en
la tierra, ¿cómo se puede sobrevolar el Polo Norte?
“Si la tierra no es hueca, ¿por qué el viento norte en el Ártico se hace más cálido a medida que uno navega hacia el norte más allá de la latitud de 70 grado
“¿Por qué hay vientos del norte cálidos y mar abierto a lo largo de cientos de kilómetros al norte de la laütud de 82 grados?
“Después de llegar a la latitud de 82 grados, ¿por qué la aguja de la brújula siempre está agitada?
“Si la tierra no es hueca, ¿por qué los vientos cálidos del norte ya mencionados transportan más polvo que cualquier viento en la tierra?
“Si no fluyen ríos de adentro hacia afuera, ¿por qué flotan plantas y árboles en el agua dulce de los icebergs?
“Si ninguno de los icebergs proviene de alguna parte sobre la tierra, ¿de dónde vienen si no suponemos la existencia de ríos que fluyen de adentro para afuera?
“Si el interior de la tierra no es cálido, ¿por qué millones de aves tropicales y animales van hacia el norte en el invierno?
“¿Por qué el viento del norte transporta más polen y capullos que cualquier otro en el exterior?
“Si la tierra no es hueca y cálida por dentro, ¿por qué el polen colorea la nieve a lo largo de miles de kilómetros cuadrados?
“¿Será tal vez que el polen de millones de acres de flores de color tiñe la nieve de colorado, rosa, amarillo, azul, etcétera?”
La tierra dividida en dos por el centro de las aberturas polares y en ángulos rectos con respecto al ecuador. Ofrece una visión clara del sol central y continentes y océanos en el interior. (Reproducción de un modelo de trabajo, hecho por los autores en 1912. Patentado el 12 de mayo de 1914, número 1096102.)
https://sites.google.com/site/galeriademisterios/home/tierra-hueca
explicamos la maniobra estándar, que imposibilita que vuele más allá del polo porque lo cruza. (Es decir, cruza la abertura polar en lugar de entrar en ella. El autor.) Debido a dificultades de navegación que se originan en las brújulas de toda clase, un aviador ‘perdido’ (cuyo compás no funciona como es debido) recobra su ubicación al doblar en cualquier dirección, hasta que la brújula retoma su funcionamiento normal. Las aerolis comerciales, cuya publicidad se jacta de vo-neados veces por día sobre el polo, exageran la rdad por 3.700 kilómetros. (Sólo cruzan el bor-de magnético de la abertura polar, donde la brújula registra el grado más alto del norte, pero no llegan al Polo Norte, que es el punto central de la abertura polar. El autor.)
‘Tenemos a nuestra disposición, en la forma de registros de varios cientos de años y en archivos rusos, la historia de la exploración ártica que prueba más allá de la duda, el punto más importante que queremos transmitir; que el polo norte magnético no es un punto, sino -según los rusos- una línea de aproximadamente 1.600 kilómetros. Antes de seguir adelante, queremos aclarar que nosotros creemos que esta deducción es errónea, y que la línea es en realidad un círculo. A raíz de la falta de espacio para situarla en el globo, los rusos se ven obligados a comprimir sus observaciones en un área de dos dimensiones: apretaron los dos costados del círculo y hacen una línea del círculo. Ahora, quisiéramos dar un resumen de ese punto de la exploración rusa, que en realidad cubre mucho más que sólo el geomagnetismo:
“‘Los navegantes en latitudes altas siempre tuvieron problemas con el extraño comportamiento de las brújulas magnéticas, causado por las aparentes irregularidades y asimetrías en el campo magnético de la tierra. Los primeros mapas magnéticos fueron creados con esta premisa, basados en suposiciones esperanzadas, de que el
polo norte magnético fuera un punto. Por ende, se esperaba que la aguja de la brújula, que baja cada vez más al acercarse al polo magnético, apuntara hacia abajo al llegar allí. Sin embargo, la información de muchas expediciones rusas y otras mostraban que la aguja apunta hacia abajo a lo largo de un gran trayecto que cruza el Océano Ártico, desde un punto en el noroeste de la Península Taimyr hasta otro en el Archipiélago Ártico.
Este descubrimiento, en un principio, inspiró la hipótesis de que hay un segundo polo norte magnético, ubicado a los 86 grados longitud este. Observaciones más refinadas descartaron esta idea. El mapa del campo magnético, ahora, muestra los meridianos magnéticos que corren juntos en un grupo de líneas desde el norte del Archipiélago Ártico hasta Sibería. Se ha demostrado que el polo norte magnético, alguna vez considerado un punto en el Archipiélago Ártico, se extiende por la depresión polar hasta la Península Taimyr en Siberia.’
“El ‘polo’, en términos de magnetismo, es un área muy extendida, que cruza la depresión polar de un continente al otro. Tiene una longitud de por lo menos 1.600 kilómetros y es probable que existan 1.600 kilómetros más como una línea difusa. (No es un punto en el norte lejano, sino el borde de la abertura polar, ya que después de pasarlo y entrar en la abertura que lleva al interior de la tierra, el Almirante Byrd dejó atrás el hielo y la nieve árticos y entró en un territorio más cálido. El autor.) Por lo tanto, cuando el Almirante cualquier otro explorador ártico que Porte una brújula magnética- sostiene que llegue al polo, hace una afirmación muy vaga. Sólo puede decir que llegó a un punto, que puede estar en cualquier lado demostrable dentro de un área de 3.200 kilómetros (el borde magnéüco de la abertura polar), donde el compás señalaba hacia abajo. Es un logro destacable, pero no el descubrimiento del polo.
