En los últimos 15 años, se produjo una transformación de las causas por las cuales las personas se enferman y mueren, revelaron estudios epidemiológicos efectuados por médicos y científicos de la Facultad de Medicina de Rosario, en 15 localidades del centro sur de la provincia de Santa Fe, Entre Ríos y Córdoba, desde 2010 hasta el año en curso.
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Asimismo el estudio registró que esa transformación comenzó a producirse en el mismo período de tiempo en el cual se implementó un nuevo sistema de producción agropecuaria basado en la soja transgénica, dependiente de agro-tóxicos, explicó a La Gran Época el Dr. Damián Verzeñassi, docente e investigador de la Facultad de Ciencias Médicas de Rosario, médico a cargo de la investigación.
“Entendemos que los cambios en los modelos de producción son un determinante muy importante por la carga de químicos que incorporan al ambiente, por la exposición a éstos a lo largo de los últimos 15 años”, expuso el doctor en referencia a la tendencia a las enfermedades que antes no se observaban en la misma proporción.
“La gente enferma y muere de causas que antes no moría”, dijo el médico.
El Dr. Verzeñassi señaló que advirtieron estos cambios en referencia al aumento de cáncer, pérdidas de embarazos y malformaciones congénitas.
En cuanto a enfermedades crónicas, observaron una referencia significativa en la presencia de hipotiroidismo y enfermedades respiratorias como asmas y alergias.
También se evidenciaron trastornos neurológicos en personas menores a 50 años. En algunos lugares hubo referencias de suicidios y se registró un alto consumo de ansiolíticos e incluso de gente muy joven. “No decimos que tenga que ver con el modelo productivo, pero nos llama la atención”, señaló el docente e investigador.
“Lo que vemos a partir del trabajo es que entre el 95 y el 65 o 67 por ciento de las comunidades que hemos estado evaluando viven en un radio menor a 1.000 metros del área donde se fumiga con agro-tóxicos para la producción de soja transgénica”, dijo Verzeñassi.
Asimismo comentó, que las personas durante el relevamiento, manifestaron que observaron problemas de salud en su localidad, que atribuían principalmente a las fumigaciones de agroquímicos y también al agua con arsénico.
Una de las 15 poblaciones (Bovril, Entre Ríos), arrojó como resultado el mismo perfil epidemiológico que el resto, sin embargo, no se detectó presencia de agua con arsénico, o sea que se eliminó este elemento de los sinergismos que podían estar participando. Lo que tiene en común esta localidad de la provincia de Entre Ríos con las otras localidades relevadas es que “en los últimos 15 años pasó de ser un área de producción ganadera a un área de producción agroindustrial”, explicó el doctor.
En consecuencia a los resultados, los investigadores infieren que hay una posibilidad de que la exposición a las sustancias agro-tóxicas esté operando con fuerza en la determinación de los perfiles de morbimortalidad.
“Nosotros salimos a buscar cuales son los problemas de salud, no los problemas que los agro-tóxicos causan en la salud”, expresó Verzeñassi y agregó que en las áreas de estudio existen características sociodemográficas y económicas que en los últimos 15 años transformaron sus áreas de producción, ya que siempre fueron localidades agrícolas, pero no tenían el impacto del monocultivo dependiente de agro-tóxicos que asciende a más de 300 millones de litros por año de consumo en nuestro país.
Verzeñassi señaló que los científicos de la Universidad entienden que ante la pulverización o contacto con el glifosato, el agroquímico más utilizado en las fumigaciones, se podría generar en los seres humanos un mecanismo similar al que ocurre en las plantas no preparadas para resistir genéticamente este tipo de sustancia.
En cuanto a tomar acciones preventivas, el doctor consideró necesario “comenzar a revisar, ante el principio precautorio que en nuestro país es parte de la legislación, los mecanismos de control y limitación de la utilización de determinados productos y metodologías de aplicación”.
“Argentina hipotecada” en el Modelo productivo
El Dr. Verzeñassi consideró que la transformación del modelo productivo en Argentina, que comenzó en los años 90 y que tiene su origen en el decreto de aprobación de la utilización de eventos transgénicos como la ‘soja RR’ – semilla modificada genéticamente para resistir al glifosato – fue parte de una política planificada para utilizar a la Argentina como puerta de entrada de transgénicos para el resto de América Latina.
Asimismo consideró que actualmente en Argentina hay un sistema productivo altamente demandante de nutrientes que no repone, de agua y de combustibles y que además nos conduce a una pérdida de soberanía alimentaria. Sin embargo comentó que hay personas que defienden este modelo, por ejemplo los productores que, a través del mismo, lograron recuperarse económicamente.
Del mismo modo estableció una distinción entre los pequeños productores y los dueños de los grandes ‘pooles’ de siembra, que son los que más se benefician con este modelo productivo y son los que “hacen los negocios con esto, a expensas de la enfermedad y la muerte de la gente”.
El profesional expuso que estas corporaciones, con el fin de evitar una “condena social”, utilizan un sistema de marketing muy bien sostenido que los exhibe como organizaciones preocupadas por el medioambiente y presentan a la soja transgénica como una “solución”, cuando ni siquiera es una planta, y mucho menos un alimento.
Verzeñassi, planteó que es posible producir alimentos saludables y que Argentina es uno de los países que todavía está a tiempo de dar un giro al actual modelo. “Hoy argentina no produce alimentos prácticamente; este plan estratégico nacional agroalimentario no tiene nada de alimentario, (tiene) mucho de agroindustrial, y nos hacen perder la soberanía alimentaria”, enfatizó.
“Si Argentina hoy depende de este modelo agroindustrial y de esta agro-exportación para poder sostener su política social, Argentina está hipotecada y eso es terrible”, declaró.
Al mismo tiempo manifestó que le preocupa que no se estén diciendo en voz alta las verdades y si este modelo productivo va a “salvar al país” pide un sinceramiento. “Si van a hablar en términos económicos, ¿cuánto dinero tenemos que ganar para justificar que un familiar o uno de nosotros nazca con un labio leporino, tenga un linfoma, leucemia o padezca una enfermedad como el hipotiroidismo”, se preguntó.
Verzeñassi resaltó que para los médicos y estudiantes de la facultad “la vida no tiene precio” y consideran que no hay ningún valor de exportación que pueda justificar un solo niño nacido con labio leporino, con retraso de crecimiento, malformaciones, etc.
Monsanto
La empresa Monsanto cuestionó un reporte de la agencia The Associated Press sobre el mal uso de agroquímicos en Argentina, publicado el 20 de octubre y replicado por distintos medios nacionales e internacionales.
En primer término, Monsanto criticó al informe de la AP como excesivamente amplio en acusar a los plaguicidas, “cuando sabemos que el glifosato es seguro”. Por otro lado lo tildó de carente de detalles sobre impactos en la salud, aunque la historia citó partidas de nacimiento del hospital, expedientes judiciales, relevamientos epidemiológicos y datos del gobierno, informó AP.
Respecto de esto, el Dr. Verzeñassi expresó “me consta que Monsanto se equivoca al decir que no ha sido chequeada la información, que no ha sido lo suficientemente analizada”.
Asimismo consideró que la empresa transnacional, a través de voces de otros investigadores, intenta menospreciar o desprestigiar el trabajo de campo de profesionales serios y comprometidos con la salud de la población.
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