De acuerdo al más reciente número de la revista científica Journal of the Academy of Nutrition and Dietetics, la capacidad de controlar el consumo de energía de nuestro cuerpo puede verse afectada por la velocidad a la que se come.
Para analizar esta relación, se realizaron experimentos de ingesta de alimentos por parte de sujetos de peso normal y con sobrepeso u obesos.
De igual forma, los expertos evaluaron datos recopilados sobre las sensaciones de hambre y saciedad antes y después de las comidas, teniendo en cuenta el ritmo rápido o lento de ingesta; así como el consumo de agua durante la misma.
En un primer momento, los participantes comieron a una velocidad lenta, sin prisa, masticando a fondo pedazos pequeños; mientras que un segundo plato lo consumieron de forma rápida, con restricción de tiempo y sin dejar los cubiertos en un solo momento.
Meena Shah, autora principal del estudio, refirió que disminuir la velocidad de alimentación condujo a una reducción significativa en la ingesta de energía en el grupo de peso normal, pero no en el grupo de sobrepeso u obesidad.
“La falta de significación estadística en el grupo con sobrepeso y obeso puede deberse en parte al hecho de que consumieron menos alimentos durante las dos condiciones en comparación con los sujetos de peso normal”, señaló la especialista.
Todo parece indicar que los sujetos con sobrepeso y obesos eran más conscientes de sí mismos y eso les llevó a comer menos durante la investigación.
Por otro lado, el consumo de agua resultó superior durante la comida lenta en comparación con la rápida, situación que se tradujo en una probable distensión del estómago que también afecta la ingesta de alimentos.
Los científicos consideran que este artículo plantea algunos métodos que puede utilizar la persona para evitar el consumo excesivo de comida y, por tanto, el sobrepeso u obesidad.
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