“Ya que otras clases de brújulas, como la guía giroscópica y de inercia, tienen limitaciones igualmente vagas, nos animamos a afirmar que nadie ha llegado al polo y que no existe un polo al cual llegar.
“Luego, al no encontrar explicación para el comportamiento extraño de la brújula en la depresión polar, los teóricos recurrieron al espacio y la atmósfera superior e, inclusive al sol, para explicar lo que les ocurre a los instrumentos. Entonces, decidieron que el polo es ‘la interacción entre el campo magnético y las partículas cargadas, provenientes del sol’. Más significativas aún son las referencias a los cartógrafos anteriores, cuyos mapas son ‘nubes petrificadas en la imaginación de los cartógrafos como masas de tierra’. La armada se sintió molesta cuando el ejército dijo que las montañas perdidas del Polo Sur nunca estuvieron allí, porque no podían encontrarlas con sus propias conjeturas confusas, basadas en el polo magnético, que no existe. En la actualidad, descubrimos que las áreas nuevas de tierra están ‘descubiertas’, y que se descartan los viejos mapas porque las tierras que muestran ya no existen. (Esta confusión se debe a la acción irregular de la brújula en el norte lejano, debido a que el polo norte magnético no es un punto como suponían los cartógrafos, sino un círculo alrededor del borde de la abertura. El autor.)
“Esto nos trae al tema de las ‘tierras misteriosas’ de gran extensión en las áreas polares, que no se pueden situar en el globo sin superposición con otras extensiones. ¿Será allí donde se originan los platillos voladores?”
Es sabido que los polos magnéticos del norte y sur no coinciden con los polos geográficos, como ocurriría si la tierra fuera una esfera sólida, convexa en los polos. La razón de que los polos magnético y geográfico no coincidan es que, mientras el polo magnético está sobre y a lo largo del borde de la abertura polar, el geográfico está en el centro, en el aire, no en tierra sólida. Como veremos más adelante, el verdadero polo magnético y centro de gravedad no es un borde externo de la abertura polar, sino un punto en el centro de la corteza terrestre, que estará a 650 kilómetros de profundidad, y corre a lo largo de la abertura. Por esta razón, la aguja de la brújula sigue apuntado en sentido vertical hacia abajo cuando se pasa el borde de la abertura y se entra en ella. Sólo después de pasar el centro, la aguja apuntaría hacia arriba en vez de abajo. En ambos casos, después de llegar al borde de la abertura polar, la brújula ya no funciona en sentido horizontal como antes, sino vertical.
Todos los exploradores árticos que llegaron a latitudes tan elevadas hicieron la misma observación, y siempre los sconcierta. La única explicación viene de la con-epción de la tierra hueca y las aberturas polares, con el polo magnético y el centro de gravedad en el medio de la corteza de la Tierra y no en el centro geométrico. Como resultado, el agua del océano en el interior de la corteza se adhiere a la superficie interna al igual que a la externa. Podemos calcular que el polo magnético del polo y el centro de gravedad son una línea circular alrededor de la abertura polar, pero en el medio, a aproximadamente 650 kilómetros ‘de la superficie de la Tierra. En apoyo de la concepción de que el polo magnético está situado en el borde de la abertura polar, Palmer cita los siguientes hechos.
Entre cada polo magnético en la Tierra pasan meridianos. Contrariamente a los meridianos geográficos que miden la longitud, los magnéticos se mueven de este a oeste y de vuelta. La diferencia entre los geográficos -el norte y sur verdaderos- y la dirección en que apunta una brújula magnética, es decir el meridiano magnético de un lugar, se llama declinación. La primera observación se hizo en Londres en 1580, mostró una declinación hacia el este de 11 grados. En 1815, alcanzaba los 24,3 grados hacia el oeste, como máximo. Esto significa un cambio de 35,5 grados en 235 años, equivalente a 3.416 kilómetros. Si dibujáramos un círculo alrededor del polo, con un radio de 1.708 kilómetros, para que el diámetro fuera de 3.416 kilómetros, representaría el borde de la
abertura polar. El Polo Norte Magnético pasó de un punto a otro diametralmente opuesto de este círculo, a 3.416 kilómetros de distancia, en 235 años. Por esta razón, el polo magnético y el geográfico no coinciden. El geográfico es una extensión del eje de la tierra -que está en el centro de la abertura polar- por lo tanto, existe en el espacio vacío. Por ello, ningún explorador podrá “descubrirlo”, ya que no está en tierra sólida.
