Siempre se ha dicho que una copita de vino tinto nunca viene mal, y es cierto. Son ricos en flavonoides, por ello son los más beneficiosos para la salud de entre todos los vinos. Este componente tiene propiedades antioxidantes que reducen la posibilidad de tener cáncer y aumentan las defensas, las cuales ayudan a prevenir enfermedades.
Roger Corder, investigador del William Harvey Institute, especializado en medicina cardiovascular, realizó un estudio llamado la “paradoja francesa”, ya que los franceses tienen una tasa baja de enfermedades cardiovasculares y consumen una cantidad grande de grasa. Los resultados apuntaron a un alto porcentaje de flavonoides en su dieta.
Por ello, todas las personas deberíamos consumir un vaso de vino tinto en cada una de las comidas. Pero hoy en día, existen gran cantidad de tipos de vino tinto, comercializados por distintas empresas y no todos presentan la misma concentración de flavonoides. Según un estudio, el Cabernet Sauvignon, el Petit Syrah y el Pinot Noir son los vinos que contienen las mayores concentraciones de propiedades antioxidantes y flavonoides. A pesar de ello, cualquier vino rojo contendrá más porcentaje de flavonoides que un vino blanco.
No obstante, y aunque su consumo sea beneficioso, siempre con moderación, ya que el vino contiene alcohol y un consumo excesivo podría tener consecuencias negativas para el hígado a largo plazo.
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