Por Benjamin Tat
Desde hace milenios se utiliza el miedo como una herramienta de manipulación y control social. Gobiernos, productos de consumo, medios de comunicación, publicidad, sistema educativo y de salud, ciencia, religión y actualmente el terrorismo, trabajan arduamente para promover entre la humanidad la energía de menor vibración. Para librarse de ella, hay que transformarla en amor, tanto por uno mismo como por todo lo que nos rodea.
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