Según Marshall Gardner, el borde de la abertura polar, que es el verdadero polo magnético, es un gran círculo de 2.260 kilómetros de diámetro. Es tan grande que cuando los exploradores lo pasan -como hicieron muchos- la inclinación es tan gradual que no se dan cuenta de que ingresan al interior de la Tierra; se imaginan que están en la superficie. Por lo tanto, el polo magnético puede ser cualquier punto en el círculo del borde magnético de la abertura polar. Palmer dice lo siguiente al respecto:
“El punto de precisión del polo magnético existe en una sola porción de la circunferencia por vez, y se mueve en forma progresiva alrededor del círculo en una órbita definida, que tarda 235 años en recorrer. Es decir, que el polo magnético viaja 29 kilómetros por año. Vuelos militares y civiles sobre el polo se pueden realizar a diario sin que se manifieste la menor evidencia del vasto agujero en la Tierra. Se circunscribe el perímetro, a pesar de lo que creen, debido al error original de suponer que pasan sobre un punto y no una gran circunferencia, la cual tocan en un solo punto,
para luego desviarse de la curva natural porque viajan en línea recta”.
^ Si la tierra fuera una esfera sólida, con dos los en las puntas del eje, al ser un imán, los los magnéticos coincidirían con los geográficos. Que no sea así resulta inexplicable dentro de la teoría de que la tierra es una esfera sólida. La explicación se aclara cuando aceptamos la existencia de aberturas polares, con polos magnéticos a lo largo del borde circular, en vez de solamente en un punto fijo.
Palmer cita una afirmación significativa de exploradores rusos: “La exploración y la investigación muestran que tal vez en unos años la comprensión humana abarque una enorme área nueva de la superficie terrestre y los correspondientes dominios dentro de lo desconocido”. Este comentario suena muy parecido a los del Almirante Byrd que dicen que la región ártica es “el centro del gran desconocido”. Tal vez los rusos conozcan su descubrimiento de “un nuevo y vasto territorio” más allá del polo. Palmer comenta lo siguiente al respecto:
“Esta es una frase realmente estupenda. Contemplemos lo que de veras dice: que no sólo la exploración, sino también la investigación demuestran que tal vez en unos años la comprensión humana abarque una nueva área de enormes regiones de la superficie terrestre y los correspondientes -esta palabra es significativa- dominios dentro de lo desconocido. En otras palabras, además de las áreas que podemos com-
prender e investigar con exploración, hay grandes áreas que la comprensión humana todavía tiene que comprender por medio de la investigación. Sí existen grandes áreas desconocidas que están más allá de la comprensión humana, y ‘tal vez’ las descubramos y comprendamos en unos años. Es decir que, además de áreas que podemos entender e investigar con la exploración, existen grandes dominios que debemos abarcar con nuestra comprensión por medio de la investigación.
“En las siguientes frases de los exploradores rusos encontramos que hay mucha ‘perspectiva para el desarrollo’ en la depresión polar, que, de acuerdo a las creencias actuales, es sólo agua congelada. ¿Cuál es la gran perspectiva: cubos de hielo para el té? No, debe haber posibilidades más interesantes, la clase vinculada con grandes masas de tierra en un área desconocida aún sin explorar y desarrollar.”
Palmer cita así a los rusos: “Hace sólo 30 años, más de la mitad del área total de la depresión polar no había sido explorada, y 16 por ciento era todavía ‘térra incógnita’ hace sólo 15 años. En la actualidad, aunque sea una desilusión para los jóvenes geógrafos, el área de los puntos en blanco en el mapa de la depresión polar se ha reducido a casi nada. A la vez, para gran pena de los exploradores de mayor experiencia y para grande y comprensible placer de los más jóvenes, todavía quedan puntos en blanco en otras partes del Ártico. El océano, el aire y la ionosfera todavía pueden encerrar misterios”.
luego comenta sobre esta afirmación rusa:
Nos enteramos de que los puntos en blanco en el
mapa de la depresión polar han disminuido a ca-
si nada Luego, nos dicen que aún hay puntos en
blanco en otras partes del Ártico. ¿Dónde? Dicen
que e1 océano, el aire y la ionosfera aún encierran
muchos misterios. En especial el océano, en cuya
extensión desconocida existen vastas masas de
tierra que están más allá de nuestra capacidad
de ubicación en los mapas y también de nuestra
comprensión.
“Podemos decir que ésta es una afirmación ambigua o que se oculta algo, pero no lo haremos porque no es cierto. Esto es sincero, la única forma de expresar con sinceridad algo que aún no se comprende. Decir, en forma más definida, que hay masas de tierra dentro de un área que se suele llamar ‘un punto’, es enfrentarse al desafío de demostrarlo y probarlo. Ya que esto no es posible, sólo pueden darse indicios vagos de misterios.
“Es tarea de aquellos que se oponen a la teoría de la ‘tierra de misterio en el polo’, probar que no es verdad o probar la suya, que ya fue demolida por científicos y exploradores de las dos naciones más grandes de la tierra. Lo que aquí presentamos no es una teoría, sino el resultado acumulativo de cientos de años de exploración, que culminan en el año geográfico que estableció la información que dimos como el ‘nuevo concepto de geomagnetismo en la depresión polar’.
“El misterio por fin llega a ser conocido, y los
que se burlaban se callan. Trabajemos todos jun, tos para encontrar la verdad sobre este misterio tan fascinante e importante para la humanidad ¿Qué es lo que existe en ambos polos de la tierra que nos abre nuevas fronteras tan vastas en extensión y naturaleza que están más allá de nuestra comprensión actual? Tal vez la exploración del espacio sea menos importante que la de nuestro misterioso planeta, que de repente se ha convertido en un Vasto dominio’ mucho más grande de lo que alguna vez soñamos”.
La teoría de la Tierra hueca, con aberturas en los polos se originó en William Reed en 1906, cuando presentó, por primera vez, su libro Phan-tom of the Poles. Catorce años más tarde, en 1920, otro escritor estadounidense, Marshall B. Gardner, publicó un libro titulado A Jowney to the Earth’s Interior or Have the Poles Really Been Discovered? No parecía saber riada del libro de Reed, ya que no lo mencionó en su bibliografía, que era muy extensa e incluía la mayoría de los libros importantes sobre la exploración ártica. Gardner, en su libro, presenta la misma concepción de la estructura terrestre que Reed: que es hueca, con aberturas en los polos. Difiere con él en la creencia de la existencia de un sol central, fuente de la aurora boreal. En los diagramas de este libro, Gardner describe la tierra con aberturas circulares en los polos; y dice que el océano, que fluye por estas aberturas, se adhiere a la corteza sólida, tanto encima como debajo, ya que el centro de gravedad de la tierra reside en el medio
de esta porción sólida y no en el interior hueco, de acuerdo a su teoría. Por esta razón, si un barco via-jara por las aberturas polares y llegara al interior de la tierra, continuaría su curso en una posición inversa del lado de adentro de la corteza, así como a la noche, nosotros estamos debajo de la superficie de la tierra, adheridos por la gravedad.
El libro de Gardner, ya fuera de edición y poco frecuente, al igual que el destino de muchos otros trabajos escritos sobre el mismo tema -que fueron perdidos u olvidados- contiene muchos diagramas interesantes. Nosotros reproduciremos algunos. Citamos la siguiente descripción de estos diagramas:
1. “La tierra dividida en dos por el centro de
las aberturas polares y en ángulos rectos con res
pecto al ecuador. Ofrece una visión clara del sol
central y continentes y océanos en el interior. (Re
producción de un modelo de trabajo hecho por los
autores en 1912.)”
2. “La tierra vista desde el espacio. Muestra la
abertura polar del norte hacia el interior del pla
neta, que es hueco y contiene un sol central en
lugar de un océano de lava líquida.”
3. “Diagrama que muestra la tierra como una
esfera hueca con aberturas polares y un sol cen
tral. Las letras arriba y abajo del diagrama indi
can los diferentes pasos de un viaje imaginario
Por el interior del planeta. En el punto marcado
D, vemos la corona del sol central por primera
vez. En el punto marcado ‘E’, vemos el sol central
en su totalidad.”
La fuerza de la atracción gravitacional es más fuerte en la curva desde el exterior hacia el interior de la tierra. Un hombre de 80 kilogramos pesaría alrededor del doble mientras navegara por la abertura, por la curva desde afuera hacia adentro de la tierra. Al llegar adentro, pesaría sólo 40 kilos, porque hace falta menos fuerza para sostener un cuerpo dentro de una esfera riueca en rotación que afuera, debido a la fuerza, centrífuga.
William Reed sostiene que la atracción gravitacional es más fuerte en la mitad de la curva que va al interior de la tierra, donde está el centro de gravedad. Dice que es tan fuerte en este punto que el agua dulce y la salada de los icebergs no se mezclan. Esto permite obtener agua dulce en el Océano Ártico. ¿Cómo puede encontrarse agua dulce en el norte extremo, donde sólo hay agua salada de océano, y cómo pueden formarse icebergs de agua dulce y no salada? La única explicación, como señalan tanto Reed como Gardner, es que es agua que proviene de los ríos que desembocan desde el interior cálido de la tierra, y que al llegar a la superficie fría, se congelan y se convierten en icebergs, que se rompen y caen al mar. Entonces producen marejadas extrañas que los exploradores árticos han observado con extra-ñeza en el norte lejano.
Tanto Reed como Gardner afirman que la temperatura en el interior de la tierra es mucho más uniforme que afuera y que es más cálida en invierno y más fresca en verano que la nuestra.
Hay lluvia suficiente, más que en la superficie, pero nunca hace suficiente frío para que nieve. Es un clima subtropical ideal, libre del calor opresor de los trópicos y del frío de la zona templada. También sostienen que la abertura polar norte es más grande que la del sur. Dicen que existe una tierra de paraíso del otro lado de la Barrera de Hielo del Mamut, que hay que pasar antes de llegar al clima cálido más allá del polo, que el Almirante Byrd sobrevoló.
En la curva de la abertura polar, hay otro aro de hielo, llamado el Gran Banco de Témpanos Masivos de Agua Dulce o Barrera de Hielo. Allí, se originan los icebergs. Todos los inviernos este aro se forma con el agua dulce, que fluye hacia afuera desde dentro de la tierra. En los meses de invierno, miles de millones de toneladas de agua dulce corriente, proveniente de ríos dentro de la tierra, que fluyen hacia afuera por medio de las aberturas polares, se congela al salir y forma montañas de hielo de agua dulce, cuya presencia resultaría inexplicable si la tierra fuera una esfera sólida. En el verano, gigantescos icebergs de kilómetros de largo, se desprenden de las montañas y flotan hacía el exterior de la tierra. Están compuestos de agua dulce, donde sólo puede existir agua salada. Dado que el agua del exterior de la Tierra en estas regiones es salada en su totalidad, el agua dulce que compone estos icebergs tiene que provenir del interior.
La Tierra vista desde el espacio. Muestra la abertura polar del norte al interior del planeta, que es hueco y contiene un sol central en vez de im océano de lava liquida. (Reproducido de A Journey To The Earth’s Interior or Have The Pales ReaJly Been Discovered?, GARDNER, Mars-hall B., Eugene Smith Company, Aurora, Illinois, 1920.)
En el interior de los icebergs, el mamut y otros animales tropicales inmensos, supuestamente de origen prehistórico porque nunca fueron vistos en la faz de la tierra, fueron hallados en perfecto estado de conservación. Algunos tenían vegetación verde en las bocas y los estómagos en el momento de ser congelados en forma repentina. La explicación acostumbrada es que estos animales prehistóricos vivían en la región ártica cuando ésta tenía clima tropical. La llegada del período glaciar convirtió el Ártico de una zona tropical a una helada y congeló estos animales antes de que tuvieran tiempo de huir al sur. La existencia de los grandes depósitos de marfil encontrados en Siberia y en islas del norte, se explican de la misma manera. Sin embargo, Gardner sostiene
una teoría totalmente diferente, que encuentra apoyo en las observaciones del Almirante Byrd, quien descubrió una criatura gigante similar a un mamut en la tierra más allá del polo, proveniente del interior de la tierra, en la actualidad. Dice que pueden ser llevados por los ríos a la superficie y congelarse dentro del hielo formado cuando al llegar a la superficie esos mismos ríos forman glaciares y icebergs.
En Siberia, a lo largo del río Lena, se encuentran, expuestos en la tierra y enterrados, los huesos y colmillos de millones de mamutes y mastodontes. El consenso de la opinión científica es que estos son remanentes prehistóricos y que el mamut existió hace más o menos 20.000 años y desapareció en la catástrofe desconocida que llamamos el último período glaciar.
Schumachoff, un pescador que vivía en Ton-goose, Siberia, fue el primero que descubrió un mamut entero congelado en un bloque de hielo transparente en 1799. Cortó el hielo para liberarlo, le quitó los colmillos inmensos y dejó el cadáver de carne fresca para que lo devoraran los lobos. Más adelante, se envió una expedición para examinarlo y, en la actualidad, se puede ver el esqueleto en el Museo de historia natural de Lenin-grado.
Los exploradores polares no sólo mencionan la fauna (animales), sino también la flora (vegetación) en el extremo norte. Además, muchos animales, como el toro almizcleño, emigran hacia el norte en el invierno. Esto resulta lógico sólo si hay un clima más cálido allí. En reiteradas oportunidades, los exploradores árticos observaron osos que van hacia el norte a un área donde no habría alimentos para ellos si no estuviera la abertura polar que conduce a una región más cálida. También se hallaron zorros del paralelo 80 hacia el norte; era evidente que estaban bien alimentados. Sin excepción, estos exploradores con-cuerdan en que, aunque resulte extraño, cuanto más al norte se vaya, pasada determinada latitud, más cálido es el clima. Invariablemente, un viento norte trae mayor temperatura. Se hallaron árboles coniferos flotando en la orilla, provenientes del norte lejano. También aparecen mariposas, abejas e, inclusive, mosquitos, que no se encuentran hasta llegar a cientos de kilómetros al sur, en áreas climáticas de Canadá y Alaska, propicias para la vida de los insectos.
También se hallaron variedades desconocidas de flores en el norte extremo. Se han visto aves parecidas a la agachadiza, pero diferentes a cualquier ave conocida, que vienen del norte y luego vuelven allí. Los conejos son abundantes; no crece vegetación, pero se encuentra materia vegetal flotando en los restos de las aguas abiertas del norte. -
Las tribus esquimales dejaron rastros inequívocos de su migración siempre hacia el norte, al lado de sus campamentos temporarios. Los es-quirnales del sur hablan de tribus que viven en el n°rte lejano. Tienen la creencia de que sus ances-°s vinieron de una tierra paradisíaca en el extremo norte.
En Nueva Zelanda y el sur de América del Sur, se encuentra fauna y flora similares, que no pueden haber emigrado de uno de estos lugares al otro. La única explicación es que provienen de una tierra madre común: el continente antartico. Sin embargo, ¿cómo pudieron venir de un desierto congelado, donde sólo sobreviven los pingüinos? Palmer concluye: “Sólo la ‘tierra misteriosa’ del Almirante Byrd puede explicar estos hechos y migraciones”.
Muchos exploradores árticos, después de pasar por el aro de hielo y la curva que lleva al interior de la tierra, continuaron hacia el norte hasta cruzar esta barrera de hielo. Muchos entraron por la abertura, pero no lo supieron; creían estar en la superficie externa. Esto se debe a que la abertura es tan grande que es imposible distinguir la diferencia, excepto que el sol sale más tarde y se pone más temprano, porque los rayos se cortan por el borde de la abertura polar después de que uno ingresa. Todos los exploradores árticos que fueron suficientemente al norte observaron lo mismo. Gardner cree que la abertura polar tiene un diámetro de 2.260 kilómetros.
Una vez que estaban dentro de la tierra, los exploradores entraban a un mundo nuevo donde hallaban lo opuesto a lo esperado. La aguja de la brújula apuntaba en sentido vertical en vez de horizontal como antes, debido a que el verdadero polo magnético está ubicado en el medio de la curva que va desde afuera hasta adentro de la tierra. Cuanto más al norte iban, más cálida era la atmósfera. El hielo de las regiones árticas que estaban más al sur desaparecía y lo reemplazaba el mar abierto. (El Almirante Byrd encontró una ausencia total de hielo y nieve en la “tierra más allá del polo” que sobrevoló a lo largo de 2.740 kilómetros.) A medida que los exploradores navegaban más al norte, los vientos se volvían más cálidos. El clima era más moderado y agradable. Con frecuencia, el polvo que llevaba el viento era intolerable. ¿De dónde puede venir tal polvo en el norte extremo, una tierra de hielo y océano? Reed y Gardner atribuyen el origen de este polvo a los volcanes dentro de la abertura polar que dan al interior de la tierra. Sería imposible que hubiera volcanes en el Ártico si no estuvieran dentro de la abertura polar.
* El 3 de agosto de 1894, el doctor Fridtj of Nan-sen, un explorador ártico que se hallaba en el norte lejano, se sorprendió del clima cálido y las huellas de zorro que encontró allí. Es probable que estuviera dentro de la abertura polar. La brújula no funcionaba, y no sabía dónde estaba. Cuanto más entraba a la abertura, más cálida era la atmósfera; si hubiera seguido, habría visto aves tropicales, como vieron otros exploradores, además de otros animales no encontrados en la superficie terrestre, como el mamut que el Almirante Byrd vio desde su avión cuando sobrevolaba esta área misteriosa sin hielo.
Ray Palmer escribe: “El toro almizcleño, en contra de lo esperado, emigra al norte en invierno. En repetidas ocasiones los exploradores árti-
cos observaron osos en camino al norte, a un área donde no podía haber alimento para ellos. También se pueden encontrar zorros bien alimentados al norte del paralelo 80. Todos los exploradores sin excepción concuerdan en que cuanto más al norte se va, más cálido es el clima. El viento norte trae temperatura más tibia. Hay árboles coniferos que flotan desde el norte siguiendo las costas desde el norte. Hallamos mariposas y abejas en el norte lejano, pero nunca cientos de miles de kilómetros más al sur; no encontramos el clima propicio para la vida de insectos semejantes hasta Alaska o Canadá.
También hallamos variedades desconocidas de flores. Aves parecidos a la agachadiza, pero diferentes a cualquier especie conocida salen del norte y vuelven allí. Hay abundancia de liebres en áreas donde nunca crece vegetación y sin embargo aparece en forma de restos flotantes provenientes del agua abierta del norte. Las tribus esquimales que emigran al norte dejan rastros inconfundibles de ese traslado en los campamentos temporarios. Los esquimales del sur hablan de tribus que viven en el norte lejano. La gaviota Ross, común en Point Ba-rrow, emigra hacia el norte en octubre. Sólo la ‘tierra misteriosa’ del Almirante Byrd puede explicar estos hechos y estas migraciones.
La leyenda de una tierra de paraíso en el norte lejano, conocida como “Ultima Thule”, que se suele confundir con Groenlandia, resulta significativa porque siglos antes del vuelo del Almirante Byrd, se anticipó la existencia de una tierra semejante, libre de hielo, en los límites del norte de la tierra. Palmer escribe lo siguiente:
»”La leyenda escandinava de una tierra maravillosa muy al norte, llamada ‘Ultima Thule’ (que se suele confundir con Groenlandia), es significativa cuando se estudia en detalle, a raíz de su llamativa semejanza con la tierra que Byrd vio y su ubicación en el norte tan lejano. Asumir que Ultima Thule es Groenlandia implica enfrentarse con la contradicción del Casquete Polar de Groenlandia, que llena toda la depresión de Groenlandia hasta una profundidad de 3.047 metros. ¿La tierra misteriosa del Almirante Byrd, el centro del Gran Desconocido, es lo mismo que la Ultima Thule de las leyendas escandinavas?
“Existen misterios sobre la Antártida también. Tal vez el mayor sea aquel altamente técnico de la biología misma, pues la flora y la fauna son idénticas en las masas de tierra de Nueva Zelanda y América del Sur. No pudieron emigrar de una a otra; se cree que provienen de una tierra madre común. Esa madre tierra pudo ser el continente Antartico. En un nivel más popular, encontramos el caso del barco ‘Gladys’ en 1893, cuyo capitán fue H. B. Hatfield. La nave estaba completamente rodeada de icebergs a 43 grados al sur y 33 grados oeste. En esa latitud, se observó un iceberg con una gran cantidad de arena y tierra, que revelaba un camino, un refugio y los cuerpos de cinco hombres muertos acostados en diferentes partes del témpano. El mal tiempo impidió una investigación más profunda.
“Hay un consenso unánime en las opiniones de científicos sobre la peculiaridad del área antartica, de que no hay tribus humanas que vivan allí. Además, las investigaciones muestran que ninguna nave se perdió allí en ese momento, por lo tanto estos hombres no podían ser marineros náufragos. ¿Los hombres que murieron en el témpano habrán venido de la tierra misteriosa más allá del polo sur descubierta por la expedición de Byrd? ¿Habrían salido de su tierra cálida y habitable hasta perderse por la banquina de hielo, y encontrar la muerte en una porción de hielo en el mar, desprendido de un iceberg mientras ellos estaban encima?”
