Tu pensamiento genera sentimientos y emociones, que desatan una serie de reacciones bioquímicas en tu cerebro, es decir, producen sustancias que entran a tu torrente sanguíneo y, que en muchos casos, generan malestares o enfermedades. Para evitarlo, lo mejor es tener siempre un pensamiento positivo.
Cuando piensas en negativo y generas resentimiento, enojo, ansiedad, depresión, envidia o celos produces cortisol en exceso, el cual es liberado como respuesta al estrés y actúa para restablecer el equilibrio; sin embargo, la secreción prolongada de cortisol motivada por el estrés crónico, da lugar a importantes cambios
Hay que entender que la buena salud nace del amor y del auto aprecio. Por ello, necesitas poner tanto amor en tus pensamientos y en tu cuerpo como te sea posible.
Si tienes pensamientos positivos difícilmente tendrás una actitud negativa, y si tienes una actitud positiva mejorará tu salud mental y física. Para lograrlo, repite durante todo el día algunas afirmaciones tales como: “Mi salud es perfecta, cada una de mis células está cargada de vibrante energía. Amo y acepto por completo mi cuerpo y lo nutro y cuido amorosamente”.
Observa tus pensamientos, y elimina los negativos y reemplázalos por ideas que afirmen que eres luz, paz, balance y plenitud. Notarás una gran diferencia en tu salud. Recuerda que “la evolución es una cuestión de esfuerzo personal”.
Observa tus pensamientos, y elimina los negativos y reemplázalos por ideas que afirmen que eres luz, paz, balance y plenitud. Notarás una gran diferencia en tu salud. Recuerda que “la evolución es una cuestión de esfuerzo personal”.
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