El Movimiento Chile Sin Transgénicos manifestó ayer su preocupación por los alimentos contaminados con el agrotóxico Glifosato, requerido en los cultivos genéticamente modificados, por sus efectos que derivan en enfermedades, citando algunas evidencias divulgadas en el año 2013.
De acuerdo al medio Ecologist, la empresa GM Free le informó recientemente sobre una investigación del gobierno en la que se encontraron en 2012, trazas de Glifosato en el 100 por ciento de las barritas de cereales de la marca Jordans y 85 por ciento en los productos Warburtons.
Ahora la compañía se comprometió a revisar su uso del potente agrotóxico, según Ecologist, sin embargo, se teme por numerosos productos de consumo diario, señaló Ecologist el 31 de diciembre de 2013.
Un reporte realizado por Amigos de la Tierra, indicó la presencia de trazas de herbicidas en las muestras de orina analizadas en el laboratorio, en un 45% de la población.
“Este estudio es el primero que se hace en toda Europa para comprobar la presencia del herbicida glifosato en personas. Los resultados obtenidos en España se corresponden con la realidad europea, donde un 45% de las muestras contenía trazas del tóxico”, dijo el portavoz de Tierra el 13 de junio de 2013.
Aunque los residuos del herbicida estén presentes en los alimentos en cantidades permitidas por la Unión Europea, los investigadores Anthony Samsel y Stephanie Seneff, publicaron un estudio en abril pasado en la revista Entropy, indicando que el glifosato, en cantidades bajas tiene el efecto de inhibir la acción de una enzima citocromo P450 (CYP), que permite eliminar los residuos tóxicos en el cuerpo.
“El glifosato, ingrediente activo en Roundup ® (de Monsanto), es el herbicida más popular utilizado en todo el mundo. La industria afirma que es mínimamente tóxico para los humanos pero aquí nosotros sostenemos lo contrario. Los residuos se encuentran en los principales alimentos de la dieta occidental, compuesta principalmente de azúcar, maíz, soja y trigo”,
“Las enzimas del CYP juegan un papel crucial en la biología, uno de las cuales es para desintoxicar xenobióticos. Así, el glifosato aumenta los efectos dañinos de otros residuos químicos y toxinas ambientales transmitidas por los alimentos”, destaca el estudio de Samsel y Seneff.
“Las consecuencias son la mayoría de las enfermedades y condiciones asociadas con una dieta occidental, que incluyen trastornos gastrointestinales, obesidad, diabetes, enfermedades del corazón, depresión, autismo, la infertilidad, el cáncer y la enfermedad de Alzheimer”, concluyeron los científicos en el extracto del estudio.
El glifosato y demás pesticidas cumplen otro rol importante en la alimentación, afectando directamente la economía de los consumidores, no solo por sus potenciales efectos en la salud. Éstos ocupan el 68 por ciento del precio de los alimentos, de acuerdo a un reciente informe realizado en Australia por Deloitte para la CropLife.
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