Theodore Fitch, otro escritor estadounidense que escribe sobre el tema de la tierra hueca, cuando se refiere a una de las barreras de hielo que hay que cruzar antes de poder entrar en las aberturas polares, pregunta:
“¿Por qué no podemos volar sobre estas gigantescas barreras o hacer caminos y pasarlas por encima hasta llegar al interior de la tierra?”. El no encuentra razón que lo impida, aunque, al igual que tantos otros estadounidenses, ig;-noraba que el Almirante Byrd había sobrevolado estas barreras y entrado a la tierra hueca unos años antes. Fitch cree que una vez que estos hechos sean de conocimiento público, todas las grandes naciones intentarán establecer soberanía sobre este nuevo mundo, cuya área es mayor que la superficie terrestre y que no estará sujeta a la precipitación radioactiva, que envenene los alimentos y las tierras. Mundo de alcance más fácil que la luna y de mayor importancia para nosotros, ya que ofrece las condiciones ideales para la vida humana, con mejor clima que el de la superficie. Fitch lo llama una Tierra de Paraíso y cree que es la verdadera ubicación geográfica del paraíso, una tierra maravillosa mencionada en todas las escrituras religiosas de todos los pueblos.
Pareciera que los rusos están haciendo lo mismo que sugiere Fitch al enviar flotas de rompehielos, algunos con poder atómico, a explorar el norte lejano. El próximo paso consistirá en repetir el vuelo del Almirante Byrd a través de la abertura polar hasta “la tierra más allá del polo”.
El libro de Fitch, titulado Ow Paradise Inside the Earth (Nuestro paraíso en la tierra), está basado en los trabajos de Reed y Gardner. Menciona que durante el último siglo, un capitán de mar que viajaba con rumbo norte siguió la curva hacia adentro, a pesar de que creía estar en camino al Polo. Fitch escribe lo siguiente:
‘Tanto William Reed como Marshall Gardner declaran que debe haber una tierra del paraíso del otro lado de la barrera de hielo del mamut. Ambos concuerdan en opinar que una raza de pequeñas personas de color marrón vive en el interior de la tierra. Es posible que los esquimales descendieran de este pueblo.
“La mayoría de los exploradores viajaron directamente al norte hasta pasar por la curva de 1.290 kilómetros en la abertura polar. Ninguno se dio cuenta que se encontraba en el interior de la tierra. Estos exploradores encontraron lo opuesto a lo que esperaban. A medida que avanzaban hacia el norte, los vientos se volvían cada vez más cálidos. Con la excepción de los fuertes vientos cálidos que arrastraban polvo de vez en cuando, . el clima era tibio y agradable. Fuera de los icebergs del interior, el mar era abierto y la navegación buena. (Como ya señalamos, Reed y Gardner explican este extraño polvo del norte lejano, que oscurece la nieve en la que se deposita, como proveniente de los volcanes activos en el interior de la abertura polar. Esta parece la única explicación posible. El autor.)
“Veían incontables kilómetros cuadrados de tierra buena. Cuanto más al norte iban, más hierba, flores, arbustos, árboles y otra vegetación encontraban. Un explorador escribió que sus hombres llegaron a recoger ocho clases diferentes de flores y que veían colinas cubiertas de verdor. (El Almirante Byrd confirmó estas observaciones, pues en su vuelo de 2.740 kilómetros sobre territorio sin hielo, vio árboles, vegetación, montañas, lagos y vida animal. El autor.)
“Otro autor contó que había visto toda clase de anímales de clima cálido y millones de aves tropicales. Había tal densidad, que un hombre ciego podría acertar a una o más aves con un solo tiro. El hermoso paisaje del cielo y la tierra eran más magníficos que todo lo conocido en el exterior de la tierra. Todos los exploradores escribieron sobre la majestuosidad de la aurora boreal, que algunos sostienen proviene del sol central dentro de la tierra, que Vbrilla a través de la abertura en el Polo Norte.”
Fitch señala que el interior hueco de la tierra tiene un área terrestre mayor que la superficie porque, ya que 75 por ciento de la superficie está cubierta de agua, quedan menos de 88 millones de kilómetros cuadrados de superficie de tierra. Por lo tanto, la superficie terrestre total es de menos de 318 millones de kilómetros cuadrados. Fitch sostiene que, en el interior, no hay océanos de tamaño comparable con los de la superficie, y que hay tres veces la cantidad de tierra dentro de la tierra. Es decir, que a pesar de la circunferencia y el área total menores del interior, el área de tierra es mayor. Fitch dice que tiene un clima mejor y más saludable del que tenemos en la superficie, sin los inviernos fríos, los huracanes, los terremotos, las tormentas eléctricas, los ciclones, las precipitaciones radioactivas, la erosión de la tierra por lluvia excesiva y otras desventajas. Tiene un clima subtropical ideal.
William L. Blessing es otro escritor estadounidense al que influyeron mucho las teorías de Reed y Gardner. Publicó un folleto sobre el tema, donde reproduce los diagramas de la estructura terrestre. Dice:
“La tierra no es una verdadera esfera. Es chata en los polos, o tal vez deba decir, comienza a achatarse en los polos. El polo es sólo el borde externo de un círculo magnético, donde la aguja magnética de la brújula apunta hacia abajo. A medida que la tierra gira sobre su eje, el movimiento es giroscópico. El polo giroscópico externo es el borde magnético de un círculo. Más allá del
borde, la tierra se achata e inclina en forma gradual como un cañón hacia el interior. El verdadero polo en el centro exacto del cono es perpendicular, pues este punto es el centro exacto de la abertura que va al interior. Hay que descartar la antigua idea de que la tierra alguna vez fue una masa sólida o fundida, y que el centro está compuesto de hierro fundido. Puesto que el caparazón de la tierra tiene un espesor de 1.290 kilómetros, el núcleo de hierro debería tener un diámetro de más de 11.290 kilómetros y 33 870 kilómetros de circunferencia. Es imposible. Asimismo, hay que descartar la antigua idea de que cuanto mas profundamente se penetra en la tierra mas calor hace. El radium y la radioactividad producen este calor. Todas las rocas de la superficie contienen partículas diminutas de radium.” Uno de los hechos más enigmáticos de la exploración del Ártico es que, aunque es un área de océano, cubierta de agua, que se congela por encima o está abierta en partes -según la época del ano- muchos exploradores señalan que hay grandes extensiones de océano abierto en los puntos mas cercanos al polo, mientras que más al sur hay más hielo. Algunos exploradores dijeron que hacia mucho calor a veces y que debieron quitarse sus abrigos. Inclusive, hay un registro . de un encuentro con esquimales desnudos. Se cree que el origen de esta raza es el norte extremo, de donde emigraron al sur hasta su habitat actual. Es probable que su hogar original más al norte fuera más cálido que el actual.
Resulta extraño que los libros de Reed y Gardner, que presentaban una teoría geográfica tan histórica, apoyada por la evidencia de exploraciones árticas durante el último siglo, fuera tan ignorada para que, en la actualidad, sean imposibles o difíciles de obtener. Es una teoría de importancia comparable con la teoría de que la tierra es redonda, cuando fue rechazada en los principios; ¿habrá sido ocultada? (Este autor tuvo la suerte de obtener una copia del libro de Gardner de un librero de libros raros.) ¿Será posible que estos libros compartieran el destino de las noticias sobre los descubrimientos del Almirante Byrd, el libro de Giannini y la revista de Palmer que anunciaba la confirmación de Byrd de la teoría de Reed y Palmer sobre la tierra hueca con aberturas en los polos? (Un corresponsal de este autor, residente en Washington D.C., escribió que por casualidad, mientras revisaba libros en la biblioteca de un alto oficial de la Fuerza Aérea, con quien tenía negocios, para su gran sorpresa, encontró una copia del libro de Gardner.) Es evidente que la teoría de Gardner sobre la tierra hueca es conocida por los líderes gubernamentales y militares, ya que el Almirante Byrd la confirmó, pero que la callan, y no puede discutirse en forma abierta.
•• Fitch pide a quienes no creen que la tierra es hueca, con aberturas en los polos, que contesten las siguientes preguntas:
“Puede usted producir pruebas de que algún explorador llegó al supuesto Polo Norte o Polo Sur?
“Si no existe una latitud de 83 a 90 grados en
la tierra, ¿cómo se puede sobrevolar el Polo Norte?
“Si la tierra no es hueca, ¿por qué el viento norte en el Ártico se hace más cálido a medida que uno navega hacia el norte más allá de la latitud de 70 grado
“¿Por qué hay vientos del norte cálidos y mar abierto a lo largo de cientos de kilómetros al norte de la laütud de 82 grados?
“Después de llegar a la latitud de 82 grados, ¿por qué la aguja de la brújula siempre está agitada?
“Si la tierra no es hueca, ¿por qué los vientos cálidos del norte ya mencionados transportan más polvo que cualquier viento en la tierra?
“Si no fluyen ríos de adentro hacia afuera, ¿por qué flotan plantas y árboles en el agua dulce de los icebergs?
“Si ninguno de los icebergs proviene de alguna parte sobre la tierra, ¿de dónde vienen si no suponemos la existencia de ríos que fluyen de adentro para afuera?
“Si el interior de la tierra no es cálido, ¿por qué millones de aves tropicales y animales van hacia el norte en el invierno?
“¿Por qué el viento del norte transporta más polen y capullos que cualquier otro en el exterior?
“Si la tierra no es hueca y cálida por dentro, ¿por qué el polen colorea la nieve a lo largo de miles de kilómetros cuadrados?
“¿Será tal vez que el polen de millones de acres de flores de color tiñe la nieve de colorado, rosa, amarillo, azul, etcétera?”
La tierra dividida en dos por el centro de las aberturas polares y en ángulos rectos con respecto al ecuador. Ofrece una visión clara del sol central y continentes y océanos en el interior. (Reproducción de un modelo de trabajo, hecho por los autores en 1912. Patentado el 12 de mayo de 1914, número 1096102.)
https://sites.google.com/site/galeriademisterios/home/tierra-hueca
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