Esta semana la isla de Hawái, la mayor de las que forman el archipiélago homónimo, ha aprobado un proyecto de ley que prohíbe el cultivo de transgénicos en su territorio.
Las grandes compañías transgénicas como Monsanto, Dow o BASF llevan tiempo experimentando con plantas transgénicas en el archipiélago estadounidense de Hawái. Tienen cultivos en las islas de Oahu, Kauai y Molokai, pero nunca han operado en la isla de Hawái, la más grande de las que integran este estado estadounidense, y no tendrán la oportunidad de hacerlo.
Violar la aprobada Ley 113 conllevará una detención de 30 días y una multa de hasta 1.000 dólares. El alcalde del condado de Hawái, Billy Kenoi, todavía no ha manifestado su postura sobre el proyecto de ley, pero tiene 10 días para decidir si lo aprueba o lo veta.
El proyecto de ley contempla una única aunque importante excepción: no se aplica al cultivo de la papaya. Según el Departamento de Agricultura, el 75% de la papaya cultivada en el estado de Hawái está genéticamente modificada, y la llamada ‘Gran Isla’ es uno de los mayores productores de esta fruta tropical en el archipiélago.
Mientras que algunos consideran que la medida aprobada es muy restrictiva, en realidad la Ley 113 es el más suave de los dos proyectos examinados por los legisladores hawaianos. El proyecto alternativo, la Ley 109, prevé la prohibición de todas las plantas genéticamente modificadas, incluso la papaya. “Insisto en que la ley aprobada es muy moderada”, comentó la legisladora que propuso el proyecto, Margaret Wille. “Estamos en una encrucijada -dijo-. ¿Debemos avanzar hacia un modelo de agricultura basado en el monocultivo de agroquímicos, o hacia una agricultura ecológica y diversificada?